Los monopatines eléctricos ya no son propiedad exclusiva de los millenials; combinados con el auto o el transporte público, resultan una solución sustentable para circular en los centros urbanos
Además de los automóviles, motocicletas, bicicletas y otros vehículos tradicionales, desde hace unos tres años la red vial también es compartida, cada vez más, por usuarios en monopatines eléctricos, que los tienen como su medio de traslado, sobre todo, claro está, en las ciudades.
Así, en estos primeros meses de 2020, incluida la cuarentena, esta opción de transporte personal ha incrementado sus ventas respecto del mismo período del año pasado, como lo indican desde Mercado Libre Argentina, con un aumento que "ha sido de un 101%. Al mismo tiempo, desde el 21 de mayo hasta el 2 de junio, cuando se "flexibilizó" el aislamiento preventivo, se observó un crecimiento del 87% de unidades vendidas, en comparación a semanas anteriores".
Igualmente se triplicaron las consultas, según el informe del fabricante Max-You, que registró un aumento de casi el 300% sobre sus modelos. Así, sobre 3446 contactos: 71% fueron hombres y 29% mujeres, con un rango etario de entre 25 y 34 años del 48%; de 35 a 44, un 36%; de 18 a 24, un 10% y entre 45 y 54 años, un 6%, siendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) la mayor zona de consultas, le siguen Córdoba, Santa Fe y Tucumán y los ítems más buscados fueron el precio, los modelos, la financiación, la garantía y el servicio técnico y envío.
"Identificamos que el monopatín dejó de ser un vehículo exclusivamente de millennials y hoy encontramos personas de 40 a 50 años que compran uno, por ejemplo, para transitar la llamada "última milla"; es decir, desde que dejan el transporte público o su auto en algún lugar de la ciudad hasta llegar al trabajo. Y vemos como cada vez son más las ciudades donde hay interés por el monopatín; municipios que fueron avanzando en la construcción de bicisendas y permiten el uso seguro de este vehículo; porque, sí o sí, se deben usar en bicisendas", dice Martín Maestrojuan, director Comercial de Max-You.
El ingreso de este transporte en una urbe lo explica Juan José Méndez, secretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires. "En los últimos años el transporte en general ha experimentado avances tecnológicos considerables. Surgieron nuevas formas de movilidad que fomentan la intermodalidad, ocupan menos espacio físico, son sustentables y se ajustan a centros urbanos con un alto flujo de tránsito, como es el caso de la CABA. En 2019, la Secretaría de Transporte ingresó en la Legislatura porteña un proyecto para incluir dispositivos de movilidad personal, como los monopatines eléctricos, en el Código de Tránsito y Transporte de la CABA, y el 16 de mayo de ese año fue aprobada la Ley N° 6164 que, por un lado, le da un marco regulatorio a este nuevo actor en el tránsito, y, por otro, permitió impulsar una prueba piloto de monopatines eléctricos de uso compartido, con el principal objetivo de entender estos nuevas prácticas del transporte junto con sus implicancias para la ciudad y los vecinos. "Una de las prioridades de movilidad para los vecinos es llegar a casa o al trabajo disminuyendo los tiempos de viaje –continúa Méndez–. Con los dispositivos de movilidad personal se sumó una nueva alternativa de movilidad; los monopatines eléctricos son ágiles, cómodos y se usan en las principales ciudades del mundo para realizar viajes cortos y conectar con el transporte público".
Trabajadores y vecinos
Justamente en Capital Federal, en esta etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio y al habilitarse nuevos rubros, se sumó entre las alternativas de movilidad el sistema de alquiler de monopatines eléctricos, a cargo de la firma Grin (debe reservarse previamente la unidad en https://ongrin.com/), para los trabajadores esenciales. Por esto, Méndez comenta que en una primera etapa funcionarán 200 monopatines: los médicos de la CABA cuentan con un beneficio de 30 minutos sin costo para su uso; para evitar el riesgo de contagio del Covid-19, la empresa debe cumplir con un protocolo especial de sanitización de cada unidad. Además, los monopatines eléctricos son una alternativa para la movilidad de los vecinos, es un medio para moverse al aire libre que permite a sus usuarios cumplir con el distanciamiento social y obligatorio al circular.
Los monopatines no son para uso recreativo, circulan solo como complemento del sistema de transporte para hacer viajes cortos y se alienta a que los medios de movilidad como el subte, el tren o el colectivo sean utilizados por quienes tienen que realizar distancias más largas (ver consejos y sugerencias para comprar y usar un monopatín eléctrico).
