Los chicos de finales de los setenta y comienzos de los ochenta soñaban con que se iban a mover por las ciudades con autos voladores, como Los Supersónicos. Quienes planificaban las políticas de movilidad pensaban parecido. Construyeron grandes autopistas para poder llegar "volando" en auto desde los suburbios al centro de la ciudad. Pero este modelo trajo una pesadilla de tránsito que sufren los habitantes de las grandes urbes.
Por eso, el paradigma se ha reformulado y tiene hoy otros ejes: más peatones, más bicicletas, más y mejor transporte público y menos autos. El énfasis también está puesto en que todos puedan movilizarse seguros por las ciudades, incluidas las personas con discapacidad. De estos temas se habló en el 3er Congreso de Urbanismo, Movilidad y Participación "La Ciudad que Queremos", organizado por el gobierno de la ciudad en la Usina del Arte.
En los últimos años, Buenos Aires fue parte de este cambio: la bicicleta ganó lugar gracias a las ciclovías y al sistema público de rodados. En la 9 de Julio, símbolo máximo de la dictadura del auto, se instaló un metrobus, por donde los colectivos que antes atiborraban el microcentro circulan rápidamente. Como correlato, se pudieron peatonalizar el centro y la zona de Tribunales, que se volvieron amigables para caminar. Otro ejemplo de reconversión de una estructura obsoleta y mal pensada es la construcción de un carril central para colectivos en la Autopista 25 de Mayo.
El ingeniero colombiano Darío Hidalgo, presidente de la Fundación Despacio, que se dedica a fomentar la movilidad sustentable, asegura que el tema básico es la calidad de vida de las personas. "El espacio público peatonal, la oportunidad de movernos en bicicleta, la prioridad del transporte público, esa es la movilidad del futuro, a la cual le estamos apuntando".
"La Fundación Despacio auspicia precisamente eso, y trata de hacerlo fuera de lo intuitivo, porque lo intuitivo hasta el momento es más carros, más vías y el resultado es más congestión, más contaminación y mayor número de incidentes de tránsito, que es algo contra lo que tenemos que luchar. En ese sentido seguimos apuntando a cosas que no son las que muchos pensaban. A mí como ingeniero lo primero que me enseñaron fue 'Trate de poner más capacidad y velocidad en las ciudades' y la verdad es que la solución es bastante sencilla: más peatones, más ciclistas, más transporte público. Esto es lo que han venido haciendo las ciudades europeas en los últimos 40 años, desde el embargo de petróleo y la lucha contra la inseguridad vial", afirma Hidalgo.
"En los 70, las ciudades europeas también estaban pensadas para los autos, pero han cambiado. Ahora uno ve Amsterdam, Copenhague, Munich, París, Berlín, Estocolmo, Londres, Zurich y Viena, todas con porcentajes de movilidad en bicicleta por encima del 30%. Algunas muy por encima del 60%. Es increíble que el 20% del índice de felicidad esté relacionado con el uso de bici. Hay papers académicos que dicen que las ciudades con más ciclistas son más saludables, no solo en cuanto a salud física, sino también mental", describe el especialista.
Curiosamente, coincide con él Pablo Azorín, licenciado en Accidentología y jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). "Cada vez estamos haciendo más acciones para desalentar el uso del auto particular, no solo por un tema ambiental, sino porque lo vemos como una máquina cada vez más ineficiente, costosa, que contamina y produce gran cantidad de siniestros viales", admite. "En base a esto, apoyamos en forma muy enérgica el uso del transporte público, del carsharing y de la bicicleta, a la cual vemos como el medio del transporte del futuro para realizar cortas y medianas distancias", afirma Azorín.
En cuanto a la tecnología para prevenir accidentes, Azorín apunta a que en la actualidad ya hay vehículos con un cierto grado de conducción autónoma, que le permite al auto frenar por si solo si el coche de adelante frena y el conductor está distraído o que retorna el auto a la calzada cuando se va a la banquina. Además, en el corto plazo se va a buscar que los vehículos tengan algún tipo de interacción con la infraestructura para prevenir accidentes y que se puedan conectar con otros vehículos.
"Desde la FIA estamos alentando el camino hacia el auto sin conductor. En el mundo mueren anualmente 1.300.000 personas por siniestros viales, algo evitable. El 90% de los accidentes se producen por un error humano. El coche autónomo esto lo evitaría totalmente, porque no se cansa, no bebe y tampoco tendría poca experiencia. En América Latina, casi la mitad de las muertes corresponde a usuarios muy vulnerables, como motociclistas y peatones. Las motos han tenido un crecimiento sideral en región debido a un transporte público de mala calidad, pero es un medio de transporte muy peligroso", señala Azorín. En la Argentina, el 43,8% del total de los fallecidos en accidentes de tránsito en 2018 fueron motociclistas.
Por otra parte, Agustín Beccar Varela, country manager de Mastercard Argentina aseguró que se está trabajando para que el país se puedan hacer pagos contactless en el transporte con tarjeta de crédito, sin necesidad de la SUBE. "Esto se implementó en Londres, donde en el 55% de los viajes se paga con tarjeta. También funciona en Nueva York y Valparaíso", explicó.
Transporte inclusivo
Otro aspecto importante de la movilidad del futuro es la inclusión. Que todos puedan moverse seguros sin importar su edad, género o condición física. Hacia eso apunta el licenciado en Relaciones Laborales e Industriales Darren Hooper, gerente de Diversidad e Inclusión del Metro de Melbourne, Australia.
"El futuro de la movilidad en las ciudades radica en la inclusión y la diversidad. En el Metro de Melbourne promovemos la diversidad en nuestra fuerza laboral por varias razones. Primero, para tener acceso a diferentes ideas y perspectivas y fomentar la innovación para la solución de problemas. Esta perspectiva también facilita nuestro contacto con proveedores y pasajeros diversos. Y además es una elección como empleadores, para encontrar talento clave y eso es importante en una organización que se debe mover tan rápido como nosotros".
"Cuando diversificamos la participación económica, lo que hacemos es diversificar las oportunidades. Esto nos ayuda a combatir el comportamiento antisocial, lo que deriva en mayor seguridad para los pasajeros y es también una obligación social. La diversidad es clave para mantener el apoyo de la comunidad, cuando somos percibidos como justos e inclusivos, nuestra comunidad nos apoya. Queremos duplicar el número de mujeres que trabajan en el Metro para que llegue al 40% en 2027. Lo que hacemos es ponernos objetivos para poder medir los resultados. Necesitamos ser una organización diversa y es una gran responsabilidad.
Hooper tiene un programa muy ambicioso de empleo socialmente responsable. En el Metro de Melbourne, el 4,5% de las contrataciones debe ser para grupos en desventaja, como aborígenes, solicitantes de asilo, personas con discapacidad, refugiados, trabajadores que hace mucho tiempo están desempleados y jóvenes sin empleo.
El funcionario australiano remarcó los esfuerzos que están haciendo para que el Metro sea accesible para personas con discapacidad y resaltó la importancia de combatir el acoso a las mujeres en el transporte. Incluso, se mostró favorable a poner vagones exclusivos para mujeres, si las autoridades lo consideran necesario.