Los viajes en avión son siempre un plan que entusiasma, sin embargo, se recomienda tomar algunas precauciones antes de embarcar
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Tony Schiemer es piloto, ingeniero y médico especializado en medicina aeroespacial. Es voz autorizada para hablar de cómo los viajes en avión pueden afectar la salud. Por eso decidió elaborar una lista de los efectos que sufre el cuerpo cuando una persona se somete a un viaje en avión a larga distancia. Es importante aclarar que esto no significa un problema grave ni mucho menos; además, todas las condiciones de salud varían según la persona que viaje y cómo se encuentre al momento de abordar.
Aún así, resulta interesante tener en cuenta este listado para saber lo que quizás pueda ocurrir en pleno vuelo. De más está aclarar que se elimina del listado al clásico jet lag, el desfase horario que altera el sueño y provoca cambios en la rutina.
1)Deshidratación
Es el primer efecto que aparece. No quiere decir que la deshidratación es una condición sine qua non al viajar en avión sino que se es propenso a sufrirla en pleno vuelo. Según Schiemer, los bajos niveles de humedad en la cabina provocan que los pasajeros sientan la garganta, nariz y piel secas.
En estos casos, la solución es tan simple como tomar agua antes y durante el viaje. Por otro lado, explicó el experto en su artículo publicado en The Conversation, ingerir mucho alcohol puede acelerar el proceso de deshidratación al funcionar como diurético (provoca aumento en pérdida de líquidos).
2) El riesgo de los coágulos de sangre.
Son graves y, de aparecer, pueden provocar la tan temida trombosis. Suelen formarse en las piernas como producto de varias horas de inmovilidad y viajar al resto del cuerpo; como, por ejemplo, el pulmón y provocar “una embolia pulmonar”.
Si bien todas las personas tienen un pequeño porcentaje de que esto suceda, la posibilidad de sufrir trombos aumenta en personas de edad avanzada, con antecedentes de coágulos tanto en ellos como en sus familiares, pacientes oncológicos, embarazadas o quienes tuvieron un parto reciente, personas con obesidad o que estén atravesando una terapia de reemplazo hormonal, entre otros.
Explica, además, el experto que se esta avanzando en varias técnicas vinculadas a las medidas de compresión y otros tantos ensayos clínicos que buscan bajar las posibilidades de sufrir coágulos o, en caso de desarrollarlos, que sean sin síntomas. “Si le preocupa el riesgo de desarrollar coágulos de sangre, consulte a su médico antes de volar. Por lo general, no sabrá que lo desarrolló hasta después del vuelo”, explicó.
3) La radiación
Es otro efecto a contemplar. Esto ocurre generalmente en viajes muy largos, de varias horas y en pasajeros frecuentes. “Puede aumentar el riesgo de cáncer y problemas reproductivos. A menos que vuele con frecuencia, es poco probable que sea un problema”, señaló Schiemer.
4)Los cambios de presión en la cabina y la reacción del gas de nuestro cuerpo
El especialista los enumeró como el cuarto elemento. “Se expande [el gas] a medida que el avión asciende y la presión disminuye”, sintetizó el médico.
Este efecto es fácil de identificar. Algunas personas pueden sentir dolores de oído o de cabeza y, en otros casos, problemas intestinales. “Son un tema en la medida que el avión sube y desciende”, añadió Schiemer. Esto quiere decir que se normaliza la distribución del gas durante el vuelo y estos efectos solo aparecen en los momentos de aterrizaje y despegue.
5) El síndrome de la clase económica
El último elemento lleva ese nombre por ocurrirle mayoritariamente a las personas que viajan en clase turista o económica y está enteramente ligado a los cóagulos en la sangre y el riesgo de trombos explicado anteriormente.
Esto se debe al poco espacio que suele haber en esa parte del avión en relación a primera y la poca amplitud de movimiento para las piernas que tienen los pasajeros. Muchas horas inmóvil por un viaje largo aumentan la probabilidad de que esto ocurra aunque, destaca el especialista, “son problemas que no ocurren con tanta frecuencia”.
No obstante, ante la presencia de dolores e hinchazón en una pierna, dolor en el pecho, tos y/o dificultad para respirar horas posteriores al vuelo, se recomienda acudir de inmediato a un servicio de emergencias médicas.