Los cinco trucos para cuidar los neumáticos y que duren más
Cinco trucos para evitar el desgaste prematuro de los neumáticos y extender su vida útil; cómo seguirlos y cada cuánto hacerlos
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Los neumáticos son un componente esencial para la seguridad de cada vehículo, pero a menudo se descuidan en cuanto a su cuidado y mantenimiento. Cambiarlos puede ser un gasto importante, por lo que conocer algunos trucos para alargar su vida útil puede significar un ahorro significativo de dinero, además de contribuir a una conducción más segura.
En este artículo, te presentamos algunos de los mejores consejos para que tus neumáticos duren más tiempo:
1. Controlar la presión del aire
Revisar la presión de aire de los neumáticos es una de las acciones más importantes y sencillas que puedes realizar para prolongar su vida útil.
La presión de aire adecuada en los neumáticos es fundamental para garantizar su correcto funcionamiento y desgaste uniforme. Un neumático con presión baja se desgasta más rápidamente en los bordes, mientras que uno con presión alta se desgasta más en el centro. Además, una presión incorrecta puede afectar la adherencia del neumático a la carretera, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
La presión adecuada varía según el modelo de tu vehículo y las condiciones de conducción y puede encontrarse en el manual del propietario o en una pegatina ubicada en el marco de la puerta del conductor.
Se recomienda verificar la presión por lo menos una vez al mes, y con mayor frecuencia si si hacen viajes largos o transportan cargas pesadas.
2. Revisar la banda de rodadura
La banda de rodadura es la parte del neumático que entra en contacto con la calle. Su profundidad es un indicador clave del estado del neumático.
Cuando la banda de rodadura se desgasta hasta el límite legal (1,6 mm en la Argentina), es necesario reemplazar el neumático, ya que su capacidad para evacuar agua y proporcionar agarre en superficies mojadas se ve reducida, lo que aumenta el riesgo de aquaplaning y accidentes.
Para revisarla se puede usar un medidor de profundidad de banda de rodadura, disponible en la mayoría de los locales de repuestos automotrices.
También, como alternativa más económica y a mano, puede introducirse una moneda en la ranura. Si el borde plateado de la moneda se ve, significa que la banda de rodadura es suficiente. Si el borde plateado no se ve, es necesario reemplazar el neumático.
3. Rotar los neumáticos
Rotar los neumáticos periódicamente ayuda a distribuir el desgaste de manera uniforme, prolongando así su vida útil. Si los neumáticos no se rotan, los neumáticos delanteros, que generalmente soportan más peso y realizan más trabajo, se desgastarán más rápido que los neumáticos traseros.
Existen diferentes patrones de rotación, por lo que es importante consultar el manual del propietario de tu vehículo para conocer el patrón recomendado. La frecuencia recomendada para la rotación varía según el fabricante y el tipo de vehículo, pero generalmente se sugiere hacerlo cada 5000 a 10.000 kilómetros.
La rotación puede realizarse manualmente, o en un taller especializado.
4. Manejar suavemente
Evitar acelerones y frenazos bruscos, derrapes y giros repentinos ayuda a reducir el desgaste de los neumáticos. La conducción agresiva genera un mayor rozamiento entre el neumático y el asfalto, lo que acelera su desgaste. También es importante mantener una velocidad constante y evitar sobrecargar el vehículo.
Siempre va a ser mejor acelerar y frenar de manera gradual. Tomar las curvas a una velocidad moderada, evita conducir sobre terrenos complicados con posibles obstáculos y reducir la velocidad al pasar por baches o superficies irregulares.
5. Alineación y balanceo
La alineación y el balanceo son dos procedimientos que garantizan que las ruedas estén correctamente posicionadas y giren sin vibraciones. Una mala alineación o balanceo puede ocasionar un desgaste irregular de los neumáticos, además de afectar la estabilidad y el manejo del vehículo.
Se recomienda realizar una alineación y balanceo al menos una vez al año o cada 20.000 kilómetros.
Dicho esto, cabe aclarar que, al margen de las medidas de prevención que puedan tomarse, es importante prestar atención a las señales de desgaste que puedan aparecer con el paso del tiempo. Ejemplos de esto pueden ser las vibraciones en el volante, los ruidos extraños al manejar o la pérdida de presión de aire constante.
También es clave evitar baches y objetos punzantes, en la medida de lo posible, y reducir la velocidad al pasar por zonas irregulares.
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