El 17% de los accidentes de tránsito son provocados por el uso de dispositivos móviles y el 8% de los siniestros fatales se produjeron por distracciones de ese calibre
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Uno de los principales causales de accidentes de tránsito es el uso de dispositivos móviles al volante. Acorde a lo que informa un relevamiento llevado adelante por BTR Consulting, de los 1.4 millones de vehículos que circulan todos los días en la Ciudad de Buenos Aires, 240.800 lo hacen con el celular en la mano.
La realidad al volante está estrechamente vinculada al uso de la tecnología. Hoy es difícil pensar en un auto sin acceso a algún dispositivo tecnológico y quienes manejan vehículos que no incorporan en el habitáculo grandes pantallas, recurren al celular para acceder a los servicios de geolocalización y entretenimiento.
En sí, las asistencias tecnológicas son ayudas para el conductor. El problema, no obstante, está cuando su uso se vuelve riesgoso. No es lo mismo poner el GPS del celular para ver hacia donde ir a revisar mensajes, redes sociales y mails mientras se maneja. De hecho, se calcula que al año mueren 1.3 millones de personas a nivel mundial por accidentes de tránsito, siendo la distracción el principal detonante.
Un ejemplo claro que compartió la consultora antes citada es que leer un mensaje de WhatsApp mientras se maneja equivale a manejar con los ojos vendados. “Enviar un mensaje de texto al volante tiene el mismo efecto en el tiempo de reacción que conducir habiendo tomado cuatro cervezas en una hora”, añaden los especialistas y son los conductores jóvenes los más afectados.
En números, por cada minuto y medio de llamada al volante, el conductor no percibe el 40% de las señales de tránsito y la velocidad promedio baja un 12%. Si eso lo llevamos a gran escala y a manejos a alta velocidad, el índice de peligrosidad aumenta exponencialmente.
Los riesgos están a la vista y las cifras compartidas por consultoras y entes nacionales e internacionales dan cuenta de ello. A nivel industrial, las automotrices trabajan cada vez más en ofrecer sistemas de asistencia a la conducción para reducir los riesgos y desatenciones al volante (como los Head-Up Display, alertas de cambio de carril, detectores de fatiga y más). Al mismo tiempo, las regulaciones estatales se vuelven más rigurosas y se castiga más a quienes caen en el uso del celular.
Según reporta el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el uso del celular al volante es la cuarta infracción más frecuente en territorio porteño y se castiga con multas que van desde $63.020 a $126.040 según sea el caso. En paralelo, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) trabaja en rutas nacionales e ingresos y egresos al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para detectar peligrosos infractores.
En esa línea, están dispuestas 39 bases operativas en todo el territorio y, según informes propios, en lo que va de 2024 se detectaron 324 conductores que conducían con el celular en mano. No obstante, más allá de los controles y sanciones, los especialistas señalan que una mayor concientización y responsabilidad al volante es lo necesario para reducir el porcentaje de accidentes y, en defintiva, de víctimas fatales por el uso de dispositivos al manejar.
LA NACION