Ciudad: con un arroyo a cielo abierto, buscan cambiar la fisonomía del Parque Saavedra
El gobierno porteño prevé “desentubar” el Medrano, que atravesará el espacio verde; llamaron a licitación para realizar un estudio de impacto ambiental; los vecinos temen que la zona se vuelva a inundar
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El Parque Saavedra podría tener un arroyo a cielo abierto. Sería un tramo del Medrano, que fue entubado a mediados del siglo XX y llega desde el partido de Tres de Febrero hasta los barrios porteños de Núñez y Saavedra y atraviesa el espacio verde. Según el comunicado del gobierno de la Ciudad, esta obra ayudaría a que las personas recuperen “la relación con el agua” y reduciría el riesgo de las inundaciones. Sin embargo, muchos vecinos ya expresaron su preocupación porque dividiría al parque en dos y temen que no sirva para mitigar este fenómeno.
“La Ciudad trabajará en la regeneración del arroyo Medrano a la altura del Parque Saavedra construyendo 530 metros de arroyo a cielo abierto. Actualmente, el parque se encuentra más alto que las calles que lo rodean; por eso la obra permitirá cambiar la pendiente de la superficie y generar un efecto positivo en la mitigación de inundaciones. Más de 200.000 vecinos del barrio se verán beneficiados y 75.000 tendrán un arroyo a cielo abierto a menos de 10 cuadras de su casa”, indicaron desde el gobierno porteño.
La Capital está atravesada por diferentes arroyos subterráneos. Desde su fundación hasta hoy, creció y se transformó. De este modo, disminuyó la superficie permeable dando lugar a más espacios asfaltados. Por este motivo, señalan desde el Ejecutivo porteño, hace más de 20 años que se trabaja sobre el Plan Hidráulico de la Ciudad de Buenos Aires, conformado por un conjunto de obras, programas y acciones que tienen como objetivo reducir el impacto de las inundaciones. “A fin de recuperar la relación entre las personas y el agua, el foco de trabajo estará puesto en la prevención, la responsabilidad y el disfrute”, expresaron.
El parque Saavedra tuvo importantes problemas para poder absorber el agua de lluvia y, en repetidas oportunidades, se generaron grandes inundaciones. El arroyo Medrano desbordó varias veces, una de las más caóticas fue en abril de 2013 cuando cayeron más de 150 milímetros de agua en una hora, lo que generó una inundación que dejó seis muertos y 350.000 vecinos afectados.
“El proyecto está bien. La información disponible por ahora es elemental porque están buscando hacer una preselección de candidatos interesados en hacer un estudio de impacto ambiental. Técnicamente no es un desentubamiento, porque solo van a hacer un arroyo más natural con meandros y con un tratamiento paisajístico que se conecte con la entrada y la salida. Seguramente lo van a alimentar con agua de napa, lo que es interesante porque al utilizar el agua de napa tiene una amortiguación para las inundaciones. Hay algunos ejemplos similares en el sur de Londres y mejoró el tema inundaciones. La cuestión es que todos estos procesos necesitan la participación de los vecinos y acá eso no se hizo. Deberían juntarse con la gente lo antes posible”, indica Martín Civeira, ingeniero civil y miembro del proyecto Arroyos Libres.
Cuestionamiento
Por su parte, Alejandro Tiscornia, vecino de Saavedra, miembro de Planeamiento Participativo, señala que, como proyecto estético, la iniciativa del Gobierno es válida, pero duda de la capacidad que tenga para mitigar las inundaciones. “Funcionalmente para una inundación si no tiene un sistema de desagote, no sirve. El arroyo Medrano es uno de los que tiene más diques en el camino y no dejan pasar el agua. La propuesta de hundir el parque es un tema estético porque todo vuelve a entrar al arroyo Medrano, lo que tiene que tener es otra vía para que desagote en el río. Creo que la Ciudad tendía que sentarse con vecinos y consensuar una obra que sirva, esta obra es más paisajística que otra cosa”, opina Tiscornia.
“El arroyo, que atravesará de Oeste a Este el parque, beneficiará a 200.000 vecinos que estarán mejor protegidos frente a inundaciones. Contará con diferentes puentes para mantener la buena circulación y usabilidad de los distintos espacios. También tendrá una capacidad de 50.000.000 litros de agua limpia que en uno de sus extremos seguirá fluyendo por el arroyo entubado”, agregan desde la Ciudad.
Y continúan: “Además, para su diseño y proyección fueron contemplados todos los usos y actividades que se realizan actualmente a fin de poder potenciarlos, así como todos los árboles existentes para poder preservarlos. Los usos que actualmente se le dan al parque no se verán afectados, al contrario, se van a mantener y enriquecer”.
Para poder comenzar con la obra se llamó a licitación para la realización del estudio de impacto ambiental y social que debe llevarse a cabo durante los próximos meses. La obra comenzaría en mayo de 2022 y duraría 10 meses.
Este proyecto, financiado por el Banco Mundial, se llevará a cabo en el marco de un Acuerdo de cooperación estratégica entre la Ciudad de Copenhague y la Ciudad de Buenos Aires, y con apoyo del Grupo de Liderazgo Climático C40 del que la Ciudad es parte. Desde la Secretaría de Transporte y Obras públicas, se realizaron diferentes encuestas y focus group con el objetivo de conocer y entender las diferentes perspectivas que los vecinos tienen del parque así como el uso que le dan, de manera de garantizar que esta obra se adapte a las necesidades y potencie el disfrute del mismo, indicaron desde dicha cartera porteña.