La iniciativa es impulsada por una famosa empresa internacional y propone un viaje que recorrerá 135 países y comenzará en noviembre de este año; el detalle de la propuesta, requisitos y algunos destinos
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Julio Verne escribió en 1872 La vuelta al mundo en 80 días, un libro cuya premisa, valga la redundancia, es sobre una persona que viaja por todo el mundo en apenas dos meses y medio. Más allá de la literaridad de su obra, provocó en muchas personas a lo largo de la historia el querer sumergirse en un viaje hacia los confines de la tierra que ahora, en pleno 2023, puede ser una realidad para cualquiera que así lo quiera... y pueda pagarlo.
Life at Sea Cruises es el nombre de la empresa que postula esta idea pero sobre el agua: vivir en el mar. Así, a bordo del MV Lara, quienquiera visitar los siete continentes, 135 países y 382 puertos de todo el mundo podrá hacerlo. Solo hay que tener papeles al día, la posibilidad de trabajo remoto, vacunas acorde a la legislación de cada lugar del itinerario y tiempo. Este viaje dura tres años.
El precio es relativamente barato. La compañía apenas solicita US$38.000 por persona, por año. Es decir, que para hacer el viaje completo se necesita un estimado de US$115.000, algo equiparable con comprar, por ejemplo, un dos ambientes en el barrio porteño de Belgrano. Se recorrerán más de 200.000 kilómetros con paradas en íconos del mundo como el Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil; el Taj Mahal en la India; Chichen Itza en México; las pirámides de Giza; la Gran Muralla China e incluso cerca de 100 islas tropicales. Varias escalas, mejor dicho, 208, serán nocturnas, cosa que agrega más tiempo en cada destino.
La cita es el 1 de noviembre en Estambul, Turquía. Por lo que al ya apasionante viaje que presupone esta iniciativa, hay que agregar el traslado a la ex Constantinopla. Solo 1266 personas de todo el mundo podrán ser de la partida ya que esa es la capacidad total de la embarcación que hoy navega por Turquía y Grecia con motivos turísticos. Una vez finalizado su viaje actual irá a los astilleros de Miray Crusies, empresa matriz, para que sea reacondicionado para esta travesía.
Un pueblo arriba del agua
Serán tres años a bordo. Mucho tiempo. El barco se convertirá en un pueblo donde todo lo que pase se comentará en cada rincón; donde nadie pasará desapercibido y las historias se replicarán de la popa a la proa. Y claro, si se especula con estar 36 meses arriba, tiene que estar bien equipado.
Acorde a lo que consignó la compañía, los pasajeros serán divididos en 627 camarotes con distintas prestaciones. Al ser un crucero de lujo, no faltará una gran variedad de restaurantes y actividades de entretenimiento sino que también habrá cerca de 14 oficinas, varias salas de reuniones, una biblioteca y un gran salón para que quienes trabajen puedan ir al “centro de negocios” a tener sus actividades sin ser interrumpidos por otros pasajeros. Esas prestaciones no tendrían costo adicional.
Por otro lado, funcionará un hospital abierto las 24 horas con especialistas de distintas áreas para atender las urgencias y consultas y según indicaron también se plantea la posibilidad de “beneficios fiscales adicionales cuando se trabaja como residente internacional a bordo del barco”, parte legal de la cual todavía no se emitieron demasiados detalles.
Terraza, varias piletas, lugares recreativos, auditorios y muchas más prestaciones estarán disponibles para todos los pasajeros así como actividades físicas, clases de danza y música, un gimnasio y single mixers, eventos para que solteros conozcan gente.
Los precios, destinos y su paso por la Argentina
Comidas incluidas; lavandería, también. Alcohol, bebidas, café y té, parte de la lista. Incluso se pueden recibir visitas. Durante el tiempo que el barco esté en puerto, los familiares de los pasajeros pueden subir a bordo y permanecer allí durante un tiempo y sin costo. Ahora bien, los valores sí cambian según el camarote que se elija. No todos valen lo mismo.
La embarcación se divide en cuatro pisos habitables. El primero tiene camarotes internos (sin ventanas) y externos (con ventanas) que miden entre 13m² y 17m². Sus valores arrancan en los ya mencionados US$38.000 sin contar eventuales recargos. El segundo mantiene las dimensiones y los tipos de cabina; sin embargo, el valor es un poco más alto y promedia los US$45.000. Ya un poco más arriba, la privacidad es mayor y los precios también: son US$51.700 lo que hay que pagar por un camarote en el Deck 6. En el último hay una diferencia real: hay camarotes más espaciosos que llegan a los 20m² y opciones con balcón. El Deck 7, cuarto piso habitable, tiene valores que parten de US$58.417. Todos los valores son anuales y por persona.
El itinerario es otra cosa interesante. El viaje promete 135 países y hay cierta hoja de ruta ya trazada. Sale en noviembre desde Estambul y proyecta llegar a Brasil para la Navidad y pisar tierras argentinas para la celebración de Año Nuevo. El crucero llegará hasta la Antártida, hará pasadas por las islas del Caribe, cruzará ambas costas de América Central, pasará por la costa oeste de América del Norte y tendrá su parada en Hawái.
En Asia serán 12 las paradas con escalas en Japón, Corea del Sur y China así como un viaje por el sudeste asiático y paso por Bali, Vietnam, Camboya, Bangkok, Singapur y Kuala Lumpur. Australia, Nueva Zelanda, las islas del Pacífico Sur, India, Sri Lanka, Maldivas, Seychelles, Zanzíbar, Ciudad del Cabo, la costa oeste de África, Santa Elena, Canarias y Madeira también están incluidas en el trazado. Claro, también habrá tiempo para el Mediterráneo y norte de Europa.
LA NACION