Art nouveau porteño: edificios centenarios que aguardan ser recuperados
Se contabilizan 200 de gran valor patrimonial construidos principalmente en los barrios de Balvanera, Monserrat y San Telmo; la mayoría está en mal estado de conservación
A tres cuadras de la plaza Miserere, un turista toma fotografías de la fachada del edificio de Hipólito Yrigoyen 2562. Segundos después, una pareja hace lo mismo con su teléfono celular. Se trata de la Casa Calise, uno de los edificios exponentes de la arquitectura art nouveau en Buenos Aires. La escena sucede lejos del circuito turístico, en el corazón de Balvanera, adonde los interesados llegan atraídos por los edificios de este estilo distribuidos por todo el barrio.
Surgido a principios del siglo XX en Europa, el art nouveau dejaba atrás el academicismo y experimentaba con curvas, hierro y cristales en todas las esferas artísticas. En la arquitectura, se destacan los vitrales, las cúpulas y las esculturas inspiradas en la naturaleza y lo exótico. En la Argentina se desarrolló gracias a las familias burguesas con poder adquisitivo que contrataron arquitectos europeos empapados de la nueva moda. Hoy, esas construcciones promedian los 100 años de antigüedad y su estado de conservación varía según el edificio.
"El art nouveau resultó vandalizado, planchado [proceso de quita de ornamentaciones], porque las reparaciones requerían artesanos, inversión, trabajo, y todo eso cada vez costaba más", cuenta Iván Nalesani, vicepresidente de la Asociación Art Nouveau de Buenos Aires. La entidad que dirige realizó el único registro de edificios de este tipo y contabilizó 200 de gran valor en toda la ciudad, concentrados principalmente en Balvanera, Monserrat y San Telmo.
A diferencia de otras ciudades exponentes del estilo, como Barcelona y Riga, Buenos Aires se caracteriza por contener edificaciones de todas las escuelas que lo desarrollaron: la francesa (art nouveau), la española (modernismo), la italiana (floreale), la alemana (jugendstil) y la austríaca (secesión). Sin embargo, advierten desde la asociación, "falta tomar mucha conciencia del cuidado del patrimonio. La Argentina apenas está en el comienzo de la valoración".
Edificios con nombre propio
Entre los edificios más destacados figuran la Galería Güemes, el hotel Savoy, el Otto Wulff, el Palacio Barolo, la Casa de los Lirios y la Casa de los Pavos Reales. En su mayoría, cuentan con protección del gobierno porteño, que impide su demolición, pero el estado de conservación varía según los consorcios que los administran.
"Tenés contradicciones: en la Galería Güemes hay una asociación que la administra y se puso en valor. Es un orgullo el estado de la galería", explica Nalesani. Por el otro lado, "el hotel Chile es uno de los edificios que necesitan urgente rescate. Está en la Avenida de Mayo, devastado, y es uno de los hoteles más bellos. Se quemó la cúpula y jamás fue restaurada", completa.
"A los cóndores del Otto Wulff se les están viendo los alambres. Está sucio, descuidado. Es una vergüenza la situación de ese edificio, que es la cumbre del estilo jugendstil en Buenos Aires", agrega.
El caso de la Confitería del Molino -hoy en proceso de restauración tras haber sido aprobada la expropiación por parte del Congreso es para el vicepresidente de la Asociación Art Nouveau "una de las obras de Francesco Gianotti más importantes y el peor ejemplo de desidia".
Hubo restauraciones que sirvieron para preservar el patrimonio, pero alteraron el espíritu. Por ejemplo, "en el hotel Savoy se puede discutir el frente, la decisión de achicar ventanas o la explanada para ingresar autos que no es agradable desde el punto de vista arquitectónico. Pero en el interior tenemos el orgullo de tener la confitería art nouveau más linda de Buenos Aires", sostiene Nalesani.
Desde el área técnica de la Dirección General de Patrimonio porteño indicaron a LA NACION que hay mucho interés en emprender trabajos de restauración vinculados a este estilo artístico. "La guía del art nouveau ya está confeccionada, pero todavía no se ha editado", adelantaron, mientras esperan que, cuando se consoliden las nuevas autoridades del área, se aceleren los proyectos.
Las propuestas de conservación buscan además fomentar el turismo y los lazos con las comunidades de cada barrio desde el aporte cultural. "La conservación del patrimonio da calidad de vida, riqueza", insiste Nalesani. Si Barcelona y Riga viven del turismo art nouveau, por qué Buenos Aires no, se pregunta.
Un recorrido por las fachadas más destacadas de Buenos Aires
- Casa de los Pavos Reales (1912) Avenida Rivadavia 3216
- Casa de los Lirios (1905) Avenida Rivadavia 2031
- Hotel Savoy (1910) Callao 181
- Hotel Chile (1906) Av. de Mayo 1297
- Galería Güemes (1915) Florida 165 / San Martín 172
- Casa Calise (1911) Hipólito Yrigoyen 2562
- Confitería del Molino (1916) Avenida Rivadavia 1801
- Palacio Barolo (1923) Avenida de Mayo 1370
- Edificio Otto Wulff (1914) Avenida Belgrano 691