De baldíos a plazas: dónde están los terrenos privados que podrían transformarse en espacio público
La Legislatura porteña aprobó un proyecto que habilita a instalar zonas de recreación en lotes ociosos a través de acuerdos temporales con los propietarios
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El déficit de espacio verde en la ciudad de Buenos Aires es una deuda pendiente que se intenta reparar año tras año, con intervenciones en los barrios que pretenden sumar mayor superficie natural. En esa línea se encuentra el proyecto que se aprobó hoy en la Legislatura que habilita la transformación de los terrenos privados ociosos en plazas públicas mediante un acuerdo entre el Gobierno porteño y los propietarios, que tendrán beneficios impositivos durante la extensión de la cesión del inmueble.
De acuerdo a los datos oficiales, en total hay 2800 lotes ociosos en toda la ciudad que podrían cambiar la funcionalidad y ser incorporados como espacios públicos de esparcimiento. Villa Urquiza, con 219, es el barrio con la mayor cantidad de baldíos, seguido por Palermo, con 144, Caballito, con 99, y Flores, con 87.
La propuesta, llamada plazas pequeñas, es voluntaria y temporal, con un plazo de duración mínima de diez años. En su concepto central plantea la posibilidad de que los dueños de esos espacios ociosos puedan inscribirse en un registro que establecerá la autoridad de aplicación y así postularse para la refuncionalización del espacio.
La prioridad la tendrán las zonas con mayor necesidad de verde pero, en todos los casos, el Gobierno hará la inversión para acondicionar el lugar y convertirlo en espacios recreativos, de libre acceso y uso público. A cambio, el propietario recibirá la exención en el pago del impuesto de ABL e impuesto Inmobiliario del inmueble mientras se mantenga su afectación al programa.
El proyecto aprobado hoy, con 36 votos positivos, cuatro negativos y 14 abstenciones, fue elaborado por el diputado Marcelo Guouman (UCR/Evolución), y en coautoría se sumaron sus compañeros de bloque Inés Gorbea, Leandro Halperín, Juan Nosiglia, María Vischi y Manuela Thourte.
La experiencia fue implementada en 2018 en Rosario, donde el 20% de la superficie urbanizado se encontraba ociosa; las plazas pequeñas que se desarrollaron allí ya son cinco y hay otras 20 en evaluación. México y Chile también lo utilizan y Países Bajos fue el pionero en adoptar esta política. En Ámsterdam, luego de la Segunda Guerra Mundial, el arquitecto holandés Aldo van Eyck desarrolló más de 700 parques de juegos de este estilo.
“La ley tiene como ámbito de alcance todos aquellos terrenos baldíos de propiedad privada, exentos de restricción o gravamen y que se encuentren libre de toda ocupación y construcción, respecto de las cuales el propietario haya acordado voluntariamente con el Gobierno de la Ciudad la cesión temporal y gratuita”, dice el texto que fue debatido en el recinto.
Prioridades
Cada comuna deberá dirigir el proceso de postulación y selección de los inmuebles a intervenir, que serán elevadas y evaluadas por la autoridad de aplicación designada. “Se considerarán prioritarios aquellos terrenos que pertenezcan a comunas con menor cantidad de metros cuadrados de espacios verdes en la ciudad o cuya ubicación estratégica resulte prioritaria”, contempla el documento.
De acuerdo al relevamiento de espacios verdes por habitante realizado en 2019 por la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño, en la ciudad hay 6,2 metros cuadrados de espacio verde por habitante, lejos de las recomendaciones de organismos internacionales que sugieren entre 10 y 15 m² por residente.
Las comunas 5 (Almagro y Boedo) y la 3 (Balvanera y San Cristóbal) con 0,2 m² y 0,4 m² por habitantes, respectivamente, son las que mayor déficit presentan. En el otro extremo se encuentran las comunas 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano) y la 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución) con 18,8 m² y 18,2 m² por habitante.
La lista de los barrios con mayor cantidad de lotes ociosos se completa con Mataderos (86), Boedo (85), Constitución (84), Villa Lugano (84), Balvanera (82), Parque Patricios (77), Saavedra (76), Retiro (76), Belgrano (73) y Almagro (62), entre los más numerosos.
“Queremos aportar una solución ante la falta de espacios para el esparcimiento y las actividades de carácter comunitario en algunas de las comunas. Buscamos recuperar terrenos abandonados que hoy generan un problema de seguridad e insalubridad. Este proyecto integra lo público y lo privado con el claro objetivo de mejorar la calidad de vida de los porteños”, explicó Guouman, el autor el proyecto.
Los propietarios de los terrenos que estén interesados en sumarse a esta propuesta deberán suscribir un acuerdo con el Gobierno porteño que respete algunas condiciones. La duración mínima del convenio será de diez años, la restitución del predio se efectuará en la forma y en el término contractual previsto en el tiempo estipulado y cualquier renovación posterior de plazos requiere del dictamen favorable de la autoridad de aplicación.
A cambio, los propietarios recibirán ciertos beneficios: la exención en el pago de ABL e impuesto Inmobiliario del inmueble mientras esté afectado al programa, el otorgamiento de planes especiales de pago o condonación de deuda hasta un máximo del 50% del monto adeudado, y la condonación de multas y sanciones que pesen sobre el terreno por incumplimiento de las disposiciones sobre mantenimiento de baldíos, tapiales, veredas, limpieza o mantenimiento.