Cambios en la ciudad: una nueva plaza en la calle Reconquista, el primer hito en la transformación del microcentro
Forma parte de un paquete de convenios urbanísticos que dará el primer aporte al Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible; en el mismo predio se podría construir un edificio; el proyecto debe ser aprobado en la Legislatura
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La reconversión del microcentro en un área residencial podría tener el primer hito si avanza en la Legislatura la aprobación de un paquete de proyectos urbanísticos que incluyen la construcción de una plaza que se ubicará entre edificios de oficinas y al lado de una tradicional avenida. El espacio público tendrá 5000 metros cuadrados donde hoy funciona un estacionamiento de vehículos pero, a cambio, la Ciudad concederá el permiso para hacer un edificio de hasta 20 pisos.
El proyecto en cuestión, que se presentará en un paquete junto a otros 15, propone el desarrollo de un nuevo parque en un lote sobre la calle Reconquista, entre la avenida Córdoba y Viamonte, en el entorno del histórico monasterio e iglesia Santa Catalina de Siena. El terreno es de dominio privado y, como parte del acuerdo, se otorgará una superficie para darle utilidad pública, mientras que en la restante –sobre Córdoba– se autoriza el desarrollo inmobiliario.
En 2013 un fallo judicial declaró la nulidad de una disposición que autorizaba la realización de una obra de oficinas comerciales, hotel, viviendas, apart hotel, locales comerciales y estacionamientos en el mismo lugar. Según la Ciudad, esa medida judicial ya no tiene efecto, porque se trata de un convenio que sería ratificado por la Legislatura, en caso de aprobarse.
El aval de la construcción de la plaza y un edificio, junto al resto de las propuestas de otras características ubicadas en distintas zonas de la ciudad, aportará no solo mayor superficie de espacio verde público, sino más de 36 millones de dólares que irán al Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible (Fodus), creado para financiar planes, programas y proyectos que promuevan la realización de determinados barrios con prioridad en la zona sur, Barracas y el macro y el microcentro.
Las propuestas enviadas a la Legislatura, explican desde la Secretaría de Desarrollo Urbano, integran el primer grupo de 133 convenios urbanísticos que se presentaron, seleccionados en la convocatoria pública lanzada en enero pasado. El período de consultas finalizó el 30 de abril y las propuestas fueron analizadas entre mayo y el 1° de este mes. Los proyectos se presentaron a través de una plataforma digital junto con la documentación técnica y legal para iniciar el trámite en la sección Factibilidad de Convenios Urbanísticos.
En esta primera etapa fueron considerados aquellos propuestos para los barrios de San Telmo, Monserrat, Constitución, Barracas y La Boca, que generen un nuevo espacio público y verde, con una mixtura de usos (vivienda, oficinas, ámbitos colectivos, salas de exposición, entre otros) o usos alternativos que varíen según la hora del día o el día de la semana. Además, debían asegurar la accesibilidad y la conexión peatonal.
Los convenios son un instrumento de desarrollo que permiten, mediante una normativa particular, mejorar la norma general. No solo pueden autorizar diferente altura o constructividad para determinadas parcelas, sino que, como en el caso del estadio de San Lorenzo en Boedo, pueden incluir un cambio de uso. Algunas contraprestaciones que pueden formar parte de la propuesta de convenio son inmuebles para generar espacio público, fondos afectados a un fin específico u otras alternativas de obras o servicios.
La generación de un espacio público en una zona carente de superficie verde podría generar una nueva contienda legal, más allá de los planes del gobierno porteño. En 2012, cuando avanzaba el plan para la construcción de una torre de 60 metros de altura en el terreno lindero al monasterio, un grupo de vecinos y representantes de la ONG Basta de Demoler presentaron un recurso de amparo ante la Justicia para frenarlo.
Un año después el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 10 de la ciudad hizo lugar a ese pedido con el argumento de que las manzanas delimitadas por las calles San Martín, Paraguay, Reconquista y Viamonte, que incluyen al terreno donde iba a realizarse la obra, “corresponde a la zonificación tipo AE16, en la que la altura máxima de construcción es de 16 metros”, según la normativa de ese entonces.
El temor que impulsó ese pedido fue que el desarrollo inmobiliario tuviera un impacto negativo sobre el conjunto integrado por el monasterio y la iglesia Santa Catalina de Siena, un predio colonial construido en 1745 y habitado por religiosas dominicas hasta 1976, considerado un espacio de reflexión. El edificio está catalogado como Monumento Histórico Nacional.