Todos los mandatarios tuvieron sus vehículos preferidos para moverse por el país; en la historia de la flota presidencial se destacan modelos nacionales hasta verdaderas bestias europeas y estadounidenses, algunas de las cuales continúan rodando
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Se sabe que el mandatario electo Javier Milei es también fanático de las máquinas, en una de las tantas coincidencias que tiene con el peronista liberal dos veces presidente Carlos Menem. La historia de su cupé Peugeot RCZ es tan conocida como la del Ferrari 348 TB V8 3.4 que le regalaron al caudillo riojano, y todo esto dicho aún sin recordar el fatigado Renault Safrane de la flota presidencial menemista ni a las andanzas del caminado Volkswagen Vento 2009 que usó el libertario para visitar la quinta de Olivos por primera vez en la vida.
Los fabricantes franceses dominaron la flota presidencial desde el retorno de la democracia, proveyeron el Renault 25 de Raúl Alfonsín y también los modelos Peugeot 607, 407 y 406 destacados durante el breve gobierno de Fernando de la Rúa; incluso hasta el mismo Néstor Kirchner usó un Renault Laguna para asumir el mando, el 25 de mayo de 2003, para luego inaugurar un cambio de escudería: se pasó al Toyota Corolla, la misma marca y modelo elegido por Alberto Fernández para moverse por el país, aunque de una generación más nueva.
Su esposa Cristina Fernández de Kirchner también le dio un giro radical a la flota presidencial. Ella inauguró la era de los Audi y los Volkswagen de lujo que deambularon entre la Casa Rosada y Olivos a toda velocidad con esas balizas azules insertadas en el frente. Entre ellos sobresalen el Audi A6, los Vento y los Passat CC; y por supuesto sin olvidar nunca a la verdadera “bestia”, como se conoce a las máquinas presidenciales de lujo: un Audi A8 4.2 FSI Quattro valuado en más de US$ 150.000 que no perteneció a la flota sino que fue más bien un préstamo que usó Fernández de Kirchner durante su segunda presidencia.
El cambio de marca no solo no está mal visto entre nuevos presidentes y cambios de gestión, es casi una constante que transita preferencias, oportunidades y nuevos acuerdos. Juan Domingo Perón usó Cadillac en sus dos primeros mandatos y en el tercero prefirió moverse en el importado y blindado Ford Fairlane 1972 que le regalaron, antes que en uno de los Rambler Ambassador súper confortables y blindados que se habían ideado por pedido del dictador Juan Carlos Onganía.
Más acá en el tiempo, Mauricio Macri hubiera preferido asumir el mando con el Cadillac V8 actualmente existente en la flota presidencial pero, como pasó con el bastón y la banda presidencial, las desavenencias con el gobierno saliente lo habrían desalentado. En cambio, el 10 de diciembre de 2015 el mandatario electo fue del Congreso a la Casa de Gobierno en el SUV más completo de la época: un Volkswagen Touareg color blanco sin blindaje que pertenecía a la flota de la marca alemana en la Argentina. Las fotos muestran al presidente y a la primera dama, Juliana Awada, asomándose por el techo corredizo del SUV.
Macri también pegó el volantazo para moverse por el país en cuatro ruedas, y no solo cambió de marca sino de segmento. Comenzó a viajar en una Chrysler Town & Country y una Kia Carnival, y sobre el final de su gobierno empleó una Mercedez Benz Vito blindada que quedó en la flota del Ejecutivo. Cuentan que el ministro y candidato Sergio Massa también la usó durante la última campaña.
Entre fabricantes europeos, japoneses, estadounidenses y argentinos, más abajo reseñamos los autos más emblemáticos en los que se movieron los presidentes argentinos desde la Segunda Guerra Mundial hasta la fecha, algunos de los cuales continúan perteneciendo a la flota presidencial argentina.
¿Cuál de todos ellos usará Javier Milei?
