Modelos 2022 que cuestan más que un 2023 son cada vez más frecuentes; a qué se debe tal desfasaje de valores
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Históricamente, el precio del 0km era referencia. A partir de lo que costaba un auto nuevo se estipulaban -para abajo- los valores de los usados que, según varias características a tener en cuenta, fijaban un precio de venta en agencias o entre particulares. Sin embargo, la actualidad demanda otra realidad y en pleno 2023, un auto usado fabricado el año pasado cuesta más que uno que todavía no pisó la calle.
Por mencionar algunos casos y según la lista de precios distribuida por la Cámara del Comercio Automotor (CCA), la entrada de gama del Volkswagen Nivus modelo 2022 ronda los $7.518.000 mientras que el nuevo se publica a $5.858.900. Lo mismo ocurre con el Peugeot 208 o la Toyota Hilux; algunas de sus versiones 2022 están $6.090.000 y $16.184.00 mientras que las recién salidas de fábrica arrancan en $5.657.400 y $14.658.000, respectivamente.
Es un fenómeno pocas veces visto y que tiene raíz en variables que no están en la superficie. Primero que nada, los precios que hoy distribuyen las automotrices no son más que valores sugeridos. En los concesionarios, clientes se quejan de que hay sobreprecios, por lo que al número de la lista oficial hay que sumarle un recargo que puede imponer cada lugar. Por otro lado, mes a mes se actualizan los valores y, en caso de tener un plan de ahorro, también se actualizan las cuotas.
Todo esto conlleva a que el precio que se vio en un inicio termine incrementándose significativamente. “Vos tenés, por ejemplo, un auto que vale $9 millones y te dicen que llega en un año. Vas a esperar a que llegue y mientras, te aumenta mensualmente un 4 o 5%. A fin de año lo pagás hasta un 60 o 70% más. Del otro lado [por el mercado de usados] te encontrás con un auto que te dicen que te lo llevás en el momento pagando un 30% de sobreprecio”, explicó Alejandro Lamas, secretario de la CCA en diálogo con LA NACION.
Ahora bien, esto ocurre porque el mercado de 0km sigue con dificultades y un desfasaje entre la oferta y la demanda. Según Lamas, continúa trabada la entrega de modelos y en lo que refiere a importados, la situación lejos está de mejorar. No así, sostiene, con los vehículos de producción nacional. “Ahí hay menos problema”, explicó.
Pero, ¿qué tan real es la oferta de autos usados con uno o dos años de antigüedad más caros que uno nuevo, según su precio de lista? El secretario de la cámara dice que, si bien son difíciles de encontrar (porque no abundan los propietarios que se desprendan con facilidad de un modelo casi nuevo), las ofertas existen y más que nada se dan entre particulares. Cuando aparecen, se venden muy rápido.
“A falta de producto 0km, el usado nuevo sigue sobrevaluado. No es en todos los casos lo mismo. Cuando no se consiguen productos, aparecen los sobreprecios. Si no te cambia la macroeconomía, esta historia se va a seguir repitiendo”, reflexionó Lamas.