¿Autos versus espacio verde? La obra inconclusa y parada por la Justicia que divide a los vecinos de un barrio
El parque lineal de la avenida Honorio Pueyrredón continúa paralizado por la Justicia mientras se espera una resolución de la Legislatura porteña
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Mientras la Justicia porteña sigue frenando la obra que modificará la circulación de una de las trazas más importantes de Caballito y se espera la intervención de la Legislatura que podría destrabar el asunto, Honorio Pueyrredón sigue dividiendo al barrio, no solo a través de su boulevard sino también por las posturas de los vecinos ante el proyecto que cambiará el sentido de circulación, los usos y la dinámica de toda la zona.
La supresión de carriles hacia el sur para la instalación de un parque lineal chocó con el rechazo de un grupo de residentes que elevó su reclamo a la justicia. El proyecto está paralizado desde febrero, poco tiempo después de haber comenzado. Detrás del obrador que se instaló cerca del monumento del Cid Campeador se ven los restos de los primeros avances de la obra, hoy abandonada y a la espera de una resolución.
Durante este tiempo, y después de escuchar el reclamo de las voces en contra, hubo otro grupo de vecinos que comenzó a reunirse todos los lunes para defender el plan oficial y difundir las ventajas del parque lineal que tendrá mucho más espacio público y menos superficie para el tránsito de vehículos. Mientras tanto aquellos comerciantes ubicados sobre Honorio Pueyrredón en la cuadra que está cortada siguen mostrándose como los más afectados por la caída de la actividad.
“Creo que la mayoría son ventajas. El aumento del espacio verde es positivo en todo sentido, desde la calidad del aire hasta la temperatura. Además, el modo en el cual está planificado el parque lineal podría mejorar el drenaje de agua en caso de lluvias. Habrá menor impacto sonoro por reducción del tránsito, mayor espacio recreativo para niños y también para los mayores. Recordemos que en la traza del parque se encuentran varios hogares para personas mayores”, enumera Adolfo Bucher, un vecino de la zona.
La idea del Gobierno porteño es modificar el funcionamiento de la traza de doble mano, entre la avenida Gaona, donde se encuentra el monumento al Cid Campeador, y la calle Neuquén, con la eliminación de los carriles en sentido sur para reemplazarlos por un corredor con nuevo arbolado, áreas recreativas y de descanso. Los cambios están pensados para vehículos particulares y transporte público que solo podrán circular por la avenida en sentido hacia el norte. En dirección al sur deberán hacerlo por calles internas como Rojas e Hidalgo.
“Es probable que se congestionen algunas arterias paralelas, aunque también se está evaluando este efecto. Seguramente este es el punto más crítico del proyecto y el que genera mayor resistencia entre sus detractores. Pero creo que en este como en todos los casos se privilegia el bien común de la mayoría. Se debe entender la resistencia lógica que genera todo tipo de cambio. Seguramente algún tipo de comercio puede verse afectado por un menor caudal de tránsito”, reconoció el hombre.
Para Carina Terrero, que vive hace 35 años en la zona, el parque lineal tendrá muchísimas ventajas porque habría más espacio verde en el barrio “que podría contribuir a la reducción de las emisiones de gases del efecto invernadero, aumentar la biodiversidad, promover la movilidad sustentable, mejorar la red pluvial y poner en valor las propiedades de la zona”.
“No le veo ninguna desventaja: tener más espacio verde es lo que siempre quiero para Caballito. Los lunes nos juntamos para manifestarnos a favor del parque lineal y hay muy pocas personas que hacen ruido a favor del no. Nosotros no vamos con ideología política sino queremos que mejore el barrio”, completó Terrero.
También se manifestó a favor de la obra Ariel Mónaco, frentista de Honorio Pueyrredón desde hace 55 años. “El parque lineal tendrá muchas ventajas ambientales, mucho más espacio verde para respirar un aire más limpio, juegos, parquización. No creo que se afecte al tránsito porque los autos se desvían por Hidalgo y Rojas. Será positivo 100% para el barrio porque tendrá más recreación para la tercera edad y para los chicos. Es muy favorable para Caballito”, resumió el vecino.
Rechazo y freno
Este mes la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad confirmó el fallo de primera instancia que resolvió suspender la obra, una medida que había sido ordenada por el juez Víctor Trionfetti, del Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario N°15, tras el recurso ambiental elevado por la agrupación SOS Caballito. El fallo de la Cámara ratifica la primera resolución, pero para la Ciudad abrió una nueva alternativa de solución ya que ordenó la intervención de la Legislatura para que autorice el cambio de uso de la traza.
“La Ley de Tránsito exige una ley para establecer una calle de convivencia -dice el fallo de la Cámara-. En la causa no se advierte un cambio del uso de los bienes públicos involucrados. En materia de dominio público el término uso se refiere al conjunto de reglas que definen la manera por la que las personas pueden utilizarlo”. Los jueces Gabriela Seijas, Horacio Corti y Hugo Zuleta resolvieron que “la obra, tal como ha sido ejecutada por las autoridades, ha omitido la necesaria intervención de la Legislatura quien, en su caso, deberá cumplir con los trámites previstos en el artículo 63 de la Constitución”.
La respuesta de la justicia llegó tras la reacción de SOS Caballito que agrupó un reclamo de los vecinos que se oponen a la obra. “Esto demuestra que la participación ciudadana es necesaria y debe ser escuchada por las autoridades antes de avanzar con proyectos que, como este, provocan cambios sustanciales en la vida de la Ciudad. No puede tratarse de proyectos de laboratorio”, sostiene la agrupación. En su argumentación SOS Caballito explica que se trata de “un pseudo parque que destruye una vía de tránsito cómoda” además de imponer “un gran traslado vehicular a calles no preparadas para recibirlo”.
Con la obra paralizada y la avenida cortada en el primer tramo desde el Cid Campeador hay comerciantes que aún continúan afectados por la nueva configuración del barrio. Es el caso de Miguel Spanier quien desde hace 40 años tiene una relojería en la esquina de Honorio Pueyrredón y Ampere desde donde puede ver los restos de la obra y la calle cortada.
“El trabajo sigue paralizado y bajando, por lo menos un 30% respecto a antes de que comenzará la obra. Tenía clientes desde hace años que venían de todos lados, hasta de Zona Norte, Pilar, San Isidro, y ya no vienen porque es un caos la circulación y no se puede estacionar”, sostiene Miguel. “No sé qué pasará cuando terminen el parque lineal, dicen que habrá más movimiento peatonal y que eso nos beneficiará, pero no estoy seguro de que suceda”, lamenta.
A pocos metros de la relojería aparece otro comercio muy golpeado: la gomería Franklin, que ya no tiene cerca el caudal de vehículos que transitaban por Honorio Pueyrredón hacia al sur y eso, según explican allí, significó una merma del 50% del trabajo. “Si se concreta la obra podría reducirse hasta el 80%”, dice José Torres, propietario del lugar. “Es una obra caprichosa, innecesaria en una avenida con mucha construcción en marcha. Nadie nos consultó nada antes de iniciar los trabajos, no hubo comunicación. Acá no se gana espacio verde. Lo único que habrá es más cemento y hormigón”, agrega.