Abucheos a la Presidenta en un acto cargado de llantos, dolor y emoción
Hubo insultos para Cristina Kirchner, el ministro De Vido y los ex funcionarios Jaime y Schiavi
Corta, contundente y cargada de emotividad; así fue la ceremonia que, a las 8.32 de ayer dio inicio a la jornada de actividades prevista para conmemorar el primer aniversario de uno de los episodios más trágicos de la historia ferroviaria argentina: el choque de la formación Nº 3772 del Ferrocarril Sarmiento contra el andén 2 de la estación de Once.
En medio del llanto colectivo de los parientes, amigos y allegados de cada una de las 51 víctimas fatales del accidente, exactamente a la misma hora en la que, un año atrás, el tren impactó contra el andén, sonó una sirena que fue seguida por un minuto de silencio en honor a las víctimas, al cabo del cual empezaron a escucharse los gritos de "¡Justicia!". A la primera exclamación se sumaron, una a una, las voces de todos los presentes: "Por nuestros seres queridos, por nuestros hermanos, por nuestros amigos, por nuestros hijos, por nuestros compatriotas... Justicia", clamaban.
A continuación, los actores Rubén Stella y Javier Lombardo leyeron respectivamente un comunicado de los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento y un poema. "Todo está detenido, incandescente, esperando por esa lluvia fresca que se llama Justicia", terminó el poema de Lombardo, ante la emoción de los familiares y víctimas, a quienes se fueron sumando los pasajeros de la formación que llegó a la estación en medio del homenaje. Entre ellos se encontraba Alberto Daniel Rodríguez, quien viajó especialmente desde San Antonio de Padua para participar de la ceremonia: "Mi hijo estaba en el tren y gracias a Dios no le pasó nada, pero nosotros viajamos todos los días y vemos que todo está cada vez peor, que desde la tragedia hasta hoy no ha cambiado nada", dijo el hombre a LA NACION.
Entre todas las expresiones de dolor y los textos leídos, sin embargo, la que más emociones despertó fue el comunicado del conjunto de intelectuales y artistas que conforman el colectivo Plataforma 2012, al que le puso la voz el actor Manuel Callau. El grupo estalló en silbidos, gritos e insultos ante la mención de cada uno de los funcionarios involucrados en la tragedia: "Corruptos y asesinos", fueron las palabras que se escucharon en referencia al ministro de Planificación, Julio De Vido y al ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, mientras que los nombres de Nilda Garré, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex presidente Carlos Saúl Menem se perdieron entre abucheos y cánticos con fuertes insultos.
"La masacre de Once expresa de modo paradigmático un modelo que respondió a los intereses neoliberales de los 90 y que se profundizó en los últimos diez años a través de un sistema de alianzas. Once no fue una fatalidad ni un accidente, sino un crimen social largamente anunciado", sentenció el texto, ante la aprobación de todos los presentes.
Visiblemente conmocionados, los familiares y amigos de las víctimas encendieron velas en el andén, arrojaron rosas rojas a las vías -una por cada una de las víctimas fatales- y, abrazándose entre ellos, revivieron una vez más el dolor por los parientes perdidos.
"Yo estoy pasando otra vez por el día más doloroso de mi vida; hoy se cumple un año del día en el que falleció mi hija, del día en el que nos dejaron solos", dijo Carmen Michicao, madre de Micaela Cabrera Michicao, a LA NACION. Michicao vive en Bolivia, y viajó a Buenos Aires especialmente para la ocasión. "Hoy voy a caminar todo el día para pedir justicia por mi hija y por todas las víctimas que fueron asesinadas, porque esto no fue un accidente, sino un asesinato", concluyó.
Irma Ojeda de Garbuio, madre de Carlos María Garbuio, cuya imagen sonreía, congelada en el tiempo desde la remera que vestía, dijo: "Esto es revivir lo que pasó hace un año atrás, pero peor, porque fue un año entero que hubo que pasar con esa ausencia, volviendo a vivir el duelo todos los días, con todas las cosas que fueron pasando".
Garbuio sintetizó su dolor en "el silencio y la indiferencia de nuestros gobernantes, que no estuvieron cuando más los necesitábamos; el asesinato del maquinista, que sabía la verdad, y las declaraciones de la señora Presidenta, que comparó los 35 años que esperaron las madres de Plaza de Mayo con lo nuestro -dijo-. Yo no quiero esperar 35 años.
VOCES QUE PIDEN JUSTICIA
El duelo de los familiares de las víctimas
Edwin Ojeda; marido de Tatiana, padre de Uma: "Éste es el momento para hablar. Aquí estamos para manifestar el dolor. Yo tengo tres hijas, y tenía una cuarta en camino. Mi mujer, que era abogada y estaba yendo a trabajar, estaba embarazada de seis meses. Uma, nuestra hija que no nació, es la víctima 52".
Irma Ojeda de Garbuio, madre de Carlos María Garbuio: "Yo esperaba que la Presidenta hablase antes, que hubiese dicho algo en todos estos meses. Ahora es tarde para que abra el paraguas porque ya estamos todos empapados. Esto no fue un accidente, fue una emboscada. Lo único que quiero es que la justicia no tarde una eternidad. El 17 de octubre le llevé una carta a la Presidenta y se la entregué a su vocera, Mariana Larroque, en mano; al día de la fecha no he tenido respuesta".