Con un nuevo motor de 3 cilindros, está pensado para un público familiar que busca espacio y mucha eficiencia
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El T-Cross es el más pequeño de la familia de los sport utility de Volkswagen. Ubicado entre los B-SUV, le ha dado muy buenos resultados a la marca alemana, ya que desde su lanzamiento hace ya casi cinco años logró conquistar a los compradores que buscaban un vehículo espacioso y para uso familiar, con ventas que lo llegaron a posicionar como el más vendido de su segmento.
Fabricado en Brasil, el año pasado tuvo una actualización y un reordenamiento de la gama, por la cual hoy son tres las versiones disponibles: 170 TSI, Comfortline 200 TSI e Highline 200 TSI. La primera fue la que evaluamos.
El diseño del T-Cross denota claramente el ADN Volkswagen, y, de hecho, sigue los parámetros del resto de los SUV de la marca, con líneas sobrias y proporcionadas. En el caso de esta versión no hay que esperar cromados u otros elementos estéticos “lujosos”; en su lugar hay abundancia de plásticos negros (zócalos y separadores de las puertas, pasarruedas, paragolpes), y un par de detalles salientes que son las llantas de aleación de 16″ (los neumáticos son 206/60), los espejos laterales con luces de giro (se rebaten eléctricamente), las barras de techo y todo el grupo lumínico (incluidas las DRL y los antiniebla con función cornering) con LED.
El T-Cross siempre destacó por su gran espacio interior. Virtud de la plataforma MQB sobre la que está plantado y las buenas medidas (4,199 m de largo, 1,76 m de ancho, 1,568 m de alto y 2,651 m de distancia entre ejes), el habitáculo es realmente amplísimo y brinda mucha comodidad para cuatro adultos, incluso personas altas en las plazas traseras; eso sí, el asiento central es para un niño (es angosto y el túnel de transmisión deja poco lugar para las piernas).
Una posición de manejo muy buena gracias a que tanto la dirección como la butaca ofrecen múltiples regulaciones y la calidad de materiales es correcta (todos está constituido por plásticos duros de buen tacto). Pero, nuevamente, no hay ítems “lujosos” ya que estamos ante la variante más básica del modelo.
- Largo: 4,199 m
- Ancho: 1,76 m
- Alto: 1,568 m
- Distancia entre ejes: 2,651 m
- Capacidad del baúl: 373-420 L
- Capacidad del tanque: 52 L
- Peso bruto: 1240 kg
- Neumáticos: 205/60 R16″
El equipamiento de confort sigue en esa línea: tapizados en tela, aire acondicionado, sistema coming y leaving home, volante multifunción, tablero digital (ofrece mucha información, pero, por ejemplo, no permite ver el tacómetro), audio con pantalla de 6,5″ con App Connect y poco más. O sea, no hay cámaras, ni sistema multimedia, ni sensores de estacionamiento, ni techo panorámico ni otros elementos que sí se encuentran en las Comfortline e Highline.
No está mal en seguridad, ya que cuenta con 6 airbags, frenos con ABS y EBD, anclajes Isofix para sillas infantiles, control de estabilidad, frenado de emergencia post colisión y asistente de arranque en pendiente, entre otros. Otra vez, los ADAS están reservados para más arriba en la gama.
Le queda justo
El año último VW realizó un cambio en la mecánica para este entrada: el viejo y conocido motor MSI 1.6 L de 110 CV a 5750 rpm y 15,8 kgm de par a 3850 rpm fue reemplazado por el moderno turbonaftero 170 TSI de 3 cilindros, 12 válvulas, 1.0 L de cilindrada e inyección directa de combustible, que produce 95 CV a 5500 rpm y 17,3 kgm de 1500 a 3750 rpm, asociado a una caja manual de 5 cambios; la tracción es delantera.
Si bien es cierto que tiene menos potencia que el anterior, el aumento del torque y el apoyo del turbocompresor hacen que este impulsor se adapte muy bien al modelo. Trabaja relajado en el tránsito, responde con solvencia ante la demanda y tiene resto cuando se necesita hacer sobrepasos. La transmisión es de relaciones cortas en las primeras marchas, pero con una quinta bien larga (de todas maneras, una sexta no le vendría nada mal). En síntesis, un conjunto que es más que suficiente para un usuario que no busca performance sino rendimiento.
Al respecto, hay que destacar sobremanera la eficiencia, ya que en uso mixto (ciudad y autopista a 130 km/h) dio promedios de 7,2 L/100 km, lo cual da una autonomía de más de 700 km con un solo tanque.
Por otra parte, las prestaciones son acordes: acelera de 0 a 100 km/h en 10,5, recupera de 80 a 120 km/h en 8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 180 km/h.
- Motor: turbonaftero
- Cilindros: 3 en línea
- Válvulas: 12
- Cilindrada: 999 cc
- Potencia: 95 CV a 5500 rpm
- Par: 17,3 kgm de 1500 a 3750 rpm
- Caja: manual de 5 marchas
- Tracción: delantera
- Dirección: asistida eléctricamente
Tiene un andar notable dado tanto por las buenas suspensiones (independiente tipo McPherson adelante y con eje de torsión atrás), las ruedas de buen perfil y una insonorización espectacular (el propulsor no se escucha para nada), por lo cual se puede disfrutar de cualquier viaje durante muchos kilómetros muy cómodamente.
Además, no hay nada que objetarle en cuanto a su comportamiento dinámico, ya que se mantiene estable en la ruta y se agarra muy bien en las curvas (la dirección es impecable).
El precio sugerido al público es de $26.083.900, justo por debajo de la escala del llamado impuesto al lujo.
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