Coronavirus: Por qué los infectólogos prevén un escenario peor que en el primer brote
En un innegable ascenso de la curva de casos, la transmisión comunitaria de otras variantes de coronavirus causa alarma entre los expertos
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Ya nadie niega la segunda ola de coronavirus. El aumento del número de contagiados diarios en todo el país, no solo en el área metropolitana, en los últimos días confirmó un rebrote que se esperaba para más adelante, pero que obligó a tomar medidas restrictivas para frenar el avance de la enfermedad y, sobre todo, las nuevas variantes de Covid-19. La circulación comunitaria de cuatro cepas es hoy la mayor preocupación y lo que marca la diferencia entre el escenario 2020 del actual.
La experiencia del año pasado alienta a no realizar predicciones apresuradas sobre cuándo llegará el pico. La proyección indica que los casos irán en aumento durante abril y mayo, con junio y julio como meses que podrían complicarse por las enfermedades estacionales del invierno. Sin embargo, la letalidad, la transmisibilidad y el comportamiento frente a las vacunas de las variantes en circulación son más preocupantes.
“Es un escenario distinto al del año pasado, pero para peor. Tenemos a los cuatro jinetes del apocalipsis dando vueltas y no hay que dejarlos entrar mucho más”, graficó el Dr. Luis Cámera, secretario de la Sociedad Argentina de Medicina y miembro del comité de asesores del presidente. “No es fácil proyectar, pero los casos estarán subiendo en los próximos meses teniendo en cuenta lo que ocurrió en los últimos dos meses con la cepa vieja. Nadie puede decir que pasará con las nuevas cepas”, agregó.
Ayer el Ministerio de Ciencia de la Nación confirmó la circulación comunitaria de las variantes de coronavirus conocidas como de Manaos y Reino Unido, aunque aún no se detectó la cepa de Sudáfrica. Se reportaron cuatro variantes de importancia epidemiológica detectadas en la Argentina que corresponderían a casos de infecciones en la comunidad o de origen desconocido: la variante 501Y.V1 (Reino Unido), la 501Y.V3 (Manaos), la P.2 (Río de Janeiro) y la CAL.20C (linaje B.1.427, California). Las muestras corresponden a 297 personas infectadas residentes en la ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, sin antecedentes de viaje al exterior, y 16 residentes en Córdoba relacionados con el reingreso de turistas argentinos, contactos estrechos o casos adquiridos en la comunidad.
La curva en el área metropolitana
“No puedo afirmar si la curva actual es más veloz que las anteriores, pero es más preocupante por las nuevas variantes que entran al país y que ya están con transmisión local”, sostuvo el médico infectólogo Gustavo Lopardo, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología. “¿En qué difiere con los brotes previos? Las nuevas cepas son más transmisibles, más letales, responden distinto a las vacunas, se comportan diferente a los tratamientos y hasta pueden ser no detectables en los PCR. Las nuevas cepas son un alerta”, agregó.
Las primeras restricciones que se tomaron ante la situación epidemiológica actual fueron el cierre de las fronteras aéreas con Chile, Brasil y México, que se sumaron a Reino Unido e Irlanda del Norte, los testeos a turistas y el aislamiento en hoteles de las personas con PCR positivo. Y esta mañana se sumaron nuevas medidas anunciadas en la provincia de Buenos Aires anunciadas por el ministro de Salud, Daniel Gollán, que sumó su voz para alertar sobre la suba de casos.
“Tenemos subidas explosivas en la última semana que pone en serio riesgo la capacidad del sistema”, soltó el funcionario bonaerense. “Es el comienzo indudable de la segunda ola. La suba de contagios en la ciudad y cómo impacta en el conurbano ya lo aprendimos, pero esta vez es un nivel alto de contagios y circulan variantes nuevas. Estamos en un escenario complicado”, sostuvo sin dar precisiones sobre el pico del brote.
En la misma línea, desde el Ministerio de Salud de la ciudad evitaron hablar sobre el tema aunque las fuentes consultadas admitieron que “se analiza un ascenso de la curva más rápido que la anterior” lo que se traduce en una “mayor preocupación”. La semana pasada un funcionario de alto rango y cercano a Horacio Rodríguez Larreta había admitido que el sistema de salud porteño podía soportar un crecimiento de casos de la cepa original, aunque no se podía anticipar cómo respondería si comenzaban a circular las nuevas variantes.
La curva en la ciudad de Buenos Aires
“Es una preocupación. El sistema se está preparando nuevamente para una eventual situación de emergencia. Pensamos en priorizar la atención en los hospitales, es decir, diferir los chequeos de rutina, y llevar todo el nivel de urgencias”, admitieron desde Salud. La ocupación de camas de terapia intensiva con pacientes graves por Covid-19 es del 31,5% (142 sobre 450 disponibles) y moderados del 18,8% (283 sobre 1500).
Ayer en la ciudad se reportaron más de 2000 casos aunque la aunque la suba se debió a un corte particular del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA). El conteo se realizó sobre las 30 horas anteriores y no las 24 habituales. “Fue un 25% más que un día habitual por lo que se debe esperar cómo impactan los casos hoy y cuál es el promedio porque hubo una falla en el sistema”, sostienen en la ciudad. La media móvil, es decir el promedio de casos de los últimos siete días, es de 1100 mientras que el número R (índice de contagiosidad) de 1,10 (llegó a ser de 0,85 en diciembre).
“En la ola anterior hubo tres olas diferentes: la de los barrios populares, la del área metropolitana y la de las provincias, pero ahora van todas juntas y a la par. El virus aprendió y hará un solo pico en simultáneo. Junio y julio serán meses de complejidad porque habrá casos en todo el país, además de las enfermedades estacionales del invierno”, analizó Cámera.
La gran zanahoria que está por delante es la campaña de vacunación. “El 82% de los fallecidos tenía más de 60 años y la grande mayoría fueron mayores de 70 años. No estamos lejos de darle al menos una dosis a las personas de mayor riesgo, pero mientras tanto, sigamos cuidándonos. Si se hacen encuentros de Semana Santa, que sean con barbijos, en todo momento”, recomendó Lopardo.