Cadillac V8 Serie 62
Le dicen “el Cadillac de Perón” y fue el vehículo de lujo más utilizado para las asunciones presidenciales argentinas del siglo XX, pero la realidad es que el tres veces presidente y fundador del Justicialismo jamás lo usó, ya que fue encargado durante su segunda presidencia y, cuando el vehículo llegó al país a finales de 1955, el general ya había partido al exilio tras ser derrocado por la Revolución Libertadora.
Sin embargo, Perón sí era un usuario frecuente de la emblemática marca estadounidense de lujo, destacándose el Cadillac 75 Limousine de 1951 que le obsequió General Motors, modelo que también usaba con frecuencia su esposa Eva Duarte de Perón. Con un motor V8 de 5424 centímetros cúbicos de cilindrada, caja automática de 3 velocidades y dirección hidráulica, llegó al siglo XXI en manos de un privado y en excelente estado de conservación: lo subastaron en Inglaterra por una cifra cercana a los US$ 250.000.
En cuanto al “Cadillac de Perón”, este continúa siendo parte de la flota presidencial por estos días, luego de haber sido restaurado por el gobierno del presidente Macri. El descapotable fue fabricado en 1955, se trata del modelo 67X y lleva el número de serie 62: tiene un motor V8 de casi siete litros de cilindrada y alcanza una velocidad de hasta 180 km/h. El equipamiento de serie incluye caja de cambios automática y levanta cristales eléctricos, toda una revolución para la época. A pesar de sus casi 70 años de historia, ha “caminado” solo 18.000 kilómetros.
Y si bien Perón jamás lo usó, sí lo hicieron los generales que lo derrocaron como también presidentes elegidos por sufragio universal como Arturo Frondizi y Arturo Illia. Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa también abordaron el Cadillac descapotable y no solo para los actos de toma del poder sino también para dar la tradicional vuelta por la pista de la Sociedad Rural de Palermo. Curiosidad: este Cadillac también fue pilotado por el presidente venezolano Hugo Chávez por las calles internas de la quinta de Olivos (de copiloto viajaba Julio De Vido) durante su visita de 2006 con Néstor Kirchner como presidente. ¿Lo usará Javier Milei para el acto de asunción el próximo 10 de diciembre de 2023?
Renault 25 TXE
Dicen que era un bote de gran potencia, amplio y comodísimo, aunque un cero en lujos más allá de su computadora por voz. Cuentan que el presidente francés François Mitterrand le obsequió a Raúl Alfonsín este Renault 25 TXE Limousine para incorporarlo a la flota presidencial, el mismo que tiempo después usaron los artistas que tocaron en Casa de Gobierno en la presidencia de Cristina Kirchner.
El primer presidente radical de la nueva democracia lo usó durante todo su mandato y era uno de sus preferidos, tanto que lo elegía por sobre el helicóptero para sus vueltas desde Chascomús hacia la quinta de Olivos (dicen que así podía dormir más tiempo). Con un motor V6, 2.7 de cilindrada y 144 caballos de potencia, continúa siendo parte de la flota.
En una reseña sobre los autos presidenciales realizada por la revista Parabrisas (#124 Año 1988) en la quinta de Olivos, se destaca la computadora de a bordo que advierte mediante una voz (como si fuera la de un GPS, pero masculina) una alerta sonora, anunciando si es que hay una puerta mal cerrada, luces encendidas o si falta combustible. Los mecánicos la apodaron “el gallego mentiroso” porque advertía sobre la falta de nafta aún cuando el tanque estaba lleno.
Falcon Cabriolet
El Ford Falcon tal vez sea el sedán más popular de la historia automotriz nacional del siglo XX. La marca del óvalo produjo en la Argentina 494.209 unidades durante 29 años, entre 1962 y 1991, y uno solo de ellos fue convertible. Lo hicieron especialmente para que asumiera la presidencia el médico pergaminense Arturo Umberto Illia, el 12 de octubre de 1963.
Esta unidad no era cupé como su par estadounidense, sino cuatro puertas. En los Estados Unidos se fabricaron más de 4000 Falcon Cabriolet de dos puertas y uno de ellos lo trajo un argentino para restaurarlo hace unos años: no existe otro modelo igual en el país.
