Ciudad: con la nueva ley de alcoholemia, en un día retuvieron 17 licencias por al menos dos meses
Esa cantidad de conductores dieron positivo en los controles; las penas para los infractores se endurecieron desde ayer
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LA NACION
La nueva ley de alcoholemia en las calles de la ciudad de Buenos Aires debutó ayer con la retención de la licencia de conducir para aquellos automovilistas que no superen los controles de los agentes de tránsito. En la primera jornada hubo 17 casos positivos a los que se les suspenderá el carnet por al menos dos meses y hasta dos años, además de la multa económica correspondiente.
En ocho puestos de control distribuidos de manera aleatoria en toda la Capital se realizaron 1369 controles, por lo que el porcentaje de positivos fue de 1,24%, por debajo del promedio anual establecido en 1,7%. De la totalidad, 11 casos fueron de entre 0,5 gr/l y 1 gr/l de alcohol en sangre y seis, de más de 1 gr/l. De acuerdo con el dosaje hallado al momento del test, los conductores recibirán la sanción.
Las penas para el primero de los grupos se resolverán en la Dirección General de Administración de Infracciones, ya que se considera una falta; para los segundos, los más graves, tomará intervención la Justicia Contravencional. Esta división fue parte de la sanción de la nueva ley, una medida adoptada para descomprimir los trámites y ordenar el proceso.
Desde la Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña contaron que los controles de ayer se realizaron con total normalidad y que se reforzaron los puestos; durante el fin de semana, como ocurre habitualmente, se sumarán otros hasta alcanzar los 12 o 15 puestos. Los agentes fueron informando a los conductores sobre la nueva normativa que, en general, fue aceptada en buenos términos.
El proyecto de ley había sido enviado a la Legislatura en noviembre del año pasado y diseñado con el apoyo de la Fundación Bloomberg Philanthropies, junto a organizaciones de familiares de víctimas de siniestros de tránsito. El objetivo es que se convierta en una herramienta que ayude a reducir los fallecimientos en accidentes de tránsito, que en 2020 fueron 82, un 20% menos que el año anterior cuando se registraron 103 (en 2018 habían sido 147).
La graduación máxima tolerada para conducir en la ciudad es de 0,5 gr/l de alcohol en sangre para conductores de vehículos particulares, 0,2 gr/l para motociclistas, y hay tolerancia cero para principiantes y choferes profesionales. Con la modificación de la legislación, las penas son diferentes a las que rigieron durante enero para los positivos de tests de alcoholemia.
Los infractores con dosajes detectados entre 0,5 gr/l y 1 gr/l recibirán una multa de entre 150 y 1000 unidades fijas (UF), lo que hoy equivale a entre $7950 y $53.000, además de la suspensión de la licencia de dos a cuatro meses; para casos superiores a 1 gr/l, la pena económica será de 300 a 2000 UF (entre $15.900 y $106.000) o habrá entre uno y 10 días de arresto, además de la suspensión de la licencia de cuatro meses a dos años. Los plazos se pueden reducir a la mitad si se aprueba un curso de educación vial, mientras que se mantiene el acarreo del vehículo en el lugar del hecho.
En la ciudad uno de cada cinco siniestros fatales está relacionado con el consumo de alcohol. De acuerdo con las cifras oficiales, los controles de alcoholemia se incrementaron 182% en los últimos cinco años (de 119.772 en 2016 a 338.311 en 2021), mientras que la cantidad de positivos disminuyó de 3,3% a 1,7%. Además, en 2021 se alcanzó un récord de controles. Esta nueva metodología de control tiene como principal objetivo bajar un 20% las muertes para 2023 y un 50% para 2030.
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