En alrededor de un mes y medio el subte E llegará hasta Retiro. Hubo que esperar más de una década para que el proyecto se concretara. Tres nuevas estaciones serán inauguradas de manera simultánea para sumarse al ramal y así el recorrido de las formaciones se extenderá dos kilómetros más hacia el norte, conectando parte del sur de la ciudad con un centro neurálgico de transbordo, en el que confluyen tres líneas de trenes y los ómnibus de larga distancia.
Una vez que las estaciones sean abiertas al público, los pasajeros van a poder combinar con la línea B en la parada Correo Central, y con la C y el ferrocarril Mitre en Retiro. Entre ellas estará la parada intermedia Catalinas, en el cruce de las avenidas Alem y Córdoba. Más de 90.000 pasajeros por día se verán beneficiados con la prolongación de la línea E y las autoridades estiman que se sumarán a la red unos 63.000 usuarios más.
Todos los días, Francisco Achával viaja entre Parque Patricios, donde trabaja, y el barrio de San Nicolás, donde vive. El subte E forma parte de esa rutina. "Funciona bien, por suerte. Cada tres o cuatro minutos hay un servicio", contó a LA NACION. Le parece "una buena idea" que el ramal esté pronto a llegar a Retiro. Tras descender de una formación en la estación Piedras, otra usuaria, Mónica del Val, también opinó que la prolongación del recorrido "es importante".
Ya se instalaron 4700 metros de vías, 25 escaleras mecánicas y nueve ascensores (cuatro para Correo Central, dos para Catalinas, dos para Retiro y uno para la combinación con la línea C), informaron desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño. Se realizó el montaje de aparatos de vías, de los sistemas de potencia y tracción, y la instalación de señales, entre otros trabajos. La inversión fue de $1300 millones. Eduardo de Montmollin, el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase, la empresa estatal que administra la red de transporte bajo tierra), dijo en diálogo con vecinos durante una reunión de gabinete abierto que estas obras representan la inversión más grande en subterráneos que se realiza en la ciudad de los últimos años.
Habrá 11 nuevos comercios distribuidos en las estaciones: dos en Correo Central, cuatro en Catalinas y cinco en Retiro. Las fuentes indicaron que algunos de los locales ya fueron adjudicados. Durante estas semanas antes de la inauguración de la obra se realizarán las pruebas correspondientes y se ultimarán detalles en las estaciones.
La línea E cuenta con seis formaciones General Electric (24 coches) y 14 formaciones FIAT (59 coches) renovadas como parte del plan de flota. Cuando esté inaugurada la extensión, lo que ocurrirá a fines de mayo, según afirmaron desde el gobierno porteño y Sbase, se sumará otra formación FIAT.
La obra para extender esta línea lleva más de una década en desarrollo. La licitación inicial fue adjudicada en 2007, pero solo se avanzó entonces con los trabajos de ingeniería civil; en el contrato, el Gobierno nacional no incluyó la colocación de vías, señales, escaleras mecánicas ni ascensores. Luego del traspaso del servicio a la Ciudad y de la disputa por quién debía hacerse cargo de la infraestructura complementaria, a fines de 2015 empezaron a plasmarse. Desde entonces, los plazos para la inauguración se postergaron reiteradamente.
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Durante años, el ramal fue el más postergado de la red. De acuerdo con un análisis realizado por el programa Subte.data del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) sobre la base a datos oficiales de 2017, las principales quejas de los usuarios en relación al funcionamiento de la línea E se centraban en el mal o nulo funcionamiento de las escaleras mecánicas (el 33% de 4248 reclamos) y por las demoras e interrupciones en el servicio (casi el 19%). Al día de hoy, y desde las redes sociales, los asiduos pasajeros de este ramal continúan manifestando su mal humor por los retrasos que, por distintos motivos, suelen suscitarse en la línea.
Obras conexas
Además de los trabajos de prolongación de la línea, se cambiaron las vías a lo largo de todo su recorrido. Por primera vez desde su inauguración en 1944, se renovaron 20 kilómetros de vías entre las actuales cabeceras Bolívar (en Plaza de Mayo) y Plaza de los Virreyes, en Flores. Esta renovación se realizó durante la noche, cuando el servicio se detenía. A las 4.30 de cada madrugada, la traza quedaba liberada para dar salida a las formaciones. La inversión fue de $1658 millones.
Otra obra anexa: la construcción del taller Lacarra, que fue inaugurado a comienzos de abril. Debido a su espacio disponible permitirá reparar y revisar 15 coches en simultáneo. Funciona en la colectora de la autopista Dellepiane y la avenida Perito Moreno, a 15 cuadras de Plaza de los Virreyes. Tiene tres vías con fosas de entre 90 y 110 metros para el mantenimiento de tres formaciones de cinco coches cada una. También hay una vía de maniobras paralela a la rampa de acceso.