En el Foro Empresarial del Mercosur, Martín Galdeano, presidente de Adefa, y Henry Joseph, de Anfavea, coincidieron en que para atraer inversiones se necesitan políticas comunes que marquen un rumbo, como hizo Europa
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La industria automotriz del Mercosur enfrenta oportunidades y desafíos para subirse en los próximos años a la ola de la electrificación –el cambio más profundo que atraviesa el sector en toda su historia-, pero para no quedar al margen de la transformación necesita reglas claras y políticas definidas a nivel del bloque que orienten a las inversiones, resaltaron los representantes de las empresas durante el capítulo automotor del Foro Empresarial del Mercosur.
Durante uno de los paneles del evento, organizado de manera conjunta por la Cancillería argentina, las cámaras sectoriales (Adefa, Acara, AFAC, Adimra) y los sindicatos (Smata y UOM), Martín Galdeano, presidente de Ford y de Adefa, y Henry Joseph Jr, director de Anfavea (la entidad que agrupa a las terminales en Brasil) coincidieron en que las inversiones son clave para mejorar la competitividad del sector y reclamaron que se implementen políticas en forma conjunta dentro de la unión aduanera para darle una dirección a esos desembolsos.
“Para competir lo primero que tenemos que hacer es invertir e incorporar tecnología y procesos de última generación”, señaló Galdeano sobre las claves para subirse a la nueva movilidad electrificada y agregó que para poder exportar el 70% de la producción –un objetivo deseable que debería alcanzar el sector-, la inversión es el “ticket de entrada”. Acto seguido agregó que, en segundo lugar, la industria automotriz en la región necesita un marco general e impositivo que incentive la producción y las exportaciones.
“Competimos con otras marcas y con otras fábricas de la misma marca a la hora de exportar”, recordó Galdeano y añadió que para que la industria regional se consolide como un polo de exportación y pueda subirse a la nueva ola eléctrica es clave alcanzar escala. “También hay que ver las condiciones de entrada que tiene el Mercosur para poder exportar y qué condiciones [arancelarias e impositivas] tienen los competidores”, como Tailandia, Sudáfrica y Estados Unidos, completó.
A su turno, Joseph afirmó que los países y regiones –como Europa- que están avanzando a mayor velocidad en la transformación de la industria hacia la electrificación implementaron políticas públicas que aceleraron su adopción. “Por eso las inversiones industriales siguen ese camino, porque hay una meta”, apuntó.
Mencionó en esa línea los incentivos fiscales que aplica Europa para la compra de autos eléctricos y las normas que fijan una fecha para el fin de la fabricación de vehículos a combustión, y las políticas que implementó China para estimular el crecimiento de la industria durante la última década.
“En el Mercosur, antes que nada, tenemos que pensar en un solo mercado”, dijo el director de Anfavea, y subrayó que “los gobernantes deben discutir políticas públicas para que haya previsibilidad y orientar las inversiones”, en relación a las normas que regirán la nueva movilidad eléctrica. “No hablamos de subsidios, sino de la dirección de lo que se quiere hacer”, reforzó.
Otro punto en el que coincidieron ambos ejecutivos fue que el marco normativo para impulsar a la industria no puede ignorar las necesidades de la infraestructura de cada país. “El tamaño de la transformación [del sector automotor] no tiene precedentes”, destacó Galdeano, pero aclaró que la reglas tienen que estar alineadas con la matriz energética de cada país. “La solución no será llegar con autos eléctricos si hay déficit de infraestructura. Cargar un auto eléctrico no debe ser un problema”, precisó.
En ese marco, los autos híbridos tienen espacio para seguir creciendo en la transición energética y el Mercosur puede consolidarse como un polo de producción, compartieron. “Sabemos cómo hacer autos. Pero las decisiones de qué se debe hacer y cuándo hacerlo depende de las autoridades”, reiteró Joseph. “Hay que llevar a la cúpula de los presidentes la discusión”.
Del panel participó también Julián Domínguez, ex ministro de Agricultura , en representación del sindicato Smata. Rescató la visión conjunta para el sector en 2030 de la que participaron todos los integrantes de la cadena, incluido el sindicato, y señaló respecto de la transformación que atraviesa la industria automotriz que “el sindicato sabe que el destino [del sector] se juega en la competitividad de la exportación”.
LA NACIONTemas
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