Algunas empresas suspendieron la facturación de autos a su red hasta definir la nueva lista de precios luego de la devaluación del 22%; hay agencias que aplicaron ajustes y otras que frenaron la venta
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“Yo estoy vendiendo con un 15% de aumento respecto del viernes, no frené”, dice el dueño de un grupo de concesionarios con varias marcas, que se adelantó a lo que imagina que pasará y no quiso resignar eventuales operaciones. No es la regla en el convulsionado mercado de los autos tras los inesperados resultados de las PASO del domingo y la devaluación de hoy del 22% del dólar mayorista, que saltó a $350: hay otras agencias que, como tantos otros rubros, decidieron no vender por la incertidumbre, a la espera de las nuevas listas de precios que analizan en estas horas las automotrices.
“No estamos facturando autos”, responden en una terminal, mientras evalúan el traslado del nuevo dólar de importación a los precios. “Estamos viendo los ajustes”, completan en una marca competidora. En otra automotriz informan que no cambiaron todavía los valores de sus modelos ni frenaron la venta a sus concesionarios. Pero es una cuestión de tiempo que el reacomodamiento se concrete. “No tenemos más precisiones que esa por ahora”, lamentan.
El tipo de cambio oficial rige los destinos de la industria automotriz, que depende de los componentes importados para producir. Cuatro de cada 10 0km que se venden en la Argentina hoy son de procedencia importada (principalmente de Brasil) e ingresan al dólar que fija el Banco Central. Además, más del 50% de las piezas e insumos que se emplean para fabricar pick ups, autos y utilitarios en el nivel local llegan del exterior. Los autos con mayor integración local, como el Fiat Cronos hecho en Córdoba o la pick up Toyota Hilux producida en Zárate, oscilan entre el 40 y el 45% aproximado de contenido nacional. Y esos componentes, a su vez, requieren de insumos importados para su producción.
El sector automotor sufrió en la última semana de julio el impacto de la aplicación del impuesto PAIS del 7,5% a todas las importaciones de bienes. Los 0km venían subiendo todos los meses a un ritmo del 6/7%, a tono con la inflación, y por el efecto del nuevo impuesto los ajustes de los primeros días de agosto treparon al 10%. Ahora, mientras las terminales definen qué hacer a partir de mañana, en las agencias se preparan para una suba de entre 15 y 20%. Los autos treparían entonces hasta un 30% en 15 días.
En este momento, el modelo disponible más barato del mercado (sin considerar eventuales sobreprecios en los concesionarios) es el Chevrolet Joy, que figura a $5.891.900. El Fiat Cronos, el auto más vendido, arranca en $6.917.900.
Para la confección de las listas oficiales, las automotrices batallan además con las escalas del impuesto interno al lujo, que grava con el 20% a los modelos cuyo precio de venta al público supera los $8,4 millones, y con el 35%, a los que cuestan más de $15,5 millones. La AFIP actualizará a partir del 1° de septiembre las escalas para los próximos tres meses. Si los aumentos aplicados por las terminales llevan un modelo por encima de esos valores, el incremento dispara mucho más su precio de venta. Por ese motivo, en los primeros días de este mes –antes de la devaluación de hoy- reaparecieron los “topeos”: un auto con el mismo precio de lista pese a tener diferente equipamiento.
La traba del impuesto al lujo durante los días que quedan de este mes es un condicionante adicional que está sobre la mesa por estas horas en las terminales.