El primer tramo del parque lineal de Honorio Pueyrredón ya está habilitado después de una larga confrontación judicial; nuevo amparo
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Los bancos de hormigón ganaron el espacio donde circulaban vehículos y el césped copó el territorio en esos primeros metros del parque lineal de la avenida Honorio Pueyrredón que, sin demasiadas estridencias ni inauguraciones oficiales, ya está en funcionamiento, aunque con nuevas trabas judiciales que ponen en duda su continuidad. El proyecto había estado suspendido durante meses por el reclamo de un grupo de vecinos, pero la propuesta fue modificada para poder avanzar. Ahora, las objeciones pusieron foco en los ruidos molestos que genera la obra.
Sin embargo, hay trabajos de parquizado y paisajismo en ejecución a pesar del fallo del juez en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad, Víctor Trionfetti, el mismo magistrado que había dictado una medida cautelar que mantuvo la obra detenida durante siete meses por un recurso de amparo presentado por la asociación de vecinos SOS Caballito.
Un peritaje ambiental cuestionó el plan de mitigación del impacto acústico durante el avance de los trabajos y el juez solicitó soluciones para bajar los decibeles que generan las demoliciones en la zona. Pero, a su vez, permitió continuar con las tareas de paisajismo en el tramo entre la avenida Gaona y la calle Franklin, el que ya fue terminado y es utilizado por los vecinos.
El proyecto integral consiste en instalar un parque lineal en ocho cuadras, entre Gaona y Neuquén, con un avance programado cada dos cuadras y con el desvío del tránsito por las calles Rojas e Hidalgo. Según explicaron desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, “no se harán nuevas demoliciones hasta que el juez avale la propuesta para mitigar el efecto de los ruidos”, que consiste en instalar vallas acústicas a lo largo del obrador. “La feria judicial de enero nos complicaría, por lo que no vemos posible reiniciar antes de que termine la feria”, admitieron desde la cartera que conduce Clara Muzzio.
A pesar de que el plan se está concretando, esta es la segunda vez que la Justicia se interpone, en este caso para todo lo que requiera uso de maquinaria y demolición. En febrero pasado, el juez Trionfetti hizo lugar a un reclamo vecinal y le puso freno al proyecto cuando apenas había comenzado, con el obrador ya instalado. Entre las medidas, el magistrado le ordenó al gobierno de la ciudad que envíe el proyecto a la Legislatura porteña para incluir una calle de convivencia. Salvada esa diferencia, la obra fue retomada siete meses después.
“En las primeras dos cuadras se levantó el asfalto, el hormigón, se llegó a la tierra y se demolió todo lo necesario para instalar el sistema pluvial, los nuevos canteros, la iluminación nueva, la calle de convivencia y los bancos”, detalló el subsecretario de Paisaje Urbano, Juan Vacas. “Nos gusta mucho que, a pesar de que no está terminada la obra, la gente la empieza a utilizar y a disfrutar. Ya se ve que la obra cumple el objetivo planteado”, agregó.
Como ocurrió con la primera parte ahora en uso, no está prevista una inauguración oficial. El 15 de noviembre los trabajos finalizaron en esas dos primeras cuadras y en el tramo siguiente ya está instalado el obrador para continuar, pero no sin antes tener la autorización judicial. Los vecinos ya aprovechan el nuevo espacio, mientras los paisajistas terminan de colocar árboles, plantas y el mobiliario. La prioridad del proyecto fue tener la mayor cantidad de superficie verde, con pocos bancos, y sectores que faciliten la accesibilidad para las personas con movilidad reducida.
Primeros usuarios
“Me encantan los cambios y estaba muy enojada cuando no podían avanzar con la obra, cuando se frenó. Para los peatones es muy buena, porque tendremos más espacio para caminar, banquitos donde sentarnos. Uno se fija en el bienestar personal: no tengo auto, no me molesta si hay más o menos tránsito, pero quizá sea un problema para quienes manejan. Tenemos más verde, nos da otro ambiente, y eso ya es un cambio”, cuenta Enriqueta Orellana, que vive en Caballito desde hace 10 años.
Como ocurre desde que se presentó el proyecto, hay personas a favor y en contra de la transformación, de la llegada del espacio público en reemplazo de los carriles para vehículos. “Ahora que está terminado veo algo que no veía antes y es que disminuye la contaminación sonora. ¡Recién está empezando y ya sucede eso! Es perfecto, otro de los beneficios de la obra”, se entusiasma Diana Quinteros, que vive en el barrio hace 20 años. “Quizá se vea congestionamiento de tránsito sobre la calle Hidalgo, pero toda la ciudad está así de explotada. Necesitamos más espacios como estos, ojalá se repliquen en otros barrios. Porque mejora la circulación peatonal y le da mejor aire al barrio”, agrega.
En el otro extremo se encuentra Horacio Orea, que camina por Honorio Pueyrredón y por el resto de las calles de la zona desde hace décadas. “Horrible e innecesaria”, califica la obra, mientras atiende a los cinco perros que pasea. “Es maquillaje, como muchas de las obras en la ciudad. La gente dice que le gusta porque pusieron cuatro luces y dos plantitas, pero hay que ver el sentido de la obra y que resulte lo mejor para todo el barrio”, añade.
Lo escucha atento Pedro Domínguez, apoyado en su carro que transporta más de 10 termos con café, su oficio desde hace 40 años repartidos entre Mar del Plata y Buenos Aires. “Hay pros y contras. La ventaja es que se puso más lindo el barrio, las veredas de esta zona nunca estuvieron mejor que ahora, pero también dejó de ser una vía importante de circulación para los autos hacia la estación de tren. A los peatones nos parece bien, pero creo que no tanto a los automovilistas”, analiza.
Jorge Maggioni, el kiosquero de la cuadra, hace un análisis más drástico. “Honorio Pueyrredón es una avenida muerta, no te lleva a ningún lado, por lo que me parece que con una calle de un sentido alcanza bien”, sostiene. Y agrega, con una mirada más general: “El progreso está mal visto, pero siempre es bueno. Había quejas con el metrobús y las bicisendas y hoy son cambios importantes para la ciudad”.
Aunque no hay certeza de cuándo podrá continuar la obra, uno de cambios de paradigmas está ocurriendo en Caballito, un modelo que se está repitiendo, en menor escala, en otras trazas de la ciudad: Triunvirato, Corrientes, Yerbal y Ramón Falcón son algunas de ellas.