“Disparale, disparale”: La confesión de un sicario que baleó a sangre fría a un mecánico que pelea por su vida
El acusado, de 21 años, contó detalles del ataque a Leonardo Micheli, de 44 años; la víctima quedó gravemente herida en la cabeza
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El ataque a sangre fría quedó filmado por una cámara de seguridad. La víctima, Leonardo Micheli, de 44 años, se encuentra en grave estado y pelea por su vida. El sicario acusado de haberle disparado en la cabeza, confesó ser el tirador. “Me dijo que vaya con él a matar al muchacho y si no lo hacía iba a matar a toda mi familia”.
Así lo confesó Rodrigo González Pifano, de 21 años y apodado Cindi, ante el fiscal de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez, a cargo de la investigación del ataque, ocurrido el 21 de noviembre pasado en el taller mecánico de la víctima, situado en Villa Galicia, en Temperley.
Según Cindi, la persona que bajo amenazas lo obligó a dispararle a la víctima es Federico Benítez, quien también fue detenido por la policía bonaerense.
“Fede Benítez me fue a buscar a casa y me amenazó con que iba a matar a mi familia”, sostuvo González Pifano, según el expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION.
Según la filmación, el ataque a las 12.40 del 21 de noviembre pasado en la puerta del taller mecánico de Michili, situado en Iriarte 1670, en Temperley, en Lomas de Zamora, cuando la víctima soldaba el caño de escape una moto.
En ese momento, se detuvo una moto con dos personas. El joven que viajaba como acompañante, se bajó del vehículo y Micheli se acercó y se apoyó en un trailer enganchado en un auto.
Cuando Micheli intercambiaba unas palabras con el conductor de la moto, el acompañante sacó un arma y le disparó en la cabeza.
El mecánico se desplomó sobre el trailer y los atacantes escaparon a toda velocidad. En el taller estaba un amigo de la víctima que escuchó un “ruido como si fuese un martillazo sobre una chapa”, pero en realidad había sido el sonido del balazo.
Rodrigo, el amigo de la víctima, salió a la vereda y llegó a ver la huida de los atacantes en una moto negra de “mediada cilindrada”.
Según la declaración indagatoria, donde el imputado no tiene la obligación de decir la verdad, el día del ataque Benítez lo llevó a su casa. “Me dio la ropa, un casco y me dijo ´vamos a matar al chabón´ y me puso el fierro en la cabeza. Me asusté. Fuimos juntos en la moto. Federico [por Benítez] me dio un arma. Cuando llegamos al taller, Federico llamó y él [por la víctima] salió. Me dijo ´disparale, disparale´ si no te voy a tu mamá. Le disparé de cerca”, afirmó el sospechoso.
Cindi sostuvo que después de dispararle a la víctima escaparon rápido en la moto y se fueron a la casa de Benítez.
“Federico empezó a despintar la moto. Ahora está de color verde, pero la había pintado de negro para ir a hacer esto [el ataque a Micheli]. La ropa que usamos, Federico la prendió fuego y el arma la tiró en un basural, a dos cuadras de su casa”, sostuvo en su declaración el sindicado tirador. Aunque después dijo que no sabía que había pasado con el arma.
Cindi no era un novato en el uso de armas de fuego. Cuando el fiscal le pregunto si había disparado en alguna otra oportunidad, no lo dudó y contó: “Sí, varias veces”. Sostuvo que para balear al mecánico utilizó un revólver calibre 22.
Antes de terminar su declaración, cuando ya había confesado su participación y había contado detalles del ataque, el sospechoso espetó: “Tenía que contar esto. Lo tengo que mandar en cana [por Benítez]”.
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