En el diseño de la movilidad de las ciudades inteligentes, las motos eléctricas ocupan un lugar porque permiten traslados en menor tiempo y menores costos de mantenimiento; qué otras ventajas ofrecen
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Las alternativas para circular por las ciudades están en constante revisión y, como anhelaría cualquier persona atascada en el tránsito, en movimiento. En centros urbanos alrededor del mundo ya resulta habitual ver monopatines y scooters eléctricos, sistemas de bicicletas compartidas, crece la flota de autos particulares que dependen de baterías -y ya no de combustibles fósiles- y las opciones de movilidad compartida -sea bicicletas, e-scooter, autos y demás-.
Progresivamente, el paradigma de las ciudades inteligentes -o smart cities- se incorpora en aspectos claves para la población, como lo es la movilidad. Este modo de diseñar los espacios consiste en potenciar los recursos disponibles, integrar la tecnología como aliada indispensable y planificar un desarrollo sostenible y respetuoso del ambiente para mejorar la calidad de vida de todas las personas que los habitan. En esa reconfiguración, algunos actores tienen la oportunidad de transformar el lugar que ocupan en el asfalto y ganar protagonismo, como ocurre con las motocicletas.
En este escenario, las motos son un medio de transporte elegido porque, a diferencia de los automóviles, permiten traslados de menor tiempo de duración, implican costos reducidos de mantenimiento, proveen independencia y autonomía y encontrar lugar para estacionar no se convierte en una pesadilla. Estos factores, de gran relevancia en la ecuación que cualquier persona realiza al evaluar sus opciones diarias de movilidad, hacen que su uso crezca sostenidamente en el tiempo.
Sostenible, respetuoso con el entorno y beneficioso para mejorar la experiencia de las personas son algunos de los puntos a favor que este clásico medio de transporte ya puede tildar. Ahora, transformarlo en protagonista de las ciudades inteligentes dependerá de la planificación urbana y de las políticas públicas que lo acompañen e impulsen.
Algunos datos a destacar
En la Argentina, el parque de motocicletas aumentó más de un 100% de 2009 a 2017, período en el que pasó de 3 a 7 millones de unidades. Y, en los últimos tres años, la creciente participación de vehículos eléctricos en el tránsito obligó a las autoridades nacionales a poner atención sobre las motos eléctricas e incluirlas en los planes de movilidad segura ya que, para 2020, la mayoría no contaba con homologación ni control sobre su comercialización.
En otro punto del mapa, la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas de España (Anesdor), realizó un relevamiento para explicitar que, adicionalmente a los beneficios que cualquier motociclista puede experimentar en primera persona, los vehículos de dos ruedas en ese país permiten ahorrar emisiones de CO2 y contribuir a mejorar la calidad del aire. La entidad estima que en España hay 5 millones de motocicletas y ciclomotores y que, en Madrid, la moto representa un 9,7% del parque de vehículos.
Viajes compartidos
En Buenos Aires, la empresa Didi lanzó a fines de 2022 el servicio Didi Moto, que se contrata y paga a través de una app y se anuncia como una alternativa económica y rápida para las personas usuarias, y una manera de trabajar con tiempos flexibles y generar más ganancias para quienes conducen las motos. Se trata, sencillamente, de la contratación de un traslado en moto por la ciudad. El servicio se diferencia de las plataformas que ofrecen traslados en autos por la menor duración de los viajes y, en consecuencia, su menor costo también. En la promoción y difusión del servicio, uno de los puntos sobre los que se realiza mayor énfasis es la seguridad de los pasajeros y la empresa cuenta con requisitos con los que deben cumplir las motos utilizadas para ser parte de Didi Moto, como contar con casco y chaleco refractario.
La iniciativa ‘Faixa azul’ en São Paulo
En Brasil, resultó un éxito la implementación de carriles exclusivos para motos: se redujeron las muertes y los accidentes. El proyecto piloto de São Paulo será extendido para que la senda preferencial abarque más kilómetros y contribuya a organizar el tránsito urbano. Es que el futuro de la movilidad urbana y de la micromovilidad se basa en que puedan convivir múltiples maneras de circular por las calles, avenidas y autopistas según las necesidades de cada persona usuaria.
Uno de los principales desafíos para atender es el de la seguridad, por eso medidas como la obligatoriedad de elementos de seguridad además del casco -como camperas de protección, guantes, calzado acorde y kits de visibilidad nocturna- forman parte de la legislación necesaria para garantizar la reducción de accidentes. Iniciativas como la de Brasil, que estableció sendas exclusivas, también reducen la vulnerabilidad de quienes eligen las motocicletas como opción de movilidad. Resulta fundamental incluir a esta parte de la población en la planificación para que sea un factor decisivo en la mejora de la experiencia. Cursos de manejo seguro para motociclistas, el fomento del respeto de las normas de tránsito y de las medidas de seguridad contribuirán a que la circulación sea más eficiente para todos los medios de transporte.
Y, sin dudas, el paso hacia las motos eléctricas será el que incremente los beneficios en las ciudades y posicione esta opción en la movilidad urbana: cero emisión de gases contaminantes, la reducción de los niveles acústicos y de los costos de mantenimiento se suman al listado de beneficios. Para eso, las estrategias de fomento a través de costos accesibles y de infraestructura urbana terminarán de configurar la escena para que las dos ruedas continúen avanzando por más caminos.
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