Bergman, acorralado tras el papelón ante la Justicia
Compromete al ministro la demora en la limpieza del Riachuelo; habrá cambios en la Acumar
Con el mismo tono irónico y desafiante con el que enfrenta a los asistentes a las sinagogas en las que le ha tocado predicar, Sergio Bergman definió días atrás su situación como ministro de Ambiente. "No nos queda otra que rezar", sorprendió el ministro cuando lo consultaron por los posibles incendios forestales y la falta de presupuesto para su área.
Casi un año después de asumir su cargo, y más allá de que nadie discute sus buenas intenciones y su lealtad al proyecto de Mauricio Macri, los resultados no han sido los esperados y su gestión es mirada con lupa por los colaboradores del Presidente.
Justo respecto del saneamiento del Riachuelo, que según sus más cercanos colaboradores era "el" objetivo de su gestión, apareció ayer una nueva evidencia del desconcierto que reina en ese ministerio, espacio fértil para las disputas políticas y las internas por el poder.
"La Acumar se lleva el 80% del presupuesto del ministerio. Y no lo manejamos nosotros", se quejan, por lo bajo, cerca de Bergman, que una y otra vez es mencionado como eventual candidato a diputado en las elecciones del año próximo. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta ; la gobernadora María Eugenia Vidal ; el secretario de Obras Públicas, Daniel Chain, y hasta el opositor Sergio Massa tienen sus representantes en el organismo, que según reconocen en Balcarce 50 "no va ni para atrás ni para adelante". Unos y otros coinciden: a partir del "papelón" de ayer, se vendrán cambios en el organismo. Empezarán con la renuncia de su director ejecutivo, Julio Torti, ingeniero cercano a Chain.
Poco afecto a los cambios bruscos en su gabinete, Macri no dio aún señales de volver a pedirle a Bergman que encabece la lista de legisladores (2011) o de diputados nacionales (2013) en el distrito donde nació Pro.
Pero su inexperiencia en temas ambientales, sumada a la designación de funcionarios de su confianza, pero a quienes conoce de ámbitos extraministeriales, generó más dudas en el gabinete. Cerca del rabino apuntaban a sectores cercanos al jefe de Gabinete, Marcos Peña, como "interesados en el sillón de Sergio". Dejaban a salvo a Vidal y Larreta de los rumores.
El ministro, en tanto, se aferra al Presidente y a su "excelente relación" con quien debe controlarlo, el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. "El único que realmente le respondió siempre es Macri. Y Bergman es del Presidente", definían ayer muy cerca del rabino y ministro, que hoy irá al "retiro espiritual" de Chapadmalal a enfrentarse al juicio de sus pares.