Una organización estadounidense publicó cinco trampas que muchos mecánicos llevan a cabo para sacarle plata del bolsillo a propietarios de autos desinformados
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La visita al taller mecánico conlleva una serie de decisiones importantes que pueden impactar en el rendimiento y la longevidad del auto. En un mundo, y un país, en donde la confianza en los mecánicos parece disminuir, cada vez se vuelve más crucial discernir entre los profesionales honestos y aquellos que podrían intentar sacar provecho de la situación.
La relevancia de la elección se hace evidente al considerar la complejidad y vital importancia del mantenimiento adecuado para el buen funcionamiento del auto a largo plazo.
En este sentido, expertos del Consejo de Consumidores de Carolina del Norte (Estados Unidos) citados en un artículo de la sección Motor de El País delinearon pautas para detectar a mecánicos poco fiables desde el principio. Estas señales de alerta proporcionan a los propietarios una base útil para tomar decisiones informadas y buscar alternativas de ser necesario.
1. Aceite
El primer punto que menciona la organización estadounidense concierne al aceite: cuando un mecánico dice que se puede usar cualquier tipo de aceite en el motor, posiblemente se esté hablando de un profesional poco profesional.
Esto se debe a que el cambio de aceite es una de las tareas más estandarizadas, pero también es una de las más importantes para la vida útil del auto. El aceite lubrica las partes móviles más importantes del motor. De este fluido depende en gran medida que el vehículo no manifieste problemas en esta zona, crucial para un buen funcionamiento, y carísima en caso de tenerse que arreglar.
El manual del propietario del auto especifica qué aceite es mejor para su motor, y elegir una variante diferente puede hacer que diversas piezas de la mecánica se desgasten antes de tiempo o de forma irregular, dejando partículas metálicas en el líquido y acelerando su deterioro.
2. Recomendar un mantenimiento acelerado
En segundo lugar, se debe optar por el escepticismo si un mecánico presiona para que se complete el servicio de mantenimiento antes de lo indicado.
El plan de mantenimiento que se debe seguir y el más adecuado para cada tipo de vehículo es el que se encuentra en el manual del propietario.
3. Desestimar a los fabricantes
Hay que parar la oreja también cuando un mecánico dice que los fabricantes no entienden los efectos adversos que pueden surgir en los motores en condiciones reales de circulación.
Antes de lanzar un vehículo al mercado cada fabricante está obligado a llevar a cabo múltiples pruebas de conducción. En ellas se consideran prácticamente todos los escenarios de conducción real posibles a las que un rodado puede enfrentarse, entre ellas temperaturas extremas, frías y cálidas, y entornos contaminados por polvo o polución.
Con estos procedimientos se pone a prueba la fiabilidad y el rendimiento de cada vehículo.
4. Mostrar piezas sucias
Una de las tácticas que los mecánicos pueden usar para que se pague por un servicio no presupuestado es mostrar piezas sucias, argumentando que hay un problema con ellas. Por ejemplo, pueden mostrar el filtro de combustible sucio, una pieza que naturalmente puede acumular suciedad, y no por esto tiene que tener algún problema, más que requerir una limpieza profunda.
La suciedad no requiere automáticamente un reemplazo de piezas: muchos componentes acumulan suciedad de forma natural con el tiempo y esto no significa que haya que cambiarlas.
5. Sugerir marcas más “económicas”
Cuando el mecánico apela a frases como “tuvimos que optar por una marca diferente, pero es igual de buena”, es necesario ponerse en modo alerta.
Por lo general, esta declaración sugiere que la marca alternativa es más económica, lo cual no siempre se refleja en el precio final, y las piezas más baratas suelen fabricarse con el objetivo de adaptarse a una amplia gama de vehículos para aumentar las ventas, lo que conlleva una disminución natural en su eficacia y durabilidad.
Además, es importante tener en cuenta que las piezas originales están diseñadas específicamente para ajustarse a cada modelo y proporcionar su máximo rendimiento.
LA NACION