Con Cristina viajamos en el Túnel del Tiempo
Un periodista de LA NACION cuenta en primera persona cómo la falta de electricidad llegó a Recoleta
No es una zona particularmente complicada de la ciudad. Hace pocos años fue el territorio atemorizado por "el violador" -en realidad, un abusador- y en los últimos tiempos se ha vuelto más transitada y ruidosa por los cambios de sentido de circulación.
Pero en los alrededores de Beruti y Anchorena no son comunes los cortes de luz, menos los prolongados. Tal vez porque es una zona de importantes centros de salud. El Hospital Alemán está a apenas una cuadra. Tampoco se inunda y no se inundó ni siquiera ayer. Hubo mucha agua sobre las calles, pero hasta donde supe, no entró en los edificios. Y por la distancia al puerto y la dirección del viento, tampoco se sintió la nube de ayer.
Pero el corte de luz que ya lleva más de 13 horas comenzó anoche poco después de las 20. Una explosión que parecía un trueno tardío de la fenomenal tormenta precedió al apagón. No hay que ser un experto para saber que la solución no sería rápida. Y no lo ha sido.
La ley de la oferta y la demanda dice que si se coloca a algún bien o servicio un precio artificialmente bajo, aumentará mucho la demanda y caerá la oferta. El mercado energético en general ha sido destruido por las políticas aplicadas desde 2003 y sostenidas irracionalmente en el tiempo.
El Gobierno ha comenzado a desmontar los subsidios de manera tardía e insuficiente y queriendo digitar las inversiones de las compañías, sin advertir, que desde que está intervenido, el mercado es un desastre.
Son la políticas llevadas adelante por Julio de Vido , que causaron el desabastecimiento energético, la desinversión, la destrucción del sistema de transporte y los 51 muertos de la catástrofe de Once . El mismo ministro sigue en su cargo y ahora dice que junto a Axel Kicillof va administrar el dinero para arreglar el problema que él mismo generó.
Lo único cierto es que quienes en las áreas de Edenor y Edesur tienen hoy luz y quienes no la tienen pagarán con aumento en la próxima factura, con la promesa de que algún día se harán las obras para que no haya apagones. Es la promesa de qien jura que no hay crisis, que el sistema está preparado para el verano y que ya está terminada Atucha II.
La política energética es uno de los más grandes desastres que ha hecho la actual administración, llevando al país al borde del colapso y a una peligrosa dependencia externa. Y a mi barrio, todavía, no le ha tocado la peor parte.
La década de los 80 se recuerda hoy con aires nostálgicos. Y vale la pena hacerlo y dejar de añorar los 70, con sus miles de muertos. Pero en la Argentina los 80 también dejaron muchas enseñanzas, que vale transmitir a quienes tienen hoy menos de 40.
Tengan el tanque del auto con la mayor cantidad de nafta que puedan, si baja un cuarto, es hora de ir a cargar. Nunca se sabe cuándo faltará.
No se confíen en que en los cajeros hay dinero. No sólo se acaba pronto por la inflación. Un apagón puede sacarlos de servicio. No se queden sin dinero en la billetera.
Si están donde hay energía eléctrica, tengan el celular siempre cargando. Así ante un corte al menos tendrán la batería completa y más autonomía. Sirve si las líneas no están desbordadas porque el Estado no licita frecuencias, claro. También puede ser de utilidad uno de esos cargadores solares, que acumulan energía y pueden alimentar al celular. Pero recordá que la carga es lenta, aunque lo pongas al sol directo.
Tengan en casa algún teléfono común, uno no inalámbrico. Los inalámbricos no funcionan cuando se corta la luz.
Convene tener luces de emergencia en casa y comprobar que estén cargadas.No conviene dejarlas en el modo en que se encienden solas cuando se corta la luz. Si no estás en casa, tal vez cuando llegues se agotaron las baterías.
Un sistema de energía ininterrumpible (UPS) al que se añada una batería de auto puede ayudar a mantener funcionando computadoras y hasta algún LED TV pequeño. Pero si se cortó el alumbrado público, difícilmente tengas señal de TV por cable o de Internet.
Para mantenerse informado conviene tener una radio. Sin Internet no podrás sintonizarlas con la tableta o computadora. Con los smartphone no es muy práctico, porque dependen del 3G, que es muy lento.
Y sobre todo, se debe desconfiar de los gobiernos que todos los días en la factura, en el boleto de colectivo, en la tarjeta del subte te dicen que sos un privilegiado que pagás por los servicios muchos menos que en San Pablo, Santiago de Chile y Montevideo. Pero no te aclara que eso es cuando funcionan.
Para mí, el kirchnerismo que se dice setentista, es en realidad sesentista. Es de los 60 la serie que nos hace vivir: El Túnel del Tiempo, con la que nos ha traído de vuelta a los problemas que se habían superado.