Clases que acortan la brecha generacional
Las Postas Digitales del gobierno porteño acercan la computación a los adultos mayores; con clases gratuitas en 16 sedes, los más grandes aprenden a perderle el miedo a la cibernética y a bucear en el ciberespacio
"Yo vengo porque no quiero quedarme fuera del sistema. Sin saber manejar la computadora uno siente que no existe", dice convencido Rufino Rodríguez, de 59 años, que mientras estudiaba abogacía comenzó a percibir que algo le faltaba. Fue por eso que, sin dudarlo, decidió anotarse en el programa Postas Digitales, organizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad, que busca familiarizar a las personas de la tercera edad con las nuevas tecnologías mediante cursos y talleres gratuitos de computación.
"Estoy en cuarto año. Los profesores mandan todos los trabajos por mail y yo no sé descargar los archivos y mucho menos usar un pendrive", explica Rodríguez, que asiste todos los jueves, de 10 a 11.30, a las clases que se dictan en el Centro Metropolitano de Diseño, en Barracas.
Pero Rodríguez no parece ser el único. Según datos del último censo, casi el 70% de los mayores que viven en la ciudad, de entre 70 y 79 años, no utiliza las computadoras, y este número asciende a casi el 90% en los mayores de 80.
"Las Postas surgieron a partir de que hay una brecha generacional muy grande entre abuelos y nietos. Lo que buscamos con ellas es generar un punto de contacto entre ambos sectores, que los adultos mayores se sientan incluidos en la sociedad y que aprendan a utilizar la computadora e Internet para realizar trámites y comunicarse con parientes y amigos", explica el subsecretario de Tercera Edad, Claudio Romero.
Hasta el momento se encuentran funcionando en la ciudad 16 Postas, pero según informaron desde el Ministerio de Desarrollo Social, para fin de año se espera que haya 50, distribuidas en distintos barrios porteños, como La Boca, Palermo, Agronomía, Parque Patricios y Saavedra.
"Usando la computadora me siento feliz y realizada. Este curso es una gran cosa para la gente de nuestra edad. Lo que quiero es aprender a mandar mails para comunicarme con mi hijo que vive en Río Gallegos", dice Bernardina Cuevas, de 72 años, mientras escribe su nombre en un archivo y revisa las anotaciones que hizo sobre una fotocopia con el dibujo de un teclado.
La ilusión de poder comunicarse con su nieto que vive en España fue lo que motivó a Olga Díaz, de 75, a tomar clases.
"Mi hija me dijo: «Mamá, ponete las pilas», y acá estoy. Quiero aprender a mandarle mails, chatear, hablar con él y descargar las fotos que envía desde allá", contó Díaz.
Según Romero, actualmente asisten a las Postas alrededor de 750 alumnos, con una edad promedio de entre 70 y 80 años.
Además, asegura que el 90% llega sin saber nada sobre el tema y que las más interesadas en la alfabetización digital son las mujeres.
Melina Tabares, una de las profesoras, explica que llegan muy entusiasmados y se sienten gratificados cuando sus nietos les escriben mails felicitándolos por sus logros.
En cuanto a las dificultades que presentan, dice que lo que más les cuesta es aprender a dominar el mouse.
"Al principio, es difícil manejar el mouse, el teclado, poder escribir con las dos manos, acordarse de los atajos, y es terrible lidiar con el inglés, que está siempre presente. Pero ahora que aprendí a navegar por la Red me busqué un cursito y voy a empezar a tomar clases", cuenta orgulloso Mario Córdoba, de 54 años.
Después de la segunda clase, Córdoba decidió comprarse una computadora para "soñar y perderse por el ciberespacio".
Y aunque es sabido que los periodistas son quienes deben contar la historia y no ser parte de ella, esta vez me tomé el atrevimiento de ser protagonista por un rato.
Luego de que algunas alumnas me preguntaran cómo hacían para abrir un signo de interrogación, ya que su profesora se encontraba muy atareada explicando otras cosas, decidí ayudar a aquellas mujeres curiosas y llenas de esperanza.
Lejos de ser una experta en computación, les enseñé a borrar palabras, poner mayúsculas, hacer espacios y pasar a otro párrafo.
Y mientras me miraban sorprendidas, pensando que era invencible, les confesé que sólo sé escribir con una sola mano. Me miraron en silencio y sonrieron, ninguna se atrevió a decir nada, pero pienso que quizás, algún día, sean ellas las que puedan enseñarme a teclear con las dos. Algo que todavía me debo.ß
Una inyección de autoestima
Más de 750 alumnos asisten a los cursos gratuitos
- Poco conectados El último censo asegura que el 70% de los porteños de entre 70 y 79 años no usa computadoras.
- Más oferta Creadas por el Ministerio de Desarrollo Social, hoy funcionan 16 Postas; antes de fin de año serán medio centenar.
- Comunicarse La mayoría de los que asisten a las clases quieren comunicarse por mail o aprender a chatear con familiares que viven lejos.