El caucho se calienta en dos máquinas. Pronto será desparramado en el piso de hormigón que tiene ese rectángulo, ahí entre juegos infantiles armados con caños, que en algún tiempo más treparán los niños. Cuatro hombres reciben el caucho caliente y lo distribuyen como artesanos para dejar lo más parejo posible la superficie de la nueva plaza de Ciudad Oculta, en Villa Lugano. Es ese mismo terreno donde hasta hace pocos meses se levantaban los 14 pisos del Elefante Blanco, un símbolo del abandono de décadas que fue demolido para darle paso a esta plaza y a otro edificio.
Esta nueva construcción está al otro lado de la reja que separa la plaza y un patio que hoy se ve repleto de bolsas de arena, baldosas, paneles de vidrio y una palmera. Son los materiales de construcción utilizados para terminar la nueva sede del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, que se levantó al mismo tiempo que se reducía a escombros el Elefante Blanco.
Allí se mudarán 1300 personas que trabajan en el organismo porteño, que hasta ahora funcionaba sobre la calle México, en Monserrat. La primera fecha prevista era mañana, 24 de junio, pero la inauguración oficial se corrió para el 1° de julio. Sin embargo, esta semana empezarán los primeros traslados de cajas y otros elementos. Quizá también ya se instalen algunos trabajadores del ministerio.
El proyecto, que demandó una inversión de $640 millones entre la demolición del Elefante Blanco y la construcción del nuevo ministerio, tiene como principal objetivo profundizar la integración de la villa 15 (Ciudad Oculta) con el resto de la ciudad como parte de la urbanización de los barrios más postergados. Así lo entiende Vicenta Cabrera que tiene una panadería sobre la avenida Piedra Buena al 3400, a metros de la obra. "Lo que ya está cambiando es la seguridad porque se veía mucha delincuencia y arrebatos en las paradas de colectivos y en otros lugares. El Elefante era un aguantadero y, al no estar más, eso cambió", dice.
Sándwiches de milanesa, empanadas, tarta paraguaya, chipá, facturas y pan le podrá ofrecer Vicenta a los empleados del ministerio, aunque tendrá la posibilidad de ampliar su oferta. Ella y otros comerciantes de la zona recibieron sugerencias de lo que podrían consumir los nuevos integrantes del barrio. "Ensaladas, tartas, comida rápida y saludable es lo que podríamos agregar", cuenta.
Un ícono del abandono
Desde que quedó en desuso tras el golpe de Estado de 1955 que derrocó a Juan Domingo Perón, el Elefante Blanco recorrió un camino esquivo marcado por la marginalidad y el abandono. Hubo varios planes para encontrarle una utilidad, como el que intentó en 2007 el entonces jefe de gobierno porteño Jorge Telerman quien le cedió un espacio a la Fundación Madres de Plaza de Mayo para construir viviendas. Ningún proyecto resultó exitoso ni impidió el crecimiento del asentamiento Manzana 27 Bis, formado por unas 100 familias que rodearon el Elefante Blanco con viviendas precarias, una prolongación de la toma del edificio que llegó a estar ocupado por hasta 1000 personas.
"Cuando sacaron a la gente de acá al lado las ventas bajaron muchísimo porque eran nuestros clientes. Después mejoró al empezar las obras. Y ahora, que hasta están arreglando la calle y la vereda, hay más tipos laburando y se vende bien", dice Félix Giménez, mientras despliega la elaboración en serie de los sándwiches de milanesa. "Perdoname pero esta es mi hora pico", se excusa y vuelve a su tarea.
La demolición del Elefante Blanco se realizó en seis meses, entre abril y octubre del año pasado. El ritmo de trabajo fue intenso y en una semana se arrasaba un piso de entre 2800 y 3000 metros cuadrados. Mientras las máquinas y obreros iban reduciendo los niveles superiores, en el mismo predio iba creciendo el nuevo edificio, una obra a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano.
La inauguración oficial del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat estaba prevista para mañana, pero la nueva fecha apuntada es el lunes 1° de julio. Será la primera de dos carteras porteñas que tendrán presencia en las villas. La otra es la del Ministerio de Educación, edificándose en la villa 31, en el Polo Educativo María Elena Walsh. De acuerdo a la progresión de los trabajos se espera que el proyecto esté listo para septiembre próximo. El polo cuenta con una escuela inicial, una primaria y un centro educativo para adultos.
La nueva sede tiene una superficie total de 21.000 m2. La mudanza incluirá el traslado de la Subsecretaría de Promoción Social, Hábitat e Inclusión, y la Secretaría de Integración Social para Personas Mayores. Con este movimiento quedarán liberados tres inmuebles, dos de los cuales se están alquilando, el de México 1661, y el de Diagonal Norte y Perón, y otro propio, en Balcarce 360, que será puesto en venta. La Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar y Comunitario seguirá funcionando en Pavón y Entre Ríos.
No todos los vecinos están conformes con los cambios en el barrio. "Creo que es una pantalla para no ocuparse de los verdaderos problemas que son la falta de agua, de cloacas y de otros servicios", se queja Julieta Marcos, quien vive en la manzana 28 de Ciudad Oculta. "No me va ni me viene el nuevo ministerio. Siento que no hay mejoras dentro del barrio", agrega.
Tampoco se la ve muy conforme a Nelly Ortega detrás de la reja con la que protege su despensa: "Se tendrían que ir todos de este barrio. O, al menos, pagar los impuestos como lo hacemos el resto de los vecinos". Nelly hace 50 años que vive en Villa Lugano y vio crecer a sus dos hijos a la par de la expansión de Ciudad Oculta, con el Elefante Blanco a sus espaldas. "Era un ícono del barrio, la verdad que el nuevo ministerio no me moviliza en nada", suelta. Tendrá que acostumbrarse a la nueva dinámica de la villa 15 que lejos de desaparecer, como pretende la mujer, busca integrarse definitivamente al resto de la ciudad.