Probamos en Brasil la nueva generación de la camioneta compacta que llegará a mediados de año; tiene carrocería doble cabina, motor turbo, tracción 4x2 y buenos estándares de confort y seguridad; ¿cómo quedará posicionada ante sus rivales?
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La diversificación dentro de una categoría permite a las marcas ofrecer distintas soluciones a clientes con necesidades variadas. Para el comprador, el crecimiento de esa oferta significa la posibilidad de contar con un producto que será destinado al trabajo o bien responderá como vehículo de uso dual, permitiendo contar con el espacio y confort propio de un modelo familiar y con las bondades que representa un sector de carga.
Esa premisa de contar con un mix entre aptitudes recreativas/familiares y dotes para transporte es lo que manda desde hace varios años en el segmento de las pick ups e, incluso, llegando a generar una necesidad donde antes no había. Mucho se impuso el 2 en 1 en la categoría de las chatas medianas (Amarok, Hilux, Ranger y demás) con eso de unificar lo mejor de ambos mundos. Así, los vehículos chicos fueron perdiendo presencia (del 49% del mercado de la región en 2013, cayeron al 28% en 2022), al igual que los medianos (del 24 retrocedieron al 17%).
Por contrapartida, los SUV saltaron del 8% al 35% en el mismo lapso; mientras que las pick ups en general escalaron del 12 al 17% durante la última década. Dentro de esa evolución aparece este subsegmento tan atractivo para las automotrices, como digno merecedor de un análisis. Basta con solo revisar el crecimiento desde su inauguración en 2013 por parte de Oroch y luego Toro, pasando del 0 al 3,2% del mercado total en la región para 2022, mientras se espera que para este año escale al 4,5%.
En el caso de Montana, Chevrolet optó por dejar atrás el tamaño que la encasillaba en la categoría chica, para pasar a la de las compactas, donde encuentra esa licencia de mayor versatilidad. Ya el solo hecho de contar con una carrocería de doble cabina y puertas traseras, representa un cambio rotundo.
Viajamos a Curitiba (Brasil) para hacer un contacto a bordo de esta nueva generación y enriquecer las conclusiones iniciales recogidas a comienzos de diciembre pasado, cuando llegamos al país vecino para verla por primera vez, aunque en una exhibición estática (acá puede ir link de aquella nota inicial).
Smart Utility Pick Up: ¿qué hay detrás de esta inédita denominación?
Después de un largo estudio de mercado, en un constante ida y vuelta con usuarios y clientes en general, la compañía buscó hacer el foco en cada uno de los aspectos donde entendía que antes no se ponía énfasis al desarrollar una camioneta de este tipo. Según directivos regionales, se buscó ofrecer un “sí” en lugar del “no” (o el “más o menos”) que reinaba en los 8 puntos que sustentan su argumento:
- Que las pick ups no están diseñadas para las urbes. Ahí Montana busca desmarcarse por tamaño (con 4,72 m de largo está entre medio de Toro y Oroch) aunque sin excederse para entrar sin problemas en estacionamientos o lograr maniobras sin esfuerzo, gracias a su acotado radio de giro de 11,5 m vs. los 12,2 de la competencia.
- Que las chatas no priorizan a los pasajeros de atrás. Se buscó sacar provecho basándose en la buena distancia entre ejes, en que el motor de 3 cilindros es más compacto y ocupa menos lugar, y en que al no tener tracción integral prescinde de piezas y ahorra espacio.
- Que no ofrecen sofisticación a bordo. Con un estilo alejado de lo espartano, el interior de este producto cambia simpleza por una presentación de más alto perfil y una dotación considerable tanto en confort como en seguridad.
- Que la caja de carga no está bien aprovechada. El concepto Multiflex con 24 accesorios apunta a dar por tierra con esa tradición.
- Que las camionetas son saltarinas cuando van sin carga. Se lo combate con un ajuste específico en el esquema trasero de suspensión.
- Que cumplen con la performance, pero no logran una completa eficiencia. Para ello la calibración especial al conocido motor tricilíndrico.
- Que no brillan por diseño. Buscaron que se destaque por un estilo moderno, más llamativo y dentro de los parámetros del diseño global de la compañía.
- Que carecen de elementos para la personalización. Se desarrolló un portfolio de 90 accesorios con fines funcionales y estéticos.
Versatilidad y confort como prioridades
“Una nueva pick up con el confort de un SUV”, es la frase de cabecera de la automotriz -se verá en todo tipo de comunicación- que desde que la mostró y presentó por primera vez a la prensa especializada, se empeñó en marcar puntos en común con la Tracker, en una clara intención de asociar al utilitario con el estilo y la vida a bordo valorados en el Sport Utility que ahora también se produce en la planta de Rosario. Lo cierto es que también la compañía confirma que no es una Tracker adaptada a una caja, sino que desde los albores de la plataforma GEM (Global Emerging Markets) se planificó un compacto como Onix, un Sport Utility como el mencionado, y una camioneta como ésta. Y lo cierto es que no se quedó en una mera enunciación “marketinera”, sino que hay un patrón que los une, empezando por la posición de manejo elevada. Todo lo que queda frente al conductor tiene un aire a lo que se ve como panorama en el SUV. La calidad de materiales y terminaciones transitan la media de la industria regional, sin merecimiento de objeciones de consideración ya que, más allá de que las superficies son rígidas, están bien presentadas.
