Todo lo recaudado será donado a una entidad benéfica que asiste a los damnificados por la guerra en Ucrania; los detalles de una “máquina” que muchos quieren tener
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“The machine of a dream”, canta Freddie Mercury en la canción “I’m In Love With My Car”. Escrita por Roger Taylor, fue publicada en 1975 dentro del histórico álbum A Night At The Opera y se convirtió, de a poco, en una de las canciones más escuchadas de la historia de la banda. Pero detrás de su letra, tan bien interpretada por el célebre cantante, se esconde una pasión poco declarada: los autos.
Pese a que, se dice, nunca tuvo licencia de conducir, Mercury era un fanático de las cuatro ruedas al igual que otros de sus compañeros de Queen. Taylor, por ejemplo, escribió la mencionada canción en homenaje a su Triumph TR4 y Freddie le siguió la pista a algunos vehículos que adquirió para la firma Goose Productions Ltd.
Así fue como en 1979, pleno auge de la banda, el cantante puso la mirada en un Rolls-Royce Silver Shadow que utilizó como transporte personal durante toda su vida. Claro, con un chofer, dado que él mismo no poseía los permisos legales para conducir y nunca se molestó, aparentemente, en someterse al examen para obtenerlo. Alejado del trajín de una gira, era ese vehículo gris claro el que lo llevaba de un lado a otro, a comer, a visitar a un familiar o simplemente a ir a los estudios de grabación para ponerle la firma a algún hit nuevo.
La vida de Mercury terminó en 1991 tras luchar varios años contra el VIH y su auto se quedó sin su querido dueño. Sin embargo, siempre se mantuvo en manos famosas. Gracias a una carta archivada de Jim Beach, representante de la banda durante muchos años, se descubrió que tras el fallecimiento de Freddie, el Silver Shadow pasó a manos de Kashmira Cooke en 2003 hasta que lo subastó 10 años después.
Ahora, el vehículo cayó en manos de RM Sothebys, una importante firma de subastas de autos de lujo, que este 5 de noviembre subastará en Londres y sin reserva al imponente Rolls-Royce que perteneció a Freddie Mercury. Tiene un motor V8 de 6750cc y unos detalles en el interior que lo convierten en una pieza llamativa más allá de su historial de propietarios. Se estima que partirá de 30.000 libras y todo lo recaudado irá a parar a las arcas de Superhumans Center, organización que asiste a los damnificados por la guerra en Ucrania.
La información sobre la subasta se encuentra disponible en el sitio web de duPont Registry y es posible contactarse con el distribuidor para tener más información al respecto. El kilometraje, por ejemplo, no se informó así como algunos otros detalles de la mecánica general del vehículo. Por otro lado, es importante aclarar que se trata de un modelo fabricado en 1974 pese a que Mercury lo adquirió cinco años más tarde.
LA NACIONTemas
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