Sostenido en un diseño cautivante, ofrece un excepcional confort de marcha, un buen nivel de equipamiento y tecnología, y una mecánica probada y confiable
El del 208 no solo fue el lanzamiento más importante de este 2020 para Peugeot sino también uno de los más esperados. Tras unos tres años de desarrollo y apenas poco más de 12 meses después de haberse presentado esta segunda generación en el Viejo Continente, la marca del león comenzó a ofrecerla en nuestro país. Y aquí hay que resaltar tres ítem para tener idea de la magnitud de este lanzamiento: este 208 fue elegido Auto del Año en Europa en 2019; estrena una nueva plataforma modular utilizada a nivel global, y se fabrica para toda la región en la planta del Grupo PSA de El Palomar siguiendo los parámetros estéticos y de calidad impuestos a nivel mundial.
Se ofrece en nuestro mercado en cuatro niveles de equipamiento y siete versiones, y en esta oportunidad probamos la Allure equipada con caja manual, la intermedia dentro de la gama.
Se mencionó la distinción que recibió el modelo. Razones hay de sobra para esta selección: exhibe un diseño distintivo y atractivo (¿toda la línea 200 del león acaso no se caracterizó casi siempre por esto?), en el que resalta sin duda su frontal con la enorme parrilla con insertos cromados que desciende hasta el paragolpes y que está flanqueada por las luces diurnas en LED en forma de colmillos que le dan un toque agresivo y feroz.
Luego, la silueta sigue manteniendo las redondeces y curvas características del modelo, pero agrega una nervaduras que le dan una sensación nerviosa; las llantas de 16" de look deportivo aportan lo suyo y combinan quizás demasiado justo con la carrocería. La parte trasera es quizás la más austera en cuanto a diseño, pero de ninguna manera desentona (quizás el agregado de algunos apliques o un esquema de luces más audaz la pudieron haber enriquecido). Pero el resultado es claro: es un coche que llama la atención y que seduce por presencia.
El interior es otra de las gratas sorpresas. Pensado para ofrecer mucha comodidad, sobresale por lo logrado y por la buena calidad de materiales y terminaciones. Con apliques en plástico duro símil carbono, muestra una pantalla táctil central de 7" a la que acompañan teclas tipo piano (similar al 3008) para lograr un combo muy atractivo. Las butacas son bien cómodas y envolventes y la posición de manejo es fácil de encontrar gracias a las múltiples regulaciones de asientos y columna de dirección. Y, obviamente, cuenta con la disposición i-Cockpit: volante chico y que queda por debajo del tablero que además estrena el sistema 3D. Esto es: mediante una especie de hologramas produce un efecto tridimensional en el tablero – totalmente digital– para ofrecer una lectura fácil y sencilla. Simplemente espectacular.
Por otra parte, gracias a que es casi 10 cm más largo que la generación anterior, mejoró la habitabilidad, pero en las plazas traseras sigue siendo justo para que viajen dos adultos con comodidad. Este aumento en el tamaño también redundó en la capacidad del baúl: subió de 257 a generosos 311 L.
El equipamiento en esta versión es correcto (climatizador bizona, sistema multimedia con conectividad para Android Auto y Apple CarPlay, techo panorámico, limitador y control de velocidad, cámara de velocidad y más. En lo que hace a seguridad, incluye frenos con ABS y EBD, control de estabilidad, anclajes Isofix y Top Theter, cuatro airbags y más (en esta versión ni incluye ADAS).
En Europa se ofrece con varias mecánicas, pero aquí salvo el entrada de gama Like que cuenta con motor 1.2 L, todas las demás vienen equipadas con el ya conocido naftero EC5 de 4 cilindros, 16 válvulas y 1.6 L de cilindrada con inyección electrónica multipunto que genera 115 CV a 6000 rpm y 15,4 kgm de torque a 4000 rpm y que en este caso se asocia a una transmisión manual de 5 marchas.
- Motor: naftero
- Cilindros: 4 en línea
- Cilindrada: 1587 cc
- Potencia: 115 CV a 6000 rpm
- Torque: 15,4 kgm a 4000 rpm
- Transmisión: manual de 5 marchas.
El impulsor está largamente probado (equipó numerosos modelos de la marca) y está justo de potencia para un auto de estas dimensiones. En el tránsito urbano la relación con la caja es buena (se nota que es un conjunto pensado para brindar un andar relajado en ciudad), pero cuando se lo saca a la ruta denota la falta de una sobremarcha más, ya que a velocidad constante en autopista (130 km/h) el propulsor gira cerca de las 4000 rpm.
En cuanto a los consumos, en ciudad gasta unos 11 L/100 km, mientras que en ruta a 120 (unas 3700 rpm) llega a los 8 L/100 km.
Las prestaciones son correctas también para este tipo de vehículo: acelera de 0 a 100 km/h en 11,4 s y recupera de 80 a 120 km/h en 7,6 s. La velocidad máxima declarada por el fabricante es de 190 km/h.
Por otra parte, se comporta muy bien en las diversas condiciones de conducción, sin mostrar movimientos ni desplazamientos incómodos y transmite una muy grata sensación de seguridad gracias al agarre y aplomo que muestra en curvas y rectas producto de una muy buena dirección progresiva.
El confort de marcha es bien al estilo Peugeot: cómodo, con suspensiones bien calibradas que no traslada las imperfecciones del terreno a la cabina (se trabajó mucho en el eje trasero para mejorar ese aspecto) y con una altura muy buena que evita que toque en cunetas y lomos de burro. Esta versión se vende a un precio sugerido de $1.815.400.
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