BYD lanzó el Dolphin Mini en el mercado brasileño y redobló su apuesta en la región; qué otros modelos va a fabricar en la planta que le compró a Ford en Bahía
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La apuesta de las marcas chinas en su intención de conquistar el mercado internacional, y de BYD en particular, no para. El foco de la batalla comercial no solo se libra hoy en Europa y Estados Unidos: también llegó a Brasil, donde la ola de autos asiáticos empieza a tallar cada vez más fuerte.
BYD, que se convirtió en líder mundial en ventas de vehículos 100% eléctricos en el último trimestre del 2023, superando a Tesla, lanzó en Brasil a mediados del 2023 su modelo Dolphin, un compacto electrificado que en varios mercados es su modelo entrada de gama. Y ahora, presentó como novedad al Dolphin Mini, una versión de menores dimensiones y más accesible.
Se trata de un hatchback de 3,78 metros de largo, 1,72 metros de ancho, 1,58 metros de alto y 2,50 metros de distancia entre ejes, con un baúl con capacidad de carga de 230 litros. En otros mercados es conocido como Seagull.
El estilo es futurista, con aires cubistas. Sus líneas son tensas y recortadas y está construido sobre la e-plataform 3.0 diseñada específicamente para vehículos 100% eléctricos y pensada para un entorno urbano.
“Como empresa global de alta tecnología, ponemos énfasis en integrarnos con las necesidades específicas de cada mercado. Con el Dolphin Mini nos comprometemos a ofrecer un nuevo vehículo eléctrico que sea funcional, eficiente y divertido”, dijo Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD y CEO de BYD Americas.
Por dentro es simple y moderno, equipado con un el “Sistema de Experiencia Inteligente BYD”, que comprende una pantalla central giratoria de 10,1 pulgadas y un asistente de voz llamado “Hi BYD”, a través del cual puede accederse a mapas y realizar llamadas, entre otras funciones.
También cuenta con cargador inalámbrico, seis airbags, cuatro discos, llantas de 16 pulgadas, control crucero y ofrece la posibilidad del acceso al auto sin llaves físicas a través de una tarjeta NFC.
Orientado hacia un público joven, el modelo también incluye un sistema de karaoke (también presente en el Dolphin). Con este, los pasajeros pueden visualizar las letras de las canciones en la pantalla central del automóvil y cantarlas con un micrófono conectado a las bocinas vía Bluetooth.
Actualmente está homologado para cuatro pasajeros, aunque desde la firma hablan de la llegada de un formato del Dolphin Mini con cinco plazas.
En cuanto a su mecánica y prestaciones, el hatchback chino está propulsado con un motor eléctrico de 74 CV y 135 Nm y unas baterías “Blade” que brindan una autonomía de 280 kilómetros, y puede recargarse con el sistema de cargas rápidas.
Ahora bien, más allá del nivel de tecnología, futurismo y practicidad que el Dolphin Mini pueda o no emanar, el as bajo la manga de la empresa china para garantizar su éxito en el gigante sudamericano es el precio: 100.000 reales (equivalente a poco más de US$20.000).
De momento, es el valor de mercado más bajo para un eléctrico, y obligará a sus competidores a ajustar sus precios. Además, en su debut el modelo también introdujo una serie de concesiones en seguros y préstamos para los primeros usuarios del vehículo, para aumentar su atractivo.
Li describió al auto como “una puerta abierta para todos al mercado de los vehículos eléctricos”, debido a su accesibilidad económica, subrayando el compromiso de BYD de hacer que los vehículos eléctricos con un buen nivel de equipamiento sean accesibles para todos los consumidores.
La apuesta industrial
Por ahora, y en una primera instancia, el Dolphin Mini llegará a Brasil importado de China. Sin embargo, para antes de fin de año la automotriz prevé comenzar con el ensamblaje del modelo en la planta de Camaçari, en el estado de Bahía, que le compró a Ford. Para 2025 proyecta una producción local progresiva en la planta, que cuenta con una capacidad de producción de 150.000 unidades anuales.
El objetivo en una tercera instancia -quizá no tan lejana- será exportar el modelo a otros mercados de América Latina. En ese plan, podría llegar a la Argentina, aunque la marca no tiene aún representación en el país.
La automotriz china invirtió US$605 millones en Brasil para expandir la planta. La fase inicial del proyecto, que ya está en obra, incluye la construcción de 26 nuevas instalaciones, como depósitos y una pista de pruebas. La intención es no usar las estructuras existentes de Ford, que se reservarán para la instalación de los proveedores.
El objetivo de BYD es alcanzar el 70% de nacionalización en un plazo de cinco años, lo que incluirá la fabricación local de baterías en una segunda fábrica, y un tercer complejo para camiones y colectivos.
Con el ensamblaje y producción locales, la automotriz promete precios más competitivos y una mayor disponibilidad de vehículos eléctricos en Brasil.
“Estamos entusiasmados con las oportunidades que generará esta nueva planta. No solo en términos de empleo, sino también de desarrollo de nuevas tecnologías y de contribución a una economía más sostenible. Nos comprometemos a operar de forma responsable, respetando el ambiente y contribuyendo al bienestar de nuestra comunidad. Que este sea el comienzo de un capítulo próspero y exitoso”, señaló Tyler Li, presidente de BYD Brasil.
BYD confirmó que en las instalaciones se van a fabricar los ya comercializados Dolphin y Dolphin Mini, pero también modelos más grandes y caros como el Yuan Plus, también completamente eléctrico, y el Song Plus, un híbrido que estará adaptado para funcionar con etanol.
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