El nuevo modelo de la marca coreana conjuga las virtudes de un crossover compacto con una mecánica excelente, que se destaca por sus prestaciones dignas de un auto de gran turismo
La oferta de Hyundai en nuestro país se caracteriza por su fuerte apuesta a los SUV. Y el lanzamiento del Kona va en esa dirección, ya que viene a ubicarse entre el Creta y el Tucson y a ampliar la gama entre los sport utility. Fabricado en Corea, el Kona es el primer SUV global de la firma para el segmento B y es el mismo que se vende en Europa y los Estados Unidos, donde ya recibió varios premios tanto en diseño como al vehículo en general. Por otra parte, compite en un segmento donde abundan los modelos, pero con la particularidad de ubicarse entre los de las marcas generalistas (Citroën C4 Cactus, Peugeot 2008 u Honda H-RV, por ejemplo) y las premium (Audi Q2, MINI Countryman o BMW X2). O sea, en un nicho bastante interesante y particular. Se ofrece en dos versiones, Safety + y Ultimate, la cual probamos.
De diseño actual y atractivo, el Kona sigue la línea que la marca impone a todos sus modelos, con un frontal amplio y generoso, luces bien estilizadas y en escalones, y un perfil compacto, bajo y ancho que le dan deportividad y hasta cierta elegancia. El interior es sobrio y no sorprende, pero tiene todo lo necesario para lucir moderno y práctico. Las plazas delanteras son cómodas y espaciosas, mientras que en las traseras dos pasajeros viajan con comodidad (es un poco bajo).
El Kona recibió las máximas calificaciones en seguridad en todo el mundo y lo demuestra con sus componentes: 6 airbags, control de estabilidad, asistente de arranque en pendiente, limitador de velocidad a demanda, cámara de retroceso, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, y anclajes Isofix, entre otros, a lo que añade varios asistentes a la conducción (que desde la marca denominan Smart Sense) como sistema de gestión de mantenimiento de carril, sensor de punto ciego, alerta de colisión trasera, alerta de cansancio, sensor de proximidad con frenado de emergencia, luces con anti encandilamiento y más. Sin duda de los más completos del segmento. También el equipamiento de confort es abundante: control de velocidad crucero, cargador inalámbrico de celular, butacas de regulación eléctrica con ajuste lumbar, asientos refrigerados y calefaccionados, volante calefaccionado y un largo etcétera.
Y más allá de todas esas virtudes, sin duda lo mejor está en su mecánica. Cuenta con un motor naftero con turbo de 4 cilindros y 1.6 L, que entrega 177 CV a 5500 rpm y 27 kgm de par entre 1500 y 4500 rpm, asociado a una caja automática de doble embrague y 7 marchas, mientras que la tracción es integral de acople automático. Además, permite optar entre tres modos de conducción: Eco, Comfort y Sport.
Desde la marca aseguran que es "el GTI de los SUV"; y claramente no exageran, porque el conjunto motor-caja es realmente excepcional. Primero, porque el impulsor tiene potencia de sobra para un vehículo de este porte (pesa 1400 kilos) y porque al entregar el torque desde tan abajo y hasta bien arriba del tacómetro permite que reaccione con eficacia en cualquier condición de manejo (basta pisarlo apenas para que la respuesta sea inmediata). Luego, porque la transmisión es de una rapidez y precisión que hacen que los cambios pasen de forma fluida y en el momento justo.
Los números confirman ese espíritu deportivo: acelera de 0 a 100 km/h en 7,8 s; muestra una excelente elasticidad, ya que emplea también 7,8 s en acelerar de 80 a 120 km/h, mientras que la velocidad máxima que alcanza es de 210 km/h. Simplemente excelentes.
De poco serviría todo lo anterior si el comportamiento dinámico no acompañara a la mecánica. Y en este punto también sobresale: además del gran confort de marcha (la insonorización es notable), es suave, dócil y ágil cuando se lo conduce en el tránsito, mientras que en ruta es estable, seguro y picante cuando se lo exige, con un andar aplomado en rectas y buen agarre en las curvas (cuenta con un sistema denominado Advanced Traction Cornering Control que regula distribución de potencia entre las cuatro ruedas). Por otra parte, gracias a la tracción integral con posibilidad de bloquear el diferencial y a los correctos despeje y ángulo de ataque permite incursionar fuera de pista con seguridad y tranquilidad (tiene una leve tendencia a sobrevirar en curvas rápidas en ripio), pero siempre recordando que no se trata de un todoterreno puro.
Por el lado de la eficiencia, mostró consumos acordes, con unos 11 L/100 km en ciudad y 9 L/100 km en ruta (en esto, tiene que ver que gracias a la séptima marcha el propulsor va bastante relajado: 2000 rpm a 100 km/h y 2600 rpm a 130 km/h).
Si se hace una relación entre calidad, prestaciones, equipamiento y precio (US$45.000, casi el mismo valor que tiene en el mercado europeo), el Kona es una gran opción para tener en cuenta.
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