¿Cuánto recauda en el subte el mejor violinista del Colón?
Qué generó y cuánto recaudó Pablo Saraví, uno de los violinistas más virtuosos y cotizados del país, al ofrecer un concierto en una estación del metro porteño; acceda al video
El primer violín del Teatro Colón y de la Filarmónica de Buenos Aires, Pablo Saraví, ofreció un concierto de media hora en el nudo del subte que une las estaciones Carlos Pellegrini, 9 de Julio y Diagonal Norte, de la ciudad de Buenos Aires. De incógnito, y en horario pico, tocó obras de Bach, Mozart, Vivaldi, Telemann, y Kreisler.
Vestido de jean y camisa, en medio de una marea de gente apresurada, y con el ruido de maquinarias de fondo, el concertino sacó su Carlo Ferdinando Landolfi , construido en Milán en 1770, y se propuso seducir a la ciudad de la furia.
Pasó inadvertido para la mayoría. Hasta una señora se acercó a preguntarle si conocía cierta dirección, y otra a preguntarle su teléfono para tomar clases. Pero Saraví respondió cordialmente y siguió con su concierto; sin aplausos, sin gala y con poca atención.
Unas dos mil personas pasaron por el lugar, pero sólo doce detuvieron su marcha para escucharlo. Un único hombre lo reconoció, de haberlo visto alguna vez en el Colón. Fue Lautaro Vascos, músico, de 25 años que iba camino al trabajo. "Me parece increíble que un artista de este nivel esté haciendo esto en este contexto", dijo al verlo.
"¿Mamá, me comprás un violín?", preguntó una nena de unos tres años mientras caminaba de la mano de su madre. Se frenaron por un segundo a escuchar juntas y retomaron la marcha. Hubo un joven que se detuvo a escuchar una parte del concierto: la primera sonata y las partitas dos y tres de Johann Sebastian Bach. Saraví había decidido tocar esta pieza clásica por ser "una obra muy conocida, atemporal" y por tener "algo espiritual".
LA NACIÓN realizó este ensayo social inspándose en el trabajo ya realizado por el diario Washington Post en la estación L´énfant de Washington DC, con el violinista Joshua Bell, reconocido mundialmente. El trabajo intentaba analizar la percepción, el gusto y las prioridades de los estadounidenses.
" La belleza pasa inadvertida ", fue la conclusión a la que llegó el Post, luego de que Bell recaudara 32 dólares y fuera reconocido por una sola persona . En Buenos Aires, el arte del violín de Saraví también pasó inadvertido para la mayoría, aunque la cantidad de "espectadores" fue mayor, y la "recaudación", teniendo en cuenta las diferencias, también: $76,25 en media hora.
¿Cuánto ganaría Saraví si se dedicase únicamente al subte? La respuesta será inexacta. Pero si se multiplican esos $76.25 ganados en 30 minutos, por ocho horas de trabajo diario, con dos francos semanales, se obtiene un total de $24.400 mensuales de ganancia. Un músico profesional de su categoría, en cualquiera de las tres orquestas más importantes del país, cobra aproximadamente 12 mil pesos por mes en el cargo de concertino. Es decir, la mitad.
"Al margen del dinero, esta experiencia tiene que ver con cómo una persona que está distraída o apurada puede llegar a apreciar una manifestación artística en un lugar que no es el habitual", aseguró Saraví al acceder a la propuesta de LA NACIÓN de tocar en el subte. "La gente fue muy respetuosa, y no fue raro que pocos se hayan detenido. Esta no es la música que se escucha siempre en este lugar", sostuvo ni bien terminó la experiencia.
"Así como yo estoy acá, hay otros miles de artistas en la ciudad haciendo lo mismo; hay para todos los gustos. Lo importante es despertar un poco la conciencia", sostuvo. "En las ciudades grandes se da un cierto fenómeno, que es que cada uno está en lo suyo, lo que no quiere decir que la gente sea insensible", concluyó.
(Con la colaboración de Julieta Cuneo)