Cuarentena: bajaron 20% las muertes en accidentes viales en la ciudad
Pese a la significativa reducción de la circulación durante casi todo 2020, hubo 82 víctimas del tránsito contra las 103 registradas en 2019; los meses con más fallecidos fueron enero, febrero, noviembre y, sobre todo, diciembre, una tendencia asociada con los períodos fuera del aislamiento preventivo
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El año pasado, murieron a causa de un accidente de tránsito 82 personas en la ciudad de Buenos Aires. La mayoría, peatones (43%). Los motociclistas representaron el 35% de las víctimas, seguidos por los ocupantes de automóvil (16%) y los ciclistas (6%). La radiografía actual, en términos estadísticos, representa una reducción del 20% de fallecidos respecto de 2019, cuando se contabilizaron 103. Sin embargo, en un año en el que las restricciones en la circulación fueron una constante por la pandemia de Covid-19 durante buena parte del calendario, la baja podría resultar algo esperable.
“Es cierto que hay una relación directa entre circulación y siniestralidad. Pero no necesariamente una calle con menor cantidad de gente implica menos incidentes viales, ni que se respeten más las normas. Al haber menos vehículos circulando, los conductores tienden a acelerar más, a no respetar los semáforos en rojo, y la gente se relaja. El año pasado hablamos mucho sobre este tema y en el informe quedan expuestas estas circunstancias. La velocidad es un factor de riesgo muy alto, que estuvo presente el año pasado en seis de cada diez incidentes fatales”, explicó Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas porteño, que presentó esta tarde el último informe de víctimas fatales 2020, dentro del contexto macro del Plan de Seguridad Vial, que lleva adelante la Ciudad desde 2016.
“También hay que prestar atención a los horarios en los que sucedieron estos sinestros. Es cierto que las medidas de aislamiento impulsaron una caída de circulación en los horarios pico, pero el número de víctimas durante la noche y la madrugada no disminuyó en comparación con años anteriores”, dijo el funcionario, que reforzó la meta de reducir 50% las muertes por siniestros fatales para 2030.
Hábitos de movilidad
Para Dino Buzzi, director de Planificación, Uso y Evaluación de la Movilidad, el contexto generado por la pandemia de Covid-19 no solo implicó una baja en la circulación, sino también una manera diferente en la movilidad. “Entre 2016 y 2019 cumplimos con la meta de reducir los siniestros fatales más del 30%. Pero cuando comenzó la pandemia, cambiaron algunas de las cuestiones que tenemos asumidas como una constante y hubo que rediseñar estrategias. Bajó la circulación, pero hubo un cambio en la manera de moverse. Bajó el traslado en los medios de transporte público y ganaron presencia los medios individuales, como el auto, la moto y la bicicleta, en proporciones distintas. Hubo una suba exponencial de los viajes en bicicleta, que crecieron de 320.000 viajes diarios en 2019 a 405.000 en 2020 (27%). Si las cosas se hacen bien, no necesariamente más bicis significan más accidentes”, sostuvo Buzzi, que respalda la afirmación con la comparación de los datos obtenidos. En el informe presentado el año pasado los ciclistas representaban el 7% de los afectados, un punto más que ahora. “De todas formas, el 84% de los fallecidos son peatones, conductores de motos y ciclistas, todos parte del universo de usuarios vulnerables. Sobre ellos tenemos que seguir poniendo la lupa”, insistió Buzzi.
El jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, también participó de la conferencia virtual, junto con el titular del SAME, Alberto Crescenti. “Trabajar en seguridad vial es salvar vidas. Además, en este contexto, es una buena manera de aliviar el sistema de salud para que pueda abocarse de lleno a la pandemia. Este nuevo plan de trabajo para bajar la cantidad de muertes por siniestros de tránsito tiene mucho análisis detrás y es una manera de darle continuidad al trabajo que ya venimos haciendo en los últimos años”, señaló Miguel.
Pese a los esfuerzos, los accidentes de tránsito siguen firmes como la causa principal de muerte en jóvenes. El 54% de las víctimas tenía entre 25 y 54 años, mientras que el segundo grupo es el rango de 15 a 24. La edad promedio de los fallecidos es de 44 años. En cuanto al género, ocho de cada diez víctimas fueron de sexo masculino. “Según la literatura internacional, las mujeres acatan más las normas de tránsito y es un dato a tener en cuenta. En cuanto a la edad, otra confirmación es una preeminencia de usuarios jóvenes como víctimas mortales”, destacó Buzzi.
Los siniestros mortales más prevalentes son los atropellos a peatones (40%), con el automóvil como el autor de la colisión, seguido por el transporte de pasajeros y las motos. El año anterior, los primeros en la lista habían sido las colisiones entre automóviles y motos, con los motociclistas como los principales afectados, que son personas jóvenes en su mayoría. “Una reducción de los mal llamados accidentes de tránsito, porque en su mayoría se producen por fallas humanas como el uso del celular o el exceso de velocidad, tiene grandes implicancias en un mal que afecta a las familias, el tema del nido vacío. Esos hijos o padres que la familia pierde y que deja a todos destrozados”, reflexionó Crescenti, y agregó: “El SAME, además, hoy maneja toda la primera línea de pandemia, y si logramos reducir estos incidentes, las camas de los hospitales se pueden usar para Covid. Porque el sistema en la ciudad no está colapsado, pero sí recargado”.
El peor mes
En relación a la circulación y la cantidad de casos fatales, los meses con mayor cantidad de víctimas fueron enero, febrero, noviembre y, sobre todo, diciembre, una tendencia asociada con los períodos fuera del aislamiento preventivo social y obligatorio (ASPO). En la distribución según días de la semana, se observa un aumento en los días martes, jueves y sábado, que reúnen casi el 60% de las víctimas. “La mayor concentración se produce los martes por la mañana-tarde, los jueves por la tarde-noche y los sábados por la mañana-tarde”, detalla el informe.
Respecto de las vías en las que ocurrieron, seis de cada 10 víctimas se registraron en avenidas, y si bien la General Paz sigue siendo la vía con más cantidad por kilómetro, redujo un 54% sus fallecidos desde 2015. Eso, adujeron los funcionarios, tuvo que ver con las políticas de fiscalización implementadas en ese corredor durante el año pasado. Finalmente, las mayores tasas de fallecidos por km2 se observaron en las comunas 1, 2, 7 y 15.
La estrategia implementada en la ciudad, concluyó Méndez, está encuadrada en el programa Visión Cero, un plan 360 de seguridad vial a largo plazo, que se propone reducir a cero el número de fatalidades por siniestros viales. “Es algo que hablamos y trabajamos con todas las organizaciones de familiares de víctimas y asociaciones que trabajan en esta problemática. No hay pérdida de vida que sea aceptable”, concluyó Buzzi.