Toyota concretó el cierre definitivo de su planta de producción más antigua fuera de Japón y explicó los motivos detrás; qué pasará con las operaciones que se hacían allí
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“Este es un día muy difícil para mí, porque todo lo que conseguí se lo debo a la planta”, dice uno de los operarios de la planta de Toyota ubicada en São Bernardo do Campo, en Brasil, que tiene 60 años de historia, es la primera fábrica de la firma nipona fuera de Japón, y finalizó sus actividades definitivamente, en el video que documenta su último día de producción.
Desde la terminal explican que la decisión de cerrar las puertas de la planta de São Bernardo do Campo es trasladar y concentrar las operaciones en las plantas de Indaiatuba, Sorocaba y Porto Feliz, situadas en la misma región y próximas entre sí. La premisa, parte del eslogan de la automotriz, es apostar a la eficiencia en pos de la competitividad de Toyota en el país.
La decisión de clausurarla fue inmensamente difícil, revelaron desde Toyota. La decisión se dilucidó luego de un diálogo entre Masahiro Inoue, Director Ejecutivo de la Región de América Latina y el Caribe, con el entonces presidente de Toyota, Akio Toyoda. El cierre se concretó en noviembre de 2023.
“En la decisión influyeron cuestiones de eficiencia operacional y proyecciones económicas, entre otros factores”, indicaron desde Toyota.
El cierre de São Bernardo fue programado con tiempo y los 550 operarios de la planta tuvieron la posibilidad de elegir entre un “retiro voluntario” y una “relocalización”, en alguna de las otras tres fábricas de Brasil.
El inicio de Toyota en Brasil
La fábrica de São Bernardo do Campo fue clave en la apuesta de Toyota por consolidarse como jugador central en el mercado automotor de Brasil, país elegido por un lado por su vasto territorio, por tener la población más grande de la región y, razón no menor, por contar con la comunidad de inmigrantes japoneses más grande del mundo; aunque el punto de inflexión llegaría en 1956, cuando el gobierno brasileño promulgó una ley para fomentar una industria automotriz nacional que prohibió la importación de vehículos terminados.
La planta comenzó sus operaciones en 1962, cuando Toyota solo tenía solo dos plantas en Japón: su sede y la Planta Motomachi, inauguradas en 1938 y 1959, respectivamente, ambas en la ciudad de Toyota, Prefectura de Aichi.
En ese momento, el volumen de producción total de Toyota era de 230.000 vehículos. Para 2022 su producción global era de 10.61 millones de unidades.
El primer vehículo de producción en el extranjero de Toyota fue el Bandeirante, desarrollado originalmente para la Reserva Nacional de Policía (ahora las Fuerzas de Autodefensa) en Japón, del cual se produjeron -entre 1962 y 2001- más de 100.000 unidades.
Contenía aproximadamente el 60% de piezas fabricadas en Brasil. Los motores eran suministrados localmente por otras empresas. En 1968, Toyota logró una producción nacional del 100% de componentes de transmisión y diferenciales previamente importados.
En la planta también se fabricaron los primeros Corolla producidos en Brasil y en la localidad también operó durante décadas la sede administrativa de Toyota para Brasil y Sudamérica.
Miembro de la fábrica de Sao Bernardo fue también la legendaria Komatsu, una prensa de 1934 que estampó carrocerías durante tres décadas a Japón, que fue desarmada y enviada a Brasil para operar durante 60 años más. Con el cierre de la sede brasilera, volvió a trasladarse a su país de origen, donde es exhibida como pieza de museo.
Fin para darle continuidad al futuro
Con el paso del tiempo y el desarrollo de las terminales a nivel tecnología, las instalaciones de la sede de São Bernardo quedaron obsoletas, hasta llegar a dedicarse exclusivamente a a la producción de piezas: abastecía con componentes a las fábricas más modernas que Toyota tiene en Brasil: Sorocaba (donde se hacen los Yaris y Corolla Cross), Indaiatuba (Corolla Sedán), la planta de motores en Porto Feliz.
El video que Toyota publicó en su canal oficial, en el que comunica el cierre de actividades en la fábrica de São Bernardo, la primera sede productiva fuera del continente.
En la ceremonia de cierre, Masahiro Inoue, Director Ejecutivo de la Región de América Latina y el Caribe, expresó su determinación: “Aunque la historia de la producción en la Planta de Sao Bernardo pueda estar llegando a su fin, nos permite elevarnos hacia el futuro”, manifestó el directivo. “Junto con los empleados y sus familias que se han trasladado, Toyota seguirá produciendo autos cada vez mejores y expandiendo las exportaciones a América Latina. Estamos comprometidos a contribuir al desarrollo continuo de la industria automotriz en Brasil”.
LA NACION