El consumo de nafta es uno de los temas en agenda debido al faltante y aumento de los precios en las estaciones de servicio del país; cómo conocer el consumo real del auto (y no el que declara la fábrica)
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El consumo de combustible es un factor importante a considerar a la hora de elegir un auto. Las razones son varias y, en un contexto donde la agenda anuncia escasez de combustible en las estaciones de servicio y aumentos de casi el 10% de mes a mes, contar con un vehículo con buen rendimiento se vuelve una ventaja por su menor costo y menor dependencia a la hora de recargar.
Estos no son los únicos puntos que deberían considerarse a la hora de optar por un nivel de consumo más rendidor. Las implicancias son también ambientales: un vehículo que consume menos nafta emite menos gases de efecto invernadero, lo cual contribuye directamente a la reducción de la huella de carbono y la preservación del medio en el que el vehículo circula; e indirectamente a la protección del ambiente en su integridad.
De cara al factor dependencia: un vehículo con un bajo consumo equivale a una mayor autonomía, lo cual significa que un auto puede recorrer más kilómetros con un tanque lleno, sin tener que hacer paradas para volver a cargarlo. Especialmente cuando se habla de un viaje largo sin la garantía de estaciones de servicio de por medio, esto es un elemento a favor.
¿Cómo saber cuánta nafta consume realmente mi auto?
Aunque los fabricantes publican un consumo medio de combustible en el mercado, al cabo de unas semanas o de algunos meses de conducción, dependiendo del uso que se le de, es normal ver que el auto consume más en relación con los número inicialmente anunciados. La pregunta, entonces, es: ¿por qué un auto consume más de lo que su fabricante declara?
El motivo principal, más allá del estilo de conducción personal y del tipo de trayecto, es que el valor de consumo medio indicado por los fabricantes es un valor destinado única y exclusivamente para poder comparar el consumo entre dos o más modelos que se basa en una medición que sigue un protocolo. En Europa, por ejemplo, el usado desde hace cinco años es el Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure (WLTP). Es un estándar global para determinar los niveles de contaminantes, emisiones de dióxido de carbono y consumo de combustible de los vehículos tradicionales, los híbridos, y los eléctricos. El procedimiento fue desarrollado por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas para sustituir al Nuevo Ciclo de Conducción Europeo (NEDC) y hacer coincidir mejor las estimaciones de laboratorio del consumo de combustible y las emisiones con las medidas de una condición de conducción en calle.
Además de los países de la UE -en donde WLTP se rige por la normativa (CE) 2009/443 a efectos de verificar que un modelo de un fabricante no emite más CO₂ en promedio que el objetivo establecido de 95 gramos de CO₂ por kilómetro- el procedimiento está aceptado en India, Corea del Sur y Japón.
Las mediciones se llevan a cabo en un banco de pruebas con las mismas condiciones de humedad y temperatura para todos los fabricantes. Duran alrededor de media hora y se reparte en cuatro fases: baja velocidad, velocidad media, alta velocidad y muy alta velocidad. El objetivo es simular una conducción en un entorno urbano, en rutas secundarias y en autopistas de 110 kilómetros por hora y más de 130 kilómetros por hora respectivamente. Cada fase tiene un tiempo de duración determinado: las dos primeras duran alrededor de 10 minutos cada una, mientras que las de conducción en autopistas a altas y muy altas velocidades duran alrededor de cinco minutos.
La cuestión es que, aunque cada fabricante debería publicar los consumos obtenidos en cada una de las cuatros fases, junto con una media de las cuatro; lo cierto es que suelen optar por publicar únicamente el consumo medio, o consumo combinado, así el consumidor recuerda un único número y reduce las variables de su análisis comparativo. Por este motivo, para entender cuál es el consumo real de un auto los especialistas señalan que hay que agregarle un 20% a la cifra que el fabricante publicita. Esto se debe a varios factores que van a variar dependiendo del contexto, de la misma manera que también puede variar el porcentaje:
Factores que inciden en el consumo anunciado por el fabricante:
- Condiciones de prueba ideales: las cifras de consumo de nafta proporcionadas por los fabricantes generalmente se obtienen en condiciones de laboratorio ideales (rutas planas y temperatura controlada), que casi nunca se replican en situaciones de conducción del mundo real y no consideran la incidencia de desafíos como el tráfico real, las pendientes, el viento y las temperaturas extremas que requieren el uso de la calefacción o del aire acondicionado.
- Estilo de conducción: el estilo de conducción del conductor puede variar considerablemente, y un estilo de conducción más agresivo, con aceleraciones bruscas y frenadas frecuentes, puede aumentar significativamente el consumo de combustible.
- Carga del vehículo: el peso del vehículo y la carga que lleva, como pasajeros o carga adicional, pueden afectar el consumo de combustible. Un vehículo más pesado generalmente consume más combustible.
- Mantenimiento del vehículo y nivel de desgaste: un mantenimiento deficiente, como neumáticos con baja presión, filtros de aire sucios o una mecánica deficiente, puede disminuir la eficiencia del combustible. Por otro lado, a medida que un vehículo envejece, su eficiencia de combustible puede disminuir debido al desgaste de componentes mecánicos, como el motor y la transmisión.
- Tamaño y tipo de motor: los vehículos con motores más grandes o menos eficientes tienden a consumir más combustible.
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