El último centro de control fue instalado en Retiro para la línea Mitre, pero ya hay dos más en Once y Constitución; afirman que el delito bajó hasta el 40% y el vandalismo, 70%
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La estación de trenes de Retiro está casi vacía, no tiene el vértigo de los miles de pasajeros que habitualmente pasan por allí. Se siente el impacto del servicio reducido de la línea Mitre por el recambio de la parrilla ferroviaria en el ingreso y egreso de la terminal. Y quizá por esa razón el resplandor que emerge del nuevo centro de monitoreo en el hall principal es magnético. El fulgor surge de una pantalla de 18 metros de largo, en la que una treintena de operarios posan la vista para chequear lo que ocurre en toda la traza, estar atentos a las alertas y dar respuestas en tiempo real.
Es el Gran Hermano ferroviario de la línea Mitre, que funciona a través de 1000 cámaras y 70 tótems de seguridad apoyados, además, en una app que se lanzó hace pocas semanas y ofrece, entre otras herramientas, una especie de botón antipánico para alertar sobre situaciones de riesgo. En las cinco líneas del área metropolitana operadas por el Estado (Sarmiento, Roca, Belgrano Sur, Mitre y San Martín) son casi 4900 las cámaras instaladas y más de 300 tótems, que pueden ser activados en forma remota en caso de emergencia. En las próximas semanas se instalarán otras 300 cámaras para ampliar la cobertura.
El centro de monitoreo de la estación Retiro, destinado a la línea Mitre, es el tercero inaugurado por Trenes Argentinos. El año pasado se pusieron en funcionamiento los de Constitución, para el ferrocarril Roca, y Once, para el Sarmiento; la previsión es que en los próximos meses estén listos los de Laferrere, para el Belgrano Sur, y La Paternal, destinado al San Martín. Todo forma parte del plan Trenes Seguros que puso en marcha el mismo equipo que en 2013 lanzó el Centro de Operaciones de Tigre, el comando de seguridad de ese partido de zona norte.
“Se necesita un centro de monitoreo por línea porque las problemáticas son diferentes y hasta los idiomas son diferentes en cada una de ellas. Por ejemplo, el Mitre tiene electrificación por tercer riel y el Roca tiene electrificación por catenaria; entonces el vocabulario ferroviario es diferente de una a la otra. Además, las zonas por donde circulan también cambian y necesitan un abordaje específico”, explica Eduardo Feijoo, gerente de Prevención y Seguridad Integral de Trenes Argentinos.
El funcionamiento de los tres es similar, y la percepción de un reality show en tiempo real y en la vía pública no es exagerada. El de Retiro, el último que se inauguró, cuenta con 21 puestos con personas que están visualizando las estaciones y ante cualquier situación llamativa, como una emergencia médica (representan el 70% de las asistencias que se canalizan a través del SAME y el 911), se activa el protocolo. El supervisor de turno se comunica con el efectivo de la Policía Federal asignado al centro de monitoreo, que a su vez entra en contacto con los policías en las formaciones o las estaciones para cubrir la demanda más urgente.
De la misma manera se atienden las alertas que llegan por los tótems de seguridad o por la app Trenes Seguros, ya utilizada por 16.000 personas, que cuentan con la información del nombre del usuario, la geolocalización y el tipo de problemática, que se puede detallar por mensaje de texto. Además, los operarios en línea están conectados a diferentes grupos de WhatsApp, como el que tienen los guardias de las empresas de seguridad o los empleados ferroviarios, para rastrillar mejor toda la infraestructura.
Mientras se espera por la culminación de las obras, una demanda que los pasajeros frecuentes de los ramales del Mitre exigen, las nuevas herramientas de seguridad tienen como objetivo concentrar toda la información, detectar la emergencia y accionar de la manera más eficiente. El Mitre cuenta con 53 estaciones y toda la red del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tiene 247; según Trenes Argentinos, todas ellas están monitoreadas, al igual que las formaciones que corren por el sistema eléctrico, salvo los trenes con motores diésel “que no tienen un tendido eléctrico para poder transmitir”.
Tecnología y conexión
Los tres centros de monitoreo tienen conexión a fibra óptica con servidores propios ubicados en los halls de las estaciones, con capacidad para almacenar las imágenes durante 30 días, el tiempo mínimo que exige la Justicia para los casos que tiene intervención y demanda material.
El de Retiro cuenta con un videowall de 18 metros de largo y tres de alto, y monitores curvos importados desde Israel con la capacidad de mostrar dos monitores en uno sol. “En prevención se trabaja con lo que llamamos árbol, que son todas las cámaras asignadas a un operario abiertas y la que estás haciendo foco, ampliada en un monitor. Entonces la persona a cargo va monitoreando una a una las cámaras y si tiene que hacerlo, puede enviar a videowall alguna de ellas para que todos le presten atención”, cuenta Feijoo.
Retiro, Once y Constitución están diseñados para trabajar en la prevención del robo de celulares y de bicicletas, pungas, acosadores, abusadores, robo de cables, grafitis y vandalismo. Los tres se conectan a los sistemas 911 de la provincia de Buenos Aires, de la Ciudad y de la Nación para fomentar la sinergia y evitar los problemas de jurisdicción que suelen aparecer cuando los casos corren por un límite difuso entre las estaciones de trenes y la calle.
“Estos centros buscan hacer un sistema de trenes más seguros, ir al eje de la obsesión del pasajero y la pasajera, recuperar su tiempo y su seguridad. El de Retiro es un centro federal que genera más prevención y busca disuadir para que no se cometan delitos en las estaciones o en sus entornos. Es reaccionar rápido cuando se comete un delito, llegar lo antes posible, e identificar a los delincuentes para tener procesos que sean mucho más eficaces”, opina el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano.
De acuerdo con la estadística que disponen en el área, desde la instalación del primer centro a la actualidad el delito bajó alrededor del 40% para los casos monitoreados y llegó a cerca del 70% en hechos de vandalismo, que suelen obligar a sacar de servicio los trenes por, al menos, 48 horas para repintarlos y ponerlos en condiciones de volver a las vías.
En esa línea, y mientras se preparan los otros dos puestos de control, Trenes Argentinos avanza en la firma de convenios con diferentes municipios (ya acordó con Quilmes, San Isidro, Esteban Echeverría, Berazategui y la Ciudad de Buenos Aires) para que las jurisdicciones puedan acceder a las cámaras del sistema ferroviario y, al revés, que los centros de monitoreo cuenten con los dispositivos próximos a las estaciones. De esta forma, el ojo del Gran Hermano ferroviario se expande cada vez más.