Así está hoy por dentro la casa en la que murió Luca Prodan
En el lugar funciona un bar donde se hacen recitales de rock; pero la pieza donde falleció el mítico cantante está intacta
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El mito de Luca Prodan sigue vivo en la última casa que habitó en Monserrat. La dirección es Alsina 451, apenas a dos cuadras de la Plaza de Mayo. Desde la puerta de entrada, aparece la marca que dejó el líder de Sumo entre sus seguidores. Miles de mensajes escritos sobre la madera en los que se habla del rastro que dejó el italiano en el rock argentino.
La casa hoy es un bar con escenario dedicado a los recitales de rock. Está manejado hace 10 años por el músico Ariel Belont, quien abrió las puertas de su guarida para LA NACIÓN.
Acá murió Luca
Apenas se sube la escalera de mármol, la misma que subía Luca para llegar a su habitación, el lugar parece un bar típico de la zona. Una barra con heladeras, canillas de cervezas, mesas y sillas apiladas. Las paredes están repletas de fotos de Luca. Pero en la parte de atrás, después del patio llega la sorpresa.
Se abre una pequeña puerta de madera improvisada y tras una escalera angosta, tradicionales en las casas porteñas de finales del siglo XIX, aparece la pieza casi intacta en la que murió Luca.
Prodan murió en los brazos de su novia, Silvia Ceriani, artista plástica que luego también se dedicó a bailar y ser DJ de tango. En la pared, arriba de donde estaba la cama, se mantiene un dibujo hecho por Ceriani. Es la cara de Roberto Petinatto, saxofonista de Sumo, que en ese momento tenía una larga barba partida por la mitad. Además, sobre la ventana que da al patio, hay un vitreaux hecho con cajitas de las pastillas Tictac.
Ceriani fue la única testigo de lo que sucedió dentro de esa pieza de la pensión de Monserrat. La versión que da Oscar Jalil en el libro “Luca Prodan: libertad, divino tesoro” es que “Silvia siempre contó que Luca murió mientras dormía, por culpa de la cirrosis. Pero sus amigos admitieron otra versión: fue una sobredosis de una mezcla de sustancias entre las cuales la heroína formaba una parte del cóctel”.
Las últimas horas
Prodan murió el 22 de diciembre de 1987. Su final sigue marcado por el misterio e intrigas que nunca fueron resueltas. Desde las causas de su fallecimiento hasta cómo vivió los últimos días.
Rodrigo Espina dirigió el documental Luca y estuvo muy cerca del artista en sus últimos días. Cuenta que decidió “recordar que Luca murió con una sonrisa”. Sumo había tocado el 20 de diciembre en la cancha de Los Andes, en Lomas de Zamora. Allí ya se veía el deterioro del cantante. El último tema con el que cerró el show fue Fuck you. Al “tano” le quedaban apenas dos días de vida. Quedaría pendiente la despedida del año de Sumo, planeada para el 30 de diciembre en Cemento, el boliche regenteado por Omar Chabán.
“No puedo asegurar que murió de sobredosis, pero sí que puede haber sido una mezcla de heroína y alcohol -relata Espina-. La realidad es que Luca se estaba muriendo por el deterioro de su cuerpo. Ya se había salvado 8 años antes en Europa y tuvo está extensión de su vida acá en Argentina”.
Conocida la noticia de su muerte, todo fue desconcierto entre los amigos del líder de Sumo. No encontraban ni lugar para enterrarlo. Hasta que llegó el abogado Joe Stefanolo y consiguió un espacio en el cementerio de Avellaneda. Hoy, Luca sigue en ese lugar y sobre su tumba hay una piedra traída desde Nono, Córdoba, uno de sus lugares en el mundo.
La casa del rock
Desde hace unos 10 años, la casa funciona como bar y espacio para recitales . Tras casi una década abandonada, la alquiló el músico Ariel Belont. Durante todo este tiempo, el emprendedor tuvo que pasar por cientos de obstáculos. “Primero estaba solo habilitado como bar -recuerda Befont-. Armé un ciclo de cine y la gente venía a ver la película, pero también atraída por el aura de Luca. Querían subir a ver la pieza de Luca”.
Durante todo este tiempo, Belont tuvo que hacer malabares para mantener el espacio abierto. “Me pedían una rampa de acceso imposible de hacer por la estructura de la casa. Después, logramos una carta de Patrimonio Urbano que nos autorizaba a funcionar como bar sin esa reforma”.
Recién cuando el Gobierno de la Ciudad incluyó a la Casa de Luca como espacio cultural, Belont estuvo habilitado para ofrecer shows en vivo. “Desde ahí hice las reformas del escenario y agregué buen sonido para las bandas”, recuerda el encargado del lugar.
Entre las bandas que suben al escenario de la Casa de Luca, hay una tributo a Sumo que se llama After Chabón (el último disco de Luca) y suele agotar las entradas. “Viene mucha gente que deja flores en la puerta o escribe un mensaje para Luca -relata Belont-. Hasta cuando está cerrado, me tocan la puerta para conocer el lugar”. Así, a 34 años de la muerte de Luca, el aura del artista que vivió apenas 8 años en la Argentina mantiene viva la llama del rock.