Impulso conocido
Así como la plataforma, además de varias de las piezas y elementos (como el volante, por ejemplo) son comunes a la Tracker, también lo es el propulsor 1.2 turbo de 133 CV (cifra para Brasil con mecánica Flex) y un torque máximo de 210 Nm. Este bloque está dentro del listado de los ítems que colaboran para el confort de marcha porque responde de manera gradual y en su funcionamiento predomina la suavidad. La caja automática de 6 marchas (sin levas para manejo secuencial) también hace su aporte: es rápida y el paso entre cambios se percibe muy poco, aunque ante la exigencia del pie derecho respondió con algún titubeo. En este tipo de contactos no es fácil hacer mediciones de consumo o aceleración, pero acudir a lo informado por la marca (según homologación brasileña) sirve para acercarse a la idea de que se trata de una mecánica lógica, ya que con caja automática consume 9 l/100km en ciudad y 7,5 en ruta; mientras que la versión manual requiere 8,4 y 7,3 litros respectivamente. El 0 a 100 km/h se completa en 10,1 segundos en la versión AT y en 11,7 con la MT.
La caja está en orden
Dentro de esta atractiva estructura (aunque el diseño es una cuestión meramente subjetiva) en la que se destaca la llamativa trompa con una enorme parrilla y detalles oscuros, la iluminación dividida en dos, las vistosas llantas de 17″, las molduras laterales y la elevada línea de cintura, tiene en el sector de carga otro punto destacable. Con 874 litros de volumen, esta caja puede transportar unos 640 kilos, algo en desventaja respecto a la Fiat y similar a la del rombo. Tiene una interesante altura y cuenta con protección plástica y 8 ganchos de sujeción, además de iluminación en los laterales.
Esa buena capacidad logra un plus versatilidad de la mano del sistema “Multi-Board”, compuesto por 24 accesorios creados para organizar la carga, desde bandejas a divisores y huecos para acomodar lo que se lleva y que nada ande suelto mientras se circula. Y todo puede quedar cubierto a los efectos de los elementos de la naturaleza (sol, agua y polvo) y de la atención de los amigos de lo ajeno, mediante dos tipos de cobertores: una lona marítima flexible que se enrolla, o bien una placa rígida que se desplaza electrónicamente. La puerta -de diseño inspirado en el remate de la Silverado- tiene destrabe eléctrico y alivio de peso que amortigua la acción de apertura.
Apuntes del comportamiento
Pudimos conducirla en un trayecto de unos 200 kilómetros (entre ida y vuelta) desde la ciudad de Curitiba (estado brasileño de Paraná) hacia el noreste, hasta Guaricica (una de las tres reservas que conforman un área de preservación de la Mata Atlántica de unas 19.000 hectáreas) a través de camino que propuso un poco de todo: calles urbanas, autopista, ruta montañosa, adoquinado y ripio. La marca afirma que tanto suspensión, como frenos, motor y transmisión, recibieron ajustes específicos para esta camioneta. El eje trasero trabaja con resortes helicoidales con doble tope de rigidez variable para amortiguar mejor los impactos, retardando el movimiento de acuerdo a la carga. Lo cierto es que ese esquema responde con eficiencia y llevó los efectos del adoquinado a la mínima expresión.
La dirección de asistencia eléctrica tiene una buena respuesta por precisión y rapidez, mientras que la posición al volante se consigue sin problemas gracias al correcto desplazamiento de la columna tanto en altura como en profundidad. La butaca es cómoda, aunque está colocada en una posición bastante elevada, aún al llevarla al punto más bajo mediante el reglaje manual. Va un aprobado para la insonorización y un felicitado para el espacio en plazas traseras -aseguran que el lugar para las rodillas y a lo ancho para los hombros supera a los rivales mencionados-, sector al que se accede sin inconvenientes debido al generoso ángulo de apertura de las puertas. No tan favorecidas salen la visión trasera o la de tres/cuartos delantera.
Desde la reserva volvimos unos 40 km hacia atrás (retomando a Curitiba) para llegar a Ekoa Park, otro sitio preservado y con una rica biodiversidad. En todo momento fue clave el matrimonio Android Auto con el multimedia para hacer uso del tan necesario Google Maps en territorio desconocido.
Repaso del equipamiento
Vendrá en versiones LTZ y Premier, únicamente en opción automática. Del listado se destacan llave inteligente y arranque por botón, sensores de estacionamiento, multimedia táctil de 8″ con conexión Bluetooth, asociación con Android y Apple CarPlay, cámara de retroceso y Wi-Fi nativo, cargador inalámbrico de celular, aire acondicionado digital y sistema de asistencia permanente OnStar y app MyChevrolet. Seis airbags, controles de tracción y estabilidad, ganchos Isofix, alerta de colisión, asistente de frenado y alerta de punto ciego, integran el listado de seguridad.
Preparando el terreno para su desembarco
“No es una Tracker hecha pick up”, fue el dicho que más se escuchó durante la estadía en Brasil. Nació con vida propia y por eso tiene las configuraciones específicas ya señaladas. Con esta reinvención de la Montana, GM busca marcar territorio dentro de la categoría animando un nuevo subsegmento.
¿Uno más?, sí. ¿Hay público para todo?, al parecer, oportunidades hay. Habrá que ver lo que sucede una vez que desembarque en los concesionarios y claro que el precio será un factor determinante, al igual que la disponibilidad. Sus primeros pasos en el vecino país son alentadores, ya que en menos de una semana de preventa se ubicaron 2000 unidades, y hacia la primera quincena de febrero ya se superaron los 10.000 boletos de compra. Se fabricará (en la planta de São Caetano do Sul) sólo con tracción simple -ambas rivales tienen opción 4WD-, ya que la compañía sostiene que para quienes buscan algo más está la S10, y para lo más extremo llegará Silverado, hacia fin de año. Ahí la oferta de chatas de Chevrolet tendrá su portafolio bien escalonado. Y así tendrá su casa con el orden pretendido.
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