La inauguración del viaducto Mitre subió la vara del transporte de pasajeros en el área metropolitana. La construcción de esa estructura de cuatro kilómetros permitió la liberación de calles que eran bloqueadas por las vías y la eliminación de barreras donde se perdían hasta 20 minutos por hora. En algunos meses la inauguración de la nueva estación Lisandro de la Torre, similar a la construida desde cero en Barrancas de Belgrano, le pondrá el moño a una de las obras más ambiciosas de la ciudad. Aunque no la única.
Durante meses el foco estuvo puesto en ese tramo que va desde las avenidas Dorrego, en Palermo, hasta Congreso, en Núñez, y se perdió de vista lo que sucede en otras zonas de la ciudad donde están avanzando dos trazas elevadas, a distinto ritmo y con fechas de inauguración ya previstas. La apertura del Viaducto San Martín ya tiene fecha programada. El 30 de junio es el día apuntado por el Gobierno para poner en marcha las formaciones sobre las vías, según lo confirman desde la mesa chica del Ejecutivo. El Belgrano Sur, un poco más olvidado, deberá esperar al menos cuatro meses más cuando se inaugure en forma parcial.
De los tres viaductos proyectados el del sur es el más extenso con 5,6 kilómetros desde la estación Sáenz hasta Constitución. En la actualidad el servicio se encuentra limitado entre González Catán y Nueva Pompeya debido a los trabajos que demandaron la instalación de las bases y las dovelas de hormigón por donde correrán las vías. La estructura serpentea entre las viviendas y galpones de Nueva Pompeya y Barracas. Su avance ya garantiza una mejor movilidad para los vecinos de la zona.
"Esta barrera era un martirio. Te podías clavar hasta diez minutos seguidos entre que pasaban los dos trenes, el que va a Constitución y el otro a provincia. Las filas de autos eran interminables", recuerda Juan Arévalo mientras descarga las cajas de su camioneta utilitaria sobre la avenida Saénz, donde se eliminó una de las barreras más complicadas de la ciudad. En el cruce ahora se ve el viaducto en altura y a pocos metros la obra de la nueva estación Sáenz elevada, con accesos por ambas veredas y un centro de transbordo en el lado oeste, donde también se ubicará el acceso a la futura estación Sáenz de la línea H del subte.
En ese cruce, como pudo comprobar LA NACION antes de que se interrumpiera el servicio, la barrera estaba baja hasta 20 minutos por hora y perjudicaba la circulación de los colectivos de 22 líneas que pasan por allí, 22.000 vehículos diarios y unos 370.000 pasajeros. Además de Sáenz se eliminaron las barreras de las calles Einstein, Cachi, Taborda, Amancio Alcorta, Pepirí, Monteagudo y Zavaleta. "Cambió mucho. La obra le da mayor fluidez al tránsito y seguridad a la gente que anda de a pie. Estos puentes impactan", dice aún con sorpresa Guillermo Saldías, al volante del taxi Fiat Siena con el que circula por la zona con frecuencia.
Al igual que lo ocurrido en la traza del tren Mitre, en el paso del viaducto del Belgrano Sur se abrieron calles que estaban cerradas por la vía. Athuel e Iguazú ya tienen libre circulación desde octubre pasado y se espera que en las próximas semanas se habiliten Corrales, Tabaré, Ramírez, Fournier y Ochoa).
Se espera que la primera etapa de esta obra finalice entre septiembre y octubre con la elevación de las vías y la nueva estación Sáenz. A partir de esa fecha se iniciaría la segunda etapa para que las formaciones lleguen a Constitución. "Al Belgrano Sur lo utilizan las personas más vulnerables de la red ferroviaria y lo estamos mejorando con inversiones en infraestructura. Esta obra les permitirá a los pasajeros más desfavorecidos viajar en transporte público de calidad, con una conectividad inédita", le dijo a LA NACION el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. Para este viaducto se asignó un presupuesto de 126 millones de dolares con un financiamiento del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
En el centro de la ciudad
Desde el 25 de mayo pasado el San Martín tiene un servicio reducido entre las estaciones Pilar y Doctor Domingo Cabred hasta Villa del Parque, sin llegar a la estación Retiro y dejando fuera de servicio las paradas en La Paternal, Villa Crespo y Palermo. Poco más de un año pasará para que el viaducto sea habilitado con la consecuente normalización de los recorridos entre las cabeceras.
La obra viene dando señales de avance. La semana pasada se habilitó el paso de vehículos sobre la avenida Córdoba luego de la demolición del Puente de la Reconquista y del retiro de las vías que cruzaban el asfalto. Según fuentes de Gobierno el miércoles próximo se abrirá la nueva traza de la avenida Juan B. Justo entre Castillo y Cabrera y al mismo nivel que el resto de las calles de la zona. Se tratará del último gran hito antes de que comiencen a circular las formaciones.
El objetivo apunta a fin de junio para que los trenes puedan circular con pasajeros entre Villa del Parque y Retiro, pero para eso primero deberán practicarse las marchas blancas, es decir, los viajes con las formaciones vacías para probar que toda la estructura cumpla con las normas de seguridad.
La traza elevada es de cinco kilómetros desde Palermo hasta Paternal, atravesando también el barrio de Chacarita. Como el resto de los viaductos con la elevación de la traza se eliminarán barreras. Ya están liberadas las de Corrientes, Niceto Vega, Honduras y Córdoba y aún están en obra los cruces de Jorge Newery, Garmendia, Cabrera, Loyola, Ramírez de Velasco y Girardot.