Cerró Formidable, la tradicional tienda de ropa de Palermo con 105 años de historia
Allí se vestían los futbolistas Roberto Perfumo, Ricardo Bochini, Coco Basile y Silvio Marzolini y artistas como Jorge Porcel, Tristán y Juan Carlos Calabró
- 7 minutos de lectura'
Por este local pasaron varias generaciones de niños y hombres que cada vez que tenían una fiesta lo visitaban para estar a tono con el acontecimiento. Casamientos, hijos que egresaban de la facultad, bautismos, comuniones y bar mitzvahs. Luego de 105 años cerró para siempre la tienda Formidable, ubicada en la avenida Córdoba 4799, en el cruce de la esquina con Armenia. Allí, todavía queda algo de stock en los muebles de madera robusta clásicas de los negocios de otra época.
Todavía con el negocio a medio desarmar, Eduardo Viniarsky (81), dueño de Formidable, recibió a LA NACIÓN junto a su esposa Raquel Azernicky y su hija Bettina, para contar sus sensaciones de toda una vida de trabajo ligada a la tienda. Lo primero que aclara es que todo el mundo lo conoce como Eddy. “Si decís Eduardo acá no saben quién es”. Luego de toda una vida ligada al negocio, Viniarsky mientras termina de liquidar el stock ya reparte su tiempo entre la gimnasia y su pasión por el fútbol. “Camino 7 kilómetros en la cinta y hago bicicleta fija. También tengo mi platea en Avellaneda para ir a ver a Racing que es mi gran pasión”.
Negocio familiar
Como muchos casos en Argentina, la historia de Formidable arranca con la llegada de un inmigrante ruso al país a comienzos del siglo XX. Julio Viniarsky se subió a un barco junto a su familia en Rusia y trajo hasta el Río de la Plata sus conocimientos de sastre aprendidos en la Rusia zarista. “Se pasaba mucho hambre allá –cuenta Eddy, que escuchó el relato familiar de su abuelo-. Argentina le dio muchas posibilidades para desarrollarse”.
Todo arrancó con una casa sobre la calle Armenia que todavía está en pie y un pequeño local en la esquina de Córdoba, en ese momento se llamaba Pedro Rivera y era empedrada. Julio comenzó ofreciendo ropa de trabajo. Al negocio lo llamó “El obrero de Rivera” y confeccionaba overoles y jardineros para trabajadores.
Julio tuvo 5 hijos y, aunque las tres mujeres ayudaban, el negocio era comandado por el fundador y sus dos herederos varones: David y Abraham. “Con el tiempo, vieron que era más negocio vender lo que en aquel momento se llamaba “ropa para salir” -.relata Eddy-. Y así el negocio se volcó a ofrecer camisas, ambos, sacos, pantalones de vestir para adultos y niños”.
La década del 70 marcó a fuego a la familia de Formidable. En cuatro años, desde el 73 al 77 murieron Julio, el fundador de la tienda, y sus hijos Abraham y David. Así en ese momento el negocio quedó a cargo de Eddy. “Tuve que elegir entre el fútbol -jugaba en la primera de Argentinos Juniors- y Formidable. Y la verdad no me arrepiento de nada”, se entusiasma Viniarsky.
Luego de probar otros nombres como “El Campeón”, en la década del 40 quedó sellado a fuego en la puerta del local la denominación actual. Eddy revela cómo fue que eligieron el nombre. “Necesitábamos que tuviera muchas letras diferentes para poder usar cada letra del nombre para los códigos del stock y calcular los costos. Pensá que en ese momento no había computadoras se hacía todo a mano. Las dos opciones de palabras eran Murciélago y Formidable. No hubo dudas de cual elegir”, se sonríe Eddy.
Del boom de ventas a la crisis argentinas
Eddy se jacta de conocer a muchos de los clientes a los que muchas veces recibe en forma personal.
En un momento de la entrevista, la clienta Verónica Giménez se acercó hasta el local a cambiar el talle de un pantalón de corderoy para su pareja. “No sé qué voy a hacer ahora que cerró Formidable. Acá compraba mi papá y nosotros veníamos con mis hermanos cada junio para comprarle el regalo del Día del Padre. Es un placer acercarse, elegir ropa y charlar con Eddy un rato”, se emociona la mujer.
Formidable tenía un plus que lo hacía diferenciarse de la competencia. Trabajaban con sastres propios que ajustaban la ropa a pedido del cliente sin costo extra. “Esto era único e inigualable. Te comprabas un saco o pantalón y te lo entallabas a medida por el mismo precio del producto”, dice Eddy.
Otra fortaleza de Formidable era que ofrecía a la venta ropa para hombres con sobrepeso, aún mucho antes de aprobada la Ley de Talles. “Tenemos hasta el número 70. Si una persona con sobrepeso se quiere vestir bien viene a Formidable. De hecho muchos clientes ya nos escriben diciendo que no saben qué hacer, que ya nos extrañan”, explica el dueño de la tienda.
Viniarsky recuerda la década del 50 y del 60 como grandes hitos de ventas. Se formaban colas de una cuadra sobre la avenida Córdoba para comprar el regalo para los papás. “En ese momento, cada hijo le compraba un regalo diferente y a eso se agregaba otro para el abuelo o hasta para algún cuñado”, cuenta Eddy.
Formidable, en sus 105 años de historia, también vivió los problemas del país. “Con la hiperinflación de 1989, tuvimos que cerrar la tienda un tiempo –relata Viniarsky-. No teníamos precios de referencia y no sabíamos a qué costo íbamos a poder reponer la mercadería. El riesgo de tener problemas graves era muy grande”. Otro momento difícil fue durante el estallido del 2001. “Fue la etapa que más noté el parate económico del país. No se vendía nada”, dice el dueño de la tienda.
Los mejores clientes de la tienda estaban entre la farándula y los jugadores de fútbol de décadas pasadas que se convertían todos en amigos de Eddy. “En Formidable se vistieron Roberto Perfumo, Ricardo Bochini, Coco Basile, Silvio Marzolini -recita Eddy como si fuera un equipo de estrellas-. Además, de artistas como Jorge Porcel, Tristán y Juan Carlos Calabró”.
Final feliz para Formidable
Un día después de 105 años, Eddy decidió bajar definitivamente las persianas de Formidable. Desde 1995, su hija Bettina lo ayudó a manejar el negocio tras volver luego de tres años de estar radicada en México. “Volví para dar una mano un tiempo corto y me quedé 26 años –recuerda la hija de Eddy-. Pero ya está tengo otros proyectos que tengo que atender”.
Luego, el dueño de Formidable puso sus fichas en su nieto Manuel Krygel. “Me estuvo ayudando durante 3 años, pero su vocación está en el periodismo, así que me quedé sin sucesores”, se sonríe Eddy.
Hace unos meses, el dueño de la tienda juntó a sus 17 empleados una hora antes del cierre y junto con un abogado le explicó las condiciones del final de Formidable. “Les pagué todo lo que correspondía a cada uno de los trabajadores. “No tengo ningún juicio y eso me permite dormir tranquilo a la noche”, explica Eddy, mientras hace el gesto de apoyar la cabeza en la almohada.
Viniarsky pasa la mano por el mostrador como si lo estuviera acariciando por última vez, le muestra al cronista de LA NACION fotos con famosos, con los vendedores históricos a los que recuerda a todos por el nombre y de su familia: todas en el local de Formidable. Allí donde construyó su vida, junto a la de sus antepasados inmigrantes y que ahora cerrará para siempre.