La séptima generación del buque insignia de la marca incluye entre sus innovaciones faros delanteros hechos por la empresa austríaca; la versión 100% eléctrica saldrá a la venta en Europa a fin de año
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BMW está de estreno. La nueva generación de su modelo de lujo i7, el buque insignia de la marca de versión 100% eléctrica para Europa, trae entre sus innovaciones ópticas delanteras compuestas por cristales Swarovski.
Con la colaboración de una de las marcas de joyas y cristales más reconocidas entre las elites, BMW desarrolló un modelo con faros de cristal Iconic Glow que buscan no pasar inadvertidos y pretenden inaugurar un nuevo estándar de confort y estética en el segmento de lujo.
Tom Binder, jefe de diseño de luces exteriores de BMW, habló sobre la decisión de la automotriz de incluir ese diseño en la nueva generación -la séptima de su historia- del serie 7, su modelo más grande. “Hoy por hoy, en la ruta solo se ven bandas de luz homogéneas; los faros de cristal son todo lo contrario. Su patrón de luz resplandeciente y lleno de vida no tiene nada que ver con el riguroso gráfico de luz que conocemos. La precisión radica en el material – el cristal –, que se puede mecanizar con mucha más finura y exactitud que el plástico”, dijo.
El nuevo Serie 7 y su variante 100% eléctrica i7 fue desarrollado sobre una plataforma flexible que permitió obtener alternativas con motorizaciones híbridas e híbridas enchufables, además del citado eléctrico. La nueva serie 7 con motores híbridos se venderá en China y Estados Unidos a partir de 2023, mientras que el i7 eléctrico llegará a los concesionarios europeos a fin de este año. Se trata del modelo más largo desarrollado por la marca de Munich en toda su historia (5,39 metros) y cuenta con motorizaciones de 544 y 660 CV que le permiten acelerar de 0 a 100 km/hora en 4,5 segundos.
Entre sus detalles de lujo, sobresale la pantalla de entretenimiento de 31,3′' para las plazas traseras que se despliega desde el techo, con calidad de definición 8k.
El proyecto de incorporar ópticas delanteras de Swarovski supuso un desafío tanto para los ingenieros de BMW, como para los desarrolladores de la firma de cristales austríaca. Para Binder y el equipo de BMW era importante que los faros “no pareciesen un adorno, sino una especie de cristal aumentado”, explicó. “Por motivos ópticos, no queríamos engastar los cristales con garras de joyería. Por eso desarrollamos un mecanismo en suspensión en el que se encajan los cristales por medio de unas hendiduras”, explicó el ingeniero de BMW.
Por otro lado, la necesidad de explorar la transformación y redefinición del concepto del lujo es uno de los valores que la marca austríaca predica.
“El lujo consciente forma parte de nuestro ADN. Nos esforzamos por alcanzar los máximos niveles de calidad y sostenibilidad para superar los estándares del sector”, declaró el director ejecutivo de Swarovski Mobility, Peter Widmann. Para la producción de los cristales, que se lleva a cabo en Austria, se utiliza un procedimiento patentado que no requiere del uso de plomo, destacó.
Los cristales, dos pares en cada caso, ocupan todo el faro superior. Detrás se encuentran los LED, que se controlan por separado y generan un brillo intenso. A través de ellos se emiten la luz de circulación diurna y de los intermitentes. En la parte inferior, las luces delanteras ocupan un segundo plano. De día casi parecen tomas de aire y dan un claro protagonismo a los cristales del faro superior.
El efecto que busca generar el juego de luces apunta a replicar la imagen de un cristal a la luz del sol u observar un brillante cielo estrellado. Para la automotriz alemana, que proyecta que en 2030 la mitad de los autos vendidos serán eléctricos, esto significa dar al lujo una expresión que marque un cambio de paradigma que priorice la sostenibilidad.
LA NACION