Grupo Traslada opera una flota de más de 400 vehículos para traslados de personal de grandes empresas; qué problemas enfrenta a la hora de renovar los autos y las soluciones que encontró
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Grupo Traslada es una empresa de movilidad con 29 años en el mercado que opera una flota de más de 400 vehículos entre autos, combis y buses. Nació en los años 90 como una agencia de remises que dio el salto con los traslados corporativos, cuando llegó a transportar a la comitiva de los ex presidentes estadounidenses Bill Clinton y George Bush padre e hijo durante sus visitas a la Argentina. Trabaja todos los meses con unas 500 empresas de la talla de Mercado Libre, Syngenta, PepsiCo, Novartis y Disney, y durante la cuarentena del Covid debió sumar el servicio de traslado de paquetería y elementos de oficina ligados al home office para compensar la caída de los viajes que hacían las empresas.
Hoy, con el retorno de los empleados a sus puestos de trabajo físicos y la reactivación de los viajes de negocios, recuperó los niveles de demanda previos a la pandemia. Pero ahora enfrenta otro escenario: la falta de autos 0km, los costos de los repuestos y el cambio forzoso de los modelos a los que se ve obligada por la escasez de opciones.
“Tenemos más demanda de viajes que oferta de autos. Si hubiera más, los podríamos tomar a todos”, resume Gonzalo Santander, CEO de Grupo Traslada, al describir el panorama con el que lidia a diario la empresa en un contexto de restricciones a las importaciones de autos y demoras en las entregas de 0km. Con cuatro unidades de negocios (traslado de pasajeros corporativos, envíos de paquetería, distribución de carga y servicios de traslado en otras ciudades del mundo para tripulaciones de aerolíneas y agencias de turismo), el grupo es dueño de una parte de su flota, pero la mayoría pertenece a conductores independientes que trabajan para la firma. Hasta la pandemia, el promedio de antigüedad de las unidades que aceptaba Traslada era de tres años, pero en este momento debió flexibilizar ese requisito y llevarlo hasta ocho años en algunos casos porque a los conductores se les está complicando la renovación de sus autos por los faltantes de unidades en el mercado, cuenta el ejecutivo.
“Hay conductores que quieren cambiar su auto, pero no pueden porque no consiguen. Como en los concesionarios les dicen que tienen ocho meses de espera por el 0km, optan por no vender su auto actual y afrontar los costos crecientes de mantenimiento”, describe Santander. Con unos 6000 kilómetros recorridos por mes, son unidades de alto uso que demandan más repuestos y cuidado que la de un usuario promedio. Para empezar, cada 10 meses deben cambiar los neumáticos, “que cuestan cuatro o cinco veces más que en los países limítrofes” como Uruguay o Paraguay, además de batallar con los faltantes, indica.
Traslada empezó a otorgar incentivos a sus conductores, como pagarles tres tanques de nafta por mes, para que se decidan a renovar sus autos y la antigüedad de la flota vuelva a los niveles pretendidos. Y en algunos casos, hasta les concede financiación para pagar un adelanto para un 0km. Pero las trabas para llegar al auto nuevo y los sobreprecios a los que se enfrentan producto de la escasez desalientan las operaciones entre los dueños de los vehículos, señala.
Para suplir el faltante transitorio de una unidad, aplican la llamada “doble monta”: que un auto funcione con dos choferes el doble de tiempo en el día, aunque eso fuerce un mayor desgaste.
Adiós sedanes, hola SUV
El otro cambio que enfrenta la empresa es la variedad de marcas y modelos a la que se debió adaptar. Por tradición, trabajaba con autos sedanes, cuya oferta en el mercado cada día es más escasa independientemente de la situación puntual de las importaciones. Entonces, debió abrir el abanico a los SUV del segmento chico, cuenta Santander. Ante la falta de Volkswagen Vento, Renault Fluence o Peugeot 408, autos que iban muy bien con el estándar de viaje corporativo y se dejaron de fabricar o no están disponibles, la empresa empezó a incorporar SUV como Volkswagen Nivus, Volkswagen T-Cross y Citroën C4 Cactus, que no se empleaban para el servicio, pero ahora son aceptados.
La multiplicidad de marcas y modelos implica, de todos modos, mayores costos operativos que cuando Traslada trabajaba con una flota más homogénea, aclara el CEO. Desde el tema de los repuestos hasta la gestión propia es más complicada con muchos modelos distintos que con una oferta más acotada en variedad, pero de mayor volumen.
En 2022, la empresa transportó más de 450.000 pasajeros en viajes en remis y más de un millón en viajes grupales en buses de eventos y congresos que realizan las empresas. La demanda de movilidad es mayor desde ese punto de vista y se sumaron los charters fijos que firmas de primera línea ofrecen a sus empleados para el traslado hasta las oficinas, con recorridos establecidos, resalta Santander.
Por ese motivo, dice que la demanda está en niveles superiores a los previos a 2020. Y vuelve al punto de partida: “Con más 0km disponibles, haría más viajes”.