Hoy, la proporción de los autos importados en el mercado local está en el piso de los últimos años por la falta de dólares; ¿buscará el nuevo gobierno bajar impuestos y estimular las importaciones?
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Sin dólares para toda la economía en el Banco Central, con la producción bajo el riesgo constante de una interrupción por la falta de insumos y la amenaza latente de una deuda comercial impaga de unos US$3000 millones (el doble de lo habitual) que condiciona los embarques de los proveedores del exterior, la agenda de necesidades de la industria automotriz está encabezada hoy por la urgencia operativa, admiten fuentes del sector. Pero el contundente triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales y sus ideas respecto del libre comercio y los impuestos plantean otros interrogantes menos inmediatos sobre la forma que puede adoptar el mercado automotor de acá en más.
¿Volverán a recuperar terreno los autos importados en la Argentina? Hoy, producto de las mencionadas restricciones que marcaron a fuego a la actividad durante todo 2023, la presencia de vehículos extranjeros en el mercado interno se ubica en los mínimos históricos de los últimos años. Entre enero y octubre, los autos de producción nacional representaron el 66% de los patentamientos, frente a un 27% de los provenientes de Brasil, porcentajes que en igual lapso de 2022 habían sido 58 y 34%, respectivamente. En 10 meses, se vendieron 394.709 0km, un 11,4% más que en el mismo período del año anterior, según las cifras de Acara.
En un mercado sin trabas para traer un auto, los importados tendrían una participación mucho más alta. Para tomar una referencia, en 2017, el segundo mejor año de la historia del mercado local por el volumen de ventas (900.000 unidades) y sin cepo cambiario, de los 15 modelos más vendidos, solo tres fueron de fabricación nacional. Hoy, la proporción es exactamente al revés.
Entre 2017 y este año se produjeron otros cambios en el mercado, como la desaparición de varios modelos chicos (todos hechos en Brasil) de alto peso en las ventas. De todos modos, el porcentaje de importados llegó a un piso que se revertiría si desde la próxima gestión se estimula la entrada de autos extranjeros.
En el sector evalúan que un volumen del mercado interno sustentable y realista (tanto para fabricantes como la red de concesionarios) se ubicaría hoy en torno a las 700.000 unidades anuales, es decir, por encima de la proyección para este año, inferior a los 500.000 0km.
Para que fluyan las importaciones, por supuesto, se necesitarían dólares y un levantamiento del cepo cambiario, condiciones que hoy no están disponibles en el corto plazo.
Desde octubre de 2022, el régimen de las SIRA que regula la entrada de productos habilitó la posibilidad de importar con dólares propios, sin pedírselos al Banco Central. Es una opción que empezaron a usar este año algunas marcas importadoras premium para contar con unidades luego de meses sin poder entrar autos. Pero que, nuevamente, enfrenta las limitaciones del contexto.
¿Y en materia de impuestos? Los precios de los 0km tienen una carga impositiva que llega al 54% del precio de la unidad, según calculó tiempo atrás Adefa, la asociación de terminales. Dentro de la larga lista de tributos que encarecen los autos figura el impuesto al lujo, con sus escalas del 20 y del 35% que distorsionan todo el mercado y representan un obstáculo comercial para las marcas. En este momento, son alcanzados por la primera categoría del gravamen modelos chicos y medianos que están lejos de ser “de lujo”.
¿Intentará reformular o eliminar este impuesto el nuevo Gobierno con el correr de los meses? Es una de las preguntas que se hacen en el sector, dado el objetivo planteado por integrantes del nuevo gobierno de bajar la presión impositiva. Por lo pronto, a partir del 1° de diciembre, la AFIP efectuará el ajuste trimestral de las escalas, que se traducirá en una suba de los precios de los 0km.
Qué pasará con Brasil y el Mercosur
Otro interrogante por estas horas que impacta en la actividad de las automotrices es la postura que adoptará la administración de Milei con el Mercosur. En declaraciones públicas la semana última previas a su triunfo, el presidente electo criticó el funcionamiento del bloque, al que calificó de “defectuoso”. “Ni siquiera ha pasado de la unión aduanera, que es defectuosa. Por lo tanto, como proponen Uruguay y Paraguay, debe ser modificado. Así como está no sirve”, sentenció.
Esa definición, en línea con sus postulados históricos sobre la apertura de mercados, lleva a pensar que el nuevo Gobierno buscará impulsar acuerdos de libre comercio dentro del bloque para dotarlo de mayor flexibilidad, como pretende desde hace años Uruguay. Acuerdos entre el Mercosur y la Unión Europea –cuyas negociaciones quedaron empantanadas- o con la propia China, como intenta cerrar Uruguay, significarían una amenaza competitiva directa para la industria local, pero también la oportunidad de exportar a mercados enormes, según plantean los expertos. Un cambio trascendental de las reglas hasta este momento.
Brasil representa para la industria automotriz argentina el principal mercado de exportación histórico. Entre enero y octubre, el 64% de los 273.687 vehículos despachados tuvo como destino al país vecino. La evolución del estratégico vínculo con el socio mayor también estará bajo la lupa del sector a partir del 10 de diciembre. Hasta 2029, rige la extensión del esquema “flex” de comercio administrado de vehículos entre los dos países, para pasar a partir de ese año al libre comercio definitivo.
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