Estudiantes del ITBA desarrollaron un proyecto para cargar autos eléctricos inalámbricamente generando un campo magnético y usando la energía generada por paneles solares; cómo funciona
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En el marco de una transformación cultural cada vez más marcada por la “emisión cero”, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) desarrolló un prototipo de transmisión inalámbrica de energía renovable solar para cargar autos eléctricos sin tener que enchufarlos y por horas.
La exposición tuvo lugar en el campus de la universidad durante una jornada llamada “Future Day”. Tanto alumnos como periodistas pudieron probar en primera persona la tecnología, implementada dentro de un karting.
“¿Cuántos de ustedes creen que el futuro de la movilidad son los autos eléctricos?”, preguntó al público Nicolás Magliola, docente del ITBA y coordinador del proyecto, al iniciar la presentación. Casi todos los presentes levantaron la mano. Entonces introdujo el eje de la cuestión.
El ingeniero electrónico explicó que, desde que empezaron a circular, los autos eléctricos mostraron tres problemas principales: los costos, que con la innovación tecnológica empezaron a bajar; la autonomía de los vehículos, que al principio rondaba los 40 kilómetros por carga pero hoy alcanza en muchos modelos los 400; y, por último, los tiempos de carga que, a excepción de los cargadores superrápidos, sigue siendo un punto débil demoledor.
“El tiempo de carga sigue siendo el gran talón de Aquiles de la implementación de los autos eléctricos”, señaló Magliola. “Por eso nos propusimos empezar a resolverlo”.
Cómo funciona el prototipo de carga inalámbrica
El invento nació como un proyecto de investigación interdisciplinario del cual participaron 11 estudiantes de distintas carreras del ITBA, así como docentes interesados e involucrados en la temática de la movilidad sostenible; entre ellos Lien Tori, ingeniero electrónico a cargo del proyecto del minibus autónomo y eléctrico que circula en el Parque de Innovación.
El sistema de carga se entiende en tres elementos. Por un lado, están los paneles solares que generan la energía eléctrica. Esta energía se transmite al vehículo mediante un campo magnético delimitado en el piso y generado a través de una tecnología inalámbrica inductiva denominada Resonant Inductive Power Transfer (RIPT).
Por último, dentro del vehículo hay un cargador que permite recibir y capturar la energía que proviene de los paneles solares y cargar las baterías.
De cara a una implementación en un contexto urbano, la idea es determinar zonas de alcance del campo magnético, para que cuando los vehículos pasen se carguen automáticamente. “De esta manera, en un semáforo, por ejemplo, el auto puede cargarse parcialmente sin tener que recurrir a un enchufe”, indicó Magliola.
El profesor también aclaró que, al tratarse de una tecnología inalámbrica inductiva, no se ve afectada por la lluvia o nieve y que, además, está probado que no tiene ningún efecto adverso en los organismos humanos.
“Los vehículos eléctricos son el futuro de la movilidad sostenible y el mayor desafío tecnológico es mejorar el tiempo de carga de las baterías. Yo creo que la carga inalámbrica es la solución, siendo no solo segura, sino que reduce la cantidad de baterías necesarias”, destacó Magliola.
Tres aplicaciones posibles y cuándo se va a empezar a ver en las calles
Actualmente, el proyecto de carga inalámbrica se encuentra en una instancia muy primitiva en el ITBA, pero también en el mundo.
“En varios lugares como China, Estados Unidos y Francia, también existen proyectos así; en todos los casos están en fase de prueba y todavía no se implementaron en dinámicas urbanas reales. La diferencia es el tamaño de los proyectos, y ahí entra en juego el presupuesto disponible”, contó Magliola como dejando entender que este último punto no es el fuerte de la Argentina como país.
En materia de fechas, de acuerdo a sus predicciones, la tecnología va a empezar a verse en las calles del mundo dentro de cinco años. “Nuestro objetivo es mostrar cómo puede ser el uso de esta tecnología en un futuro no muy lejano”.
Por ahora, el proyecto del ITBA consta de una única estación de carga para ensayar con el karting mencionado, también construido por los estudiantes partícipes del proyecto.
En una segunda etapa, la idea es instalar múltiples estaciones en las distintas sedes del ITBA que también permitan cargar monopatines eléctricos para movilizarse entre cada locación, para finalizar con una estación de carga inalámbrica para el proyecto de la Plataforma de Investigación de Movilidad Autónoma.
Posibles usos
En cuanto a los posibles usos que se le puede dar a esta tecnología llegada la etapa de implementación, Magliola y Lien mencionan tres escenarios.
El primero es el transporte público. “Al tratarse de rutas prefijadas se puede medir la carga necesaria y establecer las estaciones de carga en las paradas de los colectivos”.
La segunda posible aplicación es para la carga de los vehículos parte de los sistemas de micromovilidad. “Los monopatines que en su momento pegaron en Buenos Aires, por ejemplo, y que siguen activos en algunas ciudades europeas, podrían perfectamente cargarse inalámbrica en las estaciones, una vez que el usuario lo deja estacionado”.
Por último, los académicos hablan del uso de esta tecnología para potenciar otros proyectos de movilidad sostenible, como por ejemplo el del bus autónomo que circula dentro del Parque de Innovación.
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