Nueva fecha: reformulan la construcción de la línea F de subtes, que se hará en tramos
La primera etapa unirá la estación Constitución del ramal C con la estación Callao de la D
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La inversión se anunciaba superior a los 1000 millones de dólares para cubrir los casi nueve kilómetros de un ramal de la red de subte porteña, que uniría la estación Constitución con la Plaza Italia, en Palermo, a lo largo de avenidas importantes de la ciudad y con una obra que no se iniciaría antes de 2020. Fue hace cinco años, el último de los anuncios oficiales de la nueva línea F, que está proyectada desde 2001 cuando la Legislatura estableció que la Capital debía estar equipada con esa línea transversal.
El tiempo pasó y la obra nunca comenzó. Pero ayer una nueva promesa de construcción comienza a crecer, con otro concepto que garantizaría la concreción del ramal en un tramo menor, de poco más de cinco kilómetros, entre Constitución y la plaza Rodríguez Peña (Recoleta), en el cruce con la línea D. No sería la extensión definitiva de la traza, que podría sumar kilómetros hacia el sur o hacia el norte, de acuerdo con el avance de los estudios de factibilidad.
Los trabajos de ingeniería empezarán en las próximas semanas, según el anuncio que realizó Subterráneos de Buenos Aires SE (Sbase) y se extenderán por 18 meses. A partir de estas previsiones, la obra para el primer tramo del ramal recién podrían comenzar en 2024, siete años después del último anuncio. La nueva fecha apuntada caerá con otra administración, ya que el mandato de Horacio Rodríguez Larreta culmina en diciembre de 2023.
En 2019, en una entrevista con LA NACION, el expresidente de Sbase, Eduardo de Montmollin, le había puesto otro plazo a la ejecución de la línea F. “Suponiendo que todo sale bien, el cálculo que nosotros hacemos es que podríamos estar empezando a construir a mediados de 2021. Y terminando la línea completa a mediados de 2027″, decía. Una de esas dos promesas, entre tantas que rodean la línea F, no se cumplió.
Los cambios
La Legislatura porteña aprobó la ley 670 en 2001 para ampliar la red de subtes en una ciudad diferente a la actual, con otras necesidades y formas de movilizarse. Para el nuevo proyecto, la Ciudad tomó otras decisiones que podrían acelerar los tiempos. Por un lado, que la ingeniería esté a cargo de un equipo propio de Sbase y no de una empresa privada; por otra parte, la construcción de la línea por tramos para facilitar las licitaciones y el financiamiento.
“Es necesario repensar las etapas de ejecución de la línea, sus instalaciones complementarias, su forma de operación y la sinergia de las distintas inversiones teniendo en cuenta la dinámica de los cambios en las condiciones de vida y la movilidad que se presentan en la ciudad”, explican desde Sbase.
En la primera etapa del estudio, se analizará el eje central de la futura línea F que correrá debajo de las avenidas Entre Ríos y Callao. Este segmento facilitará el desplazamiento de pasajeros entre el norte y sur de la ciudad sumándose como alternativa transversal. En los extremos conectará a las líneas C (estación Constitución) y D (estación Callao), y su recorrido de 5,2 kilómetros también permitirá transbordos con las líneas A, B y E. Ese tramo de la traza coincide con la zona más densamente poblada de la ciudad y se calcula que tendría una demanda diaria estimada de hasta 300.000 pasajeros. Por eso, las autoridades eligieron comenzar por ese segmento, con seis estaciones en principio: Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso, Sarmiento y Paraguay.
La licitación original para la ingeniería de la primera etapa del proyecto tenía un presupuesto estimado de US$ 5.000.000, que podrían ascender hasta los US$ 10.000.000 en un plazo de 18 meses. En Sbase calculan que, al hacerlo con recursos humanos propios, el presupuesto estimado rondaría los US$ 3.000.000, una tercera parte de la licitación original. Para eso, se explicó, Sbase reforzó recientemente su equipo mediante la incorporación de algunos profesionales que fueron responsables de realizar los anteproyectos de las obras más transformadoras de los últimos años en materia ferroviaria, como los viaductos Mitre, San Martín y Belgrano Sur.
El tramo entre Constitución y la plaza Rodríguez Peña incluirá también un enlace operativo con la línea H, ya previsto en el plan original, con lo cual se podrán utilizar los talleres de ese ramal para los trenes de la nueva línea F. Este espacio se ejecutará debajo de la calle Pacheco de Melo, entre Callao y Las Heras, tiene 800 metros de longitud y puede ser utilizado como cochera para ocho formaciones.
Antecedente
El proyecto anunciado en 2017 contemplaba 8,6 kilómetros de extensión entre la terminal de trenes de la línea Roca y la Plaza Italia. En ese momento, se estimaba una inversión de US$ 1050 millones –a razón de US$ 120 millones por kilómetro– para la obra civil, la instalación de vías y señales, la compra de material rodante y el suministro de potencia eléctrica.
Se preveía entonces que toda la nueva línea sumaría más de 500.000 pasajeros diarios. El proyecto diagramado contaba como punto de partida la plaza Constitución por la avenida Juan de Garay hasta su intersección con la calle Solís para comenzar allí una curva hasta alinearse con las avenidas Entre Ríos y Callao.
En la ley aprobada en 2001, también se estableció la construcción de otras dos líneas de subte para brindar más conexiones. Además de la F, se pensó en la línea G (entre Retiro y Villa del Parque, a través del Cid Campeador) y la I (desde la estación Emilio Mitre hasta Plaza Italia y de allí a la Ciudad Universitaria). Al igual que la F, ninguna avanzó.