Si bien la mayoría de los nombres fueron registrados ante la Oficina Alemana de Patentes y Marcas (DPMA), otros quedaron asentados en México y Chile; de dónde sale cada uno
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En las últimas semanas, Volkswagen registró ocho nuevos nombres para futuros modelos tanto en Alemania como México y Chile. Lo que en un principio significaría la producción de nuevas unidades, varias de ellas que podrían llegar a Latinoamérica, también sirvió para despertar curiosidad frente a los títulos elegidos.
La automotriz alemana acostumbra elegir palabras que tengan un significado en otro ámbito, ya sea un idioma distinto, una religión, la música o cultura. Sus más conocidos en estas latitudes son el Gol, nombre que llevó uno de sus autos insignia y que hace alusión directa al fútbol y Amarok, que significa, en idioma esquimal, “lobo del Ártico”.
Pero los nombres que se vienen tienen su origen en diversos lugares, como es el caso de Airon que, escrito de esa manera no tiene un significado en particular, pero su equivalente, Ayron, significa “montaña de fuerza”.
Angra es otro de los nombres que figuran en los papeles, según consta en una publicación de El País. Y es en este punto que no surge ninguna pista de qué modelo podría llevarlo. Angra, en portugués, es bahía; en nórdico antiguo es angustiarse; es un género de insectos excavadores, una especie de pez y el nombre de una banda de heavy metal brasileña.
Este nombre podría retrotraerse tranquilamente al famoso Beetle o bien a un vehículo completamente nuevo. Tantas asociaciones con Brasil le permitieron a algunos analistas a aventurar que podría llegar como sucesor del Gol, título que hoy tiene, de momento, el Polo Track lanzado un año atrás.
En la danza de nombres aparecieron más figuras como Hera, que proviene de la mitología griega y hace alusión a una deidad de las civilizaciones antiguas. Sugiere, únicamente por especulación, que podría tratarse de un auto grande, pensado en el traslado de varias personas.
Más nombres griegos y ¿el apocalipsis?
En la lista también figuraron Tempus, que hace referencia al tiempo (en su traducción del latín); Tera, que refiere a la cantidad de mil millones (o bien un monstruo, si se analiza la palabra desde su etimología y se la compara con Teratos) y Thron, que significa “trono” en alemán.
Pero uno de los más intrigantes es Therion, también proveniente del griego, y que significa “bestia o animal salvaje”. Ahora bien, si a ese nombre se lo busca en otros ámbitos aparecen referencias al apocalipsis descripto en la Biblia, a una banda de rock sinfónico de Suecia y a la constelación de Lupus, según el griego antiguo.
El último en haber sido registrado es Tukan, cuya referencia exacta no ha sido determinada, pero se comenta, es similar a otras bandas de rock y al ave, aunque se escriba de otra manera.
Que Volkswagen registre los nombres no indica que se vean nuevos modelos en el corto ni mediano plazo, pero sí que puertas adentro se esté trabajando en algún proyecto con títulos similares. El origen de cada uno de ellos y sus interpretaciones ya son motivo de debate y análisis para entender por qué y cómo eligen las automotrices los nombres de sus autos.
LA NACION