Kaiser Carabela
Hasta el momento de ser derrocado mediante un golpe de Estado militar por el general Juan Carlos Onganía, el 29 de junio de 1966, el presidente Arturo Illia se movía en un vehículo de su propiedad que había comprado con sus propios ahorros: el Kaiser Carabela, considerado el primer sedán argentino fabricado en serie por Industrias Kaiser Argentina (IKA), entre 1958 y 1962.
Era una verdadera lancha crucero de 6 cilindros, 1.638 kilos de peso y 5 metros de largo con una aceleración de 0 a 100 km/h en 22 segundos. Venía equipado de serie con una radio de válvulas RCA-Victor cuyo selector de emisoras se realizaba por presión de botones.
Rambler Ambassador
El líder de la llamada Revolución Argentina, recordado por la represión conocida como La noche de los bastones largos, estrenó la primera generación del Rambler en la Argentina con la serie Ambassador, un sedán de lujo para 6 pasajeros, motor Continental de 6 cilindros en línea y una caja de velocidades de 3 marchas, con palanca al volante.
El Ambassador presidencial de Onganía se produjo con un pedido particular: como el militar pidió un blindaje especial, los diseñadores argentinos de los talleres de IKA-Renault decidieron alargarlo, ampliando también el confort; sobre el punto no hay consenso, algunos afirman que fueron solo 30 y otros hasta 60 centímetros de largo de más. De cualquier manera, se convirtió en el auto presidencial por excelencia durante las próximas tres décadas con comodidades de avanzada como dirección hidráulica, aire acondicionado, levanta cristales eléctricos y sistema de radio-teléfono.
Producido en la planta de Santa Isabel, el Rambler Ambassador fue utilizado por Juan Domingo Perón al asumir su tercera presidencia y por su viuda, la expresidenta María Estela Martínez de Perón hasta su derrocamiento el 24 de marzo de 1976.
Como muestra de la recuperación democrática, fue el auto que eligió Raúl Alfonsín para hacer el viaje iniciático desde el Congreso hasta la Casa de Gobierno el 10 de diciembre de 1983.
Toyota Corolla
El 10 de diciembre de 2019 el presidente electo Alberto Fernández sorprendió a todos al llegar al Congreso para tomar el mando de la República Argentina a bordo de un Toyota Corolla versión XEi con caja automática CVT de fabricación brasileña, rodado ese mismo año. El vehículo era de su propiedad y la novedad fue que llegó a la ceremonia manejándolo él mismo, como un símbolo de cercanía con la sociedad, todavía más cuanto que se trata del sedán más vendido de todos los tiempos.
En las siguientes aperturas de la Asamblea Legislativa, realizadas en marzo de cada año, el presidente también llegó a bordo de un Corolla pero ahora perteneciente a la flota presidencial. En 2021 se viralizó una nota de color: el vehículo presidencial debía $600.000 de la época en concepto de multas.
Surgido como un compacto del segmento C en 1966 para hacerle frente a su competidor Datsun 1000, la nave insignia del fabricante japonés lleva 12 generaciones y más de 50 millones de unidades vendidas.
Ford Mondeo Vignale Hybrid
Por esas cosas de la política, tal vez por desconfianza o mala fortuna, el presidente Alberto Fernández prefirió no hacer uso de otras dos bestias que formaron parte del parque automotor presidencial desde 2021, aunque ahora quede una sola en condiciones.
Según el periodista especializado Carlos Cristófalo, “uno de estos ejemplares quedó destruido tras el choque fatal en el que murió el entonces ministro de Transporte, Mario Meoni, en junio de 2021″. Hasta donde se sabe, las dos máquinas habían sido cedidas al dispositivo de seguridad de la presidencia en abril de ese año por la Agencia Federal de Inteligencia.
El Ford Mondeo Vignale Hybrid fue el primer vehículo con tecnología híbrida de la marca en desembarcar en nuestro país, importado de España. El presidente Fernández nunca quiso usar el único que quedó en pie y se lo cedió a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿Lo usará ahora Javier Milei, Victoria Villarruel o alguno de sus ministros?
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