Esta versión deportiva ofrece una mecánica mejorada y detalles estéticos que lo hacen único
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Antes de convertirse en una marca independiente, Abarth refería a la división especial de Fiat que convertía los modelos de calle en deportivos puros. Con ese nombre salieron a la venta verdaderos autos de culto, como el 595 (la variante más extrema del querido Cinquecento) o el más actual 124 Spider. No extraña entonces que siguiendo las actuales tendencias el escorpión haya decidido desembarcar en el universo SUV para mostrar sus virtudes.
Desarrollado por el Stellantis Automotive Center de América Latina y producido en Brasil, el año último fue lanzado en la región el Pulse Abarth T270, el crossover del segmento B cuya particularidad es la de ser el primero en su especie en el continente.
- Largo: 4,099 m
- Ancho s/c espejos: 1,774 / 1,989 m
- Alto: 1,547 m
- Distancia entre ejes: 2,532 m
- Despeje: 188 mm
- Capacidad del baúl: 370 L
- Capacidad del tanque: 47 L
- Peso en orden de marcha: 1280 kg
- Neumáticos: 215/50 R17″
La silueta es idéntica a la de los demás Pulse, pero con un poco más de musculatura (inconfundible sello Abarth) y algunos signos distintivos: todas las variantes son bitono con techo negro; la parrilla luce unos detalles en símil fibra de carbono; las ópticas son más estilizadas y las DRL funcionan también como luces de giro (cambian de color cuando se activan); los antiniebla están más abajo (en la toma de aire); hay calcos que abarcan las dos puertas con la palabra Abarth; los guardabarros tienen protectores en plástico con unos mini deflectores de viento; las llantas son de rayos y de 17″ (las cubiertas son 215/40); en el portón aparece nuevamente Abarth muy grande; el escape es doble y cromado; el alerón es en negro brillante; hay un deflector trasero abajo, etcétera.
El interior también sigue la línea del resto de la gama, y entre los ítems exclusivos se encuentran el entorno oscuro (todos los revestimientos son así), las costuras en rojo, la combinación de mandos físicos con digitales y varios apliques en negro brillante.
Espacioso para cuatro adultos, ofrece una muy buena posición de manejo y mucha comodidad gracias a las butacas (con regulación manual y tapizadas en cuero sintético) que si bien lucen un estilo sport no resultan tan duras como en otros modelos. Claro, Abarth y el escorpión –símbolo de la casa italiana– se ven en alfombras, volante, torpedo y asientos.
El tablero de 7″ es de fácil y rápida lectura y completamente digital; asimismo, brinda informaciones específicas además de las tradicionales, como indicadores de la presión del turbo, de la fuerza G y el porcentaje de uso de la potencia.
Climatizador automático (posee una perilla bifuncional que al pulsarla permite modificar o la temperatura o el caudal del ventilador), cargador inalámbrico de celulares, retrovisor electrocrómico, sensor de lluvia con activación automática de los limpiaparabrisas, encendido remoto, apertura sin llave, espejos exteriores eléctricos y con plegado automático, control de velocidad crucero, cámara de retroceso, sensores de estacionamiento, sistema multimedia Uconnect operable desde la pantalla de 10,1′' y compatible con Android Auto y Apple CarPlay, GPS, varios puertos USB (A y C) y más componen la dotación de confort.
Es un tanto limitado en lo que hace a seguridad (algo que llama la atención tratándose de un coche de estas características), ya que cuenta con 4 airbags, controles de estabilidad y tracción, frenos con ABS y EBD (los delanteros son a discos, pero los traseros curiosamente son a tambor), anclajes Isofix y poco más. Agrega algunas ayudas a la conducción (ADAS): ajuste automático de luces, alerta de cambio de carril involuntario, monitor de presión de neumáticos, frenado autónomo de emergencia, auto hold (mantiene el freno aplicado después de retirar el pie del pedal) y poco más.
Ambivalente
Sin duda, lo que más importa de este Pulse es lo que encontramos debajo del capot: el bloque naftero de 4 cilindros, 16 válvulas y una cilindrada de 1.4 L con inyección directa de combustible, turbocompresor, intercooler y cadena de distribución, que genera 175 CV a 5750 rpm y 27,5 kgm a 1850 rpm, anexado a una transmisión automática Aisin de 6 marchas con convertidor de par, modo secuencial y levas al volante; la tracción es delantera.
Permite seleccionar entre tres tipos de conducción: Normal, que apunta al confort de marcha; Sport, que le aporta cierta deportividad al mejorar los parámetros de motor y caja, y Poison (se activa mediante un botón rojo en el volante), que entrega mejores sensaciones. Por ejemplo, endurece la dirección (para que el control del vehículo en velocidad sea más firme); acciona el DTV (vectorización selectiva de torque, sistema que distribuye la fuerza entre las ruedas durante las curvas para proporcionar más agarre a la hora de girar); la transmisión se recalibra para estirar las vueltas, pasar los cambios más rápidamente y tirar rebajes más pronunciados cuando se aplican los frenos, y los controles de tracción y estabilidad se vuelven menos intrusivos.
- Motor: turbonaftero
- Cilindros: 4 en línea
- Válvulas: 16
- Cilindrada: 1332 cc
- Relación de compresión: 10,5:1
- Potencia: 175 CV a 5750 rpm
- Par: 27,5 kgm a 1850 rpm
- Caja: automática de 6 marchas con convertidor de par
- Tracción: integral delantera
- Dirección: asistida eléctricamente
Este impulsor a este Pulse le calza a la perfección. En Normal se puede usar para el día a día aunque un poco más sonoro y brioso (apenas se pisa el acelerador parece querer salir disparado, mientras del escape se escucha un muy agradable sonido ronco), pero si se busca un poco de vértigo basta con apretar el “botón venenoso” y sentir cómo se convierte en una conjunción de empuje, nervio y respuesta. La caja lo acompaña muy bien; sin embargo, seguramente por el tema de la calibración antes mencionada produce algunos tironeos en el pasaje de marchas cuando no se lo exige. Eso sí, al pasar las 3000 rpm muestra una rapidez y precisión notables.
Veamos a las prestaciones: acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, recupera de 80 a 120 km/h en 5,6 s y la velocidad máxima que alcanza es de 215 km/h. Y los consumos: gasta unos 7,5 L/100 km en ruta a 130 km/h y 11 L/100 km en ciudad.
Podría pensarse que por llevar la firma Abarth es un auto duro, exigente y rompe huesos. Pero la realidad es que se lo siente cómodo y ágil para moverse en el tránsito (si bien la insonorización no es de las mejores, las ruedas son de talón alto y hay un buen despeje como para encarar nuestras calles) y muy estable y firme en maniobras a mucha velocidad. En este aspecto, mucho tiene que ver el trabajo que se efectuó en las suspensiones (los resortes y amortiguadores son un 13% más firmes y se le colocó una barra estabilizadora de mayor diámetro adelante y un eje posterior de mayor rigidez torsional) al tiempo que se le mejoró el balance de la carrocería.
En síntesis, un SUV que resulta muy divertido de manejar y que se separa claramente de cualquier rival del segmento.
El precio sugerido al público es de $27.894.000.
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