El excepcional sedán de la marca italiana tiene una mecánica potente y un nivel de equipamiento altísimo
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Presentado a nivel mundial a mediados de 2015 como sucesor del 159, el Giulia representó la gran apuesta de Alfa Romeo para recuperar el protagonismo que supo tener décadas antes y que había perdido de la mano de modelos poco convincentes y malas decisiones financieras. Y vaya que lo logró, ya que su lanzamiento (junto con el del SUV Stelvio, en 2016) significó el renacimiento de la marca italiana y le dio un impulso para reinstalarse nuevamente en los mercados más exigentes del mundo.
Este sedán del segmento D llegó a la Argentina octubre de 2018 y actualmente se ofrece aquí en tres versiones: 200, Veloce (que probamos) y el fenomenal Quadrifoglio (QV).
Pocos autos pueden presumir de tener un diseño tan exquisito que encanta a todos; el Alfa Romeo Giulia es uno de ellos. Las líneas son elegantes pero a la vez deportivas y congenian a la perfección con unas proporciones que marcan los tres cuerpos de manera clara pero sin llegar a la exageración. Respira italianidad, pero también muestra ciertos aires alemanes: la trompa es larga y lanzada (con la parrilla triangular y los faros rasgados típicos de la marca); los guardabarros están apenas “inflados” como para darle cierto músculo; las llantas tienen un diseño muy logrado y son de gran tamaño (en este caso, 19″); la caída del techo está bien marcada, y el baúl es corto y simple. Es sencillamente precioso por donde se lo vea.
- Largo: 4,643 m
- Ancho sin/con espejos: 1,86 / 2,024 m
- Alto: 1,436 m
- Distancia entre ejes: 2,82 m
- Capacidad del baúl: 480 L
- Capacidad del tanque: 58 L
- Peso bruto: 1605 kg
- Neumáticos: 225/40 R19″
Sofisticación es la palabra que mejor puede describir al interior del Giulia. Porque a la superlativa calidad de los elementos utilizados le suma detalles que hablan del público al que apunta: tapizados en cuero (en este caso, eran rojos), aluminio pulido en los apliques, mullidos en los revestimientos, etcétera.
El volante (chico, del tipo truncado y calefaccionado) es de un grip excelente y las butacas (también con calefacción) son de una gran comodidad, con un calce perfecto al cuerpo. La posición es más bien baja (como todo sedán con perfil deportivo que se precie de tal) y se encuentra fácilmente, mientras que la disposición de los mandos (mezcla botones con varios diales) está muy bien pensada como para que todo quede al alcance del conductor (por ejemplo, el encendido está en el volante, las levas de la caja están fijas a la columna de dirección y no giran con la rueda, la selectora es tipo joystick, la pantalla está orientada hacia el que maneja, etcétera).
No le falta nada en cuando a equipamiento de confort: techo panorámico eléctrico, climatizador bizona, equipo de audio premium, sistema multimedia compatible con Android Auto y Apple CarPlay y que se comanda desde el display táctil de 8,8″, cargador inalámbrico de celular y más.
En seguridad pasa lo mismo, ya que hay 8 airbags, controles de estabilidad y tracción, frenos con ABS y EBD, anclajes para SRI y más, a lo que agrega varias ADAS, como frenado autónomo de emergencia, control de velocidad crucero adaptativo, sensor de punto ciego, advertencia de salida de carril y más.
Fiel a su historia
Alfa Romeo tiene una larguísima historia de la competición, quizás de las más antiguas del globo. De ahí que todos (o casi todos) sus vehículos tengan cierto carácter picante. En el caso de este Giulia Veloce, esa condición se relaciona con la “il coure”, que si bien está lejos del de la versión QV (equipa el motor Ferrari V6 de 510 CV) está a la altura de cualquier otro sedán ejecutivo premium: bloque naftero de 4 cilindros en línea, 16 válvulas y 2.0 L de cilindrada, con inyección directa de combustible, turbo e intercooler, que genera 280 CV a 5250 rpm y 40,8 kgm de par a 2250 rpm, asociado a una transmisión automática de 8 marchas con convertidor de par, mientras que la tracción es integral Q4.
Cuenta con el sistema DNA que permite elegir entre tres modos de conducción: Dynamic, que modifica el seteo de la caja y el impulsor para lograr una respuesta más rápida del acelerador al tiempo que ajusta la dirección y el frenado para un manejo más deportivo; Natural, en el que se calibra todo para lograr la máxima eficiencia y comodidad, y Advanced Efficiency, pensado para maximizar el gasto de combustible y reducir las emisiones con funciones como la desactivación de cilindros.
Entonces, podemos seleccionar N o A para una conducción tranquila y rendidora (a 120 km/h el propulsor trabaja debajo de las 2000 rpm y los consumos rondan los 7,5 L/100 km), ideal para moverse en el día a día. U optar por la D con la caja en secuencial en la que el auto va a dar todo lo que puede dar (que es bastante) sin titubeos. Esto, porque al estirar las vueltas y mejorar la reacción (en manual se lleva siempre arriba de las 3000 rpm) cambian las sensaciones y se vuelven más divertidas, porque además la dirección se endurece ante esa demanda y los frenos funcionan mucho mejor. No es un deportivo puro, pero se le parece bastante.
Lo corroboran los números: acelera de 0 a 100km/h en 5,8 segundos, recupera de 80 a 120 km/h en 4,1 segundos y alcanza una velocidad máxima (informada por el fabricante) de 240 km/h.
Posee otros factores que colaboran con el factor sport, pues tiene una muy buena aerodinámica (Cx de 0,25) y una distribución de pesos óptima (50/50). Además, se le mejoró el peso con materiales de alta tecnología, como fibra de carbono (en el eje de la transmisión) y aluminio liviano (motor, suspensiones, capot, puertas, techos).
- Motor: turbonaftero
- Cilindros: 4 en línea
- Válvulas: 16
- Cilindrada: 1995 cc
- Relación de compresión: 10:1
- Potencia: 280 CV a 5250 rpm
- Par: 40,8 kgm a 2250 rpm
- Caja: automática de 8 marchas con convertidor de par
- Tracción: integral Q4
Y algo más: normalmente el coche funciona con la tracción trasera, pero en cuanto se lo exige o comienza a perder adherencia se acopla automáticamente la integral (son dos diferenciales) para brindar mucho más agarre. Esto influye claramente en el comportamiento dinámico, donde se lo nota súper estable y equilibrado tanto en rectas como en curvas rápidas.
Silencioso, suave, no importa a la velocidad a la que se vaya, viajar en el Giulia es defintivamente un placer.
El precio sugerido es de 79.800 dólares (billete) y ofrece garantía por 5 años o 100.000 km.
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