"Sin cuarentena, más de tres millones de personas ingresan diariamente a la CABA con su vehículo, generando altas emisiones de CO2 para el medio ambiente y problemas en el tránsito cotidiano. Incentivar el uso del monopatín eléctrico ofrece nuevas alternativas de movilidad que permiten desafiar hábitos tradicionales y acceder a una mejor calidad de vida. El monopatín eléctrico tiene una huella de carbono casi nula, se carga completamente en menos de 5 horas, reduce la contaminación sonora y los espacios ocupados en las calles. Está comprobado que las personas que deciden hacer cambios de hábitos relacionados con la movilidad, como el uso de la bicicleta o un monopatín eléctrico, disminuyen los niveles de estrés y logran un estado mental y físico más saludable", afirma Felipe Luongo, responsable de Movilidad Urbana de Philco.
"También lo hace sustentable –aclara–, el hecho que se necesita mucho menos esfuerzo y cantidad de personas para hacerlos andar, ya que tienen escaso mantenimiento. Gracias a las iniciativas del sistema de sharing (compartir flota de unidades), los monopatines eléctricos comenzaron a ser una opción viable para los argentinos en su día a día".
"Un monopatín transforma a una persona en un peatón más capacitado, ya que le permite ir más lejos, moverse con mayor rapidez y cargar más peso. Es una forma de movilidad muy práctica y funcional frente a las geografías urbanas actuales, evita los embotellamientos y no depende de los inconvenientes del transporte público, y se adapta a distintos tipos de terrenos. Los equipos alcanzan los 25 km/h sin pérdida de estabilidad; el diseño plegable garantiza su transportabilidad (en el tren o en el baúl de un auto), la comodidad del usuario al manejarlo y su almacenamiento en cualquier lugar. Tiene un consumo energético y un costo diario bajo, se enchufa a la pared como si fuese un celular y ahorra mucho tiempo", remarca Miguel Schwartz, director de la División de Vehículos Eléctricos Grupo Simpa, y destaca que cada vez hay más usuarios de todas las edades porque son fáciles de maniobrar. "En el país, se suma el de las comunidades que viven en barrios privados para moverse dentro de ellos. Y vemos en nuestras campañas digitales que el 40% de las consultas son de mujeres que buscan el modelo con más elementos de seguridad y confort".
Conducción y recaudos
Respecto de la enseñanza para manipular estos rodados, los especialistas concuerdan que no hay una capacitación oficial para el manejo. La curva de aprendizaje es muy ágil; sin embargo, para realizar una conducción responsable y segura, antes de empezar la persona debe leer el manual del usuario, que indica su uso y el mantenimiento correctos. Debe conocer las normas de tránsito, convivencia y seguridad donde va a utilizarlo (y cumplirlas), disponer de los elementos de seguridad como el casco y no llevar auriculares ni dispositivos electrónicos, porque distraen durante el manejo. Se ofrecen apps que ayudan a tener un control del estado del monopatín, saber los lugares donde hay menos tránsito o si lo mueven del lugar en el que se dejó estacionado, entre otros aspectos.
Como circula por la vía pública y puede haber accidentes, "con SeguroBici, hicimos una alianza estratégica para beneficiar al usuario de monopatines eléctricos con una cobertura que incluye lo siguiente: responsabilidad civil hasta $300.000; robo total en vía pública (franquicia 10%); destrucción total por accidente e incendio (franquicia 10%) y robo total en hogar (dependiendo de la zona de residencia, franquicia 10%). Se asegura el monopatín y a la persona que lo está manejando", dice Schwartz.
"Si bien hay diversos proyectos de ley presentados en el Senado para reglamentar el uso de monopatines a nivel nacional, aún no han sido tratados. La CABA aprobó la Ley N°6164/19 con especificaciones técnicas para resguardar la seguridad de los usuarios, restricciones de velocidad y zonas de circulación. Así, durante esta pandemia es obligatorio el uso de tapaboca y casco todo el tiempo que estemos trasladándonos en nuestro monopatín. Se recomienda circular con una distancia de 10 metros entre vehículos y, al salir a la calle, controlar los neumáticos y frenos", remarca Maximiliano González Kunz, fundador del Grupo Núcleo. Y advierte, si el monopatín está guardado: "es importante no dejar la batería completamente descargada bajo ningún concepto. Se recomienda mantener la batería en un nivel máximo del 80% y no dejar que se descargue por debajo del 20% para alargar su vida útil. Al estar detenido, puede acumular polvo: hay que quitárselo para prevenir fallas en los circuitos eléctricos mediante un paño humedecido con agua y desengrasante y pasarlo por todos los rincones del monopatín. No pueden exponerse a un chorro de agua directo. En los puños y la tabla rociar la superficie con alcohol al 70% y dejar secar sin exponer al sol".
Según la marca, modelo y prestaciones, los precios varían entre $20.000 y más de $55.000. Hoy complementan la movilidad y son una opción para cumplir con el distanciamiento social. Con el tiempo, podrían consolidarse como un medio de transporte que se combina con el público o particular para hacer eficiente la "última milla" o para trasladarse en la ciudad y en los barrios, aprovechando mejor el tiempo.