Si llegó el momento de contactar a un mecánico, estas serían tres situaciones que habría que evitar acorde a lo que recomiendan los propios colegas
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Tener que visitar al mecánico puede significar dos cosas: o hay que hacer un chequeo completo del estado del auto de forma rutinaria o bien se rompió algo. Y la segunda opción, además de traer algún que otro dolor de cabeza, significa un inesperado gasto económico. En el mejor de los casos, la pieza se reemplaza fácil y el problema se resuelve rápido y sin gastar demasiado; en un escenario peor, hay que esperar días, conseguir repuestos e invertir bastante dinero.
Sea cual fuere el motivo, hay que tratar con el mecánico y si bien pueden existir los históricos especialistas de confianza, a veces es necesario recurrir a otro centro para resolver el problema. Un mundo nuevo que despierta algunas dudas y miedos, donde los más inexpertos piden consejos antes de acudir para “no quedar en ridículo” o “no ser estafados”, dos de los principales temores que suelen transmitir los propietarios de autos.
Por eso, y para evitar todo tipo de dolor de cabeza o prejuicio, es que varios especialistas confeccionaron una lista de tres cosas que nunca hay que decirle a un mecánico cuando se lleva el auto, la moto o lo que sea a arreglar. El listado lo confeccionó Jonathan Rose, periodista del portal británico The Sun, tras haber consultado con expertos en mecánica vehicular de su país.
En primer lugar, lo que se recomienda es evitar preguntar bruscamente cuánto se tardará en el arreglo. “Puede haber demoras, complicaciones y dificultad para conseguir las piezas”, señaló el experto. Lo que se recomienda en esos casos es buscar informarse, saber bien qué es lo que le pasa al auto en cuestión y acceder a la información sobre plazos potenciales con amabilidad. “Lo que nosotros queremos es terminar el trabajo, cobrarlo y sacar el auto del taller lo más pronto posible tanto como usted”, especificó el mecánico.
Y en esa misma línea corre el siguiente consejo: no hay que discutir el precio. La regla es simple: si no convence ese valor, se puede consultar en otro lado. Pero regatear e intentar que un especialista baje el precio, más aún cuando no se tiene demasiado conocimiento de lo que se plantea, puede ser perjudicial. “Se puede negociar para llegar a un acuerdo, pero las autopartes son caras y no dependen de nosotros”, sintetizaron.
El último tip que dieron en este marco resulta un tanto obvio, pero eso no significa que muchas veces se pase por alto. A menudo, el mecánico de confianza no está disponible y es imprescindible recurrir a otro centro. Ir a un taller “como segunda opción” es algo común, pero según indicaron los especialistas consultados en el Reino Unido es algo que nunca hay que comunicarle al mecánico. Por último, y a modo de bonus track, se recomienda tener una idea general de lo que puede estar ocurriendo para evitar caer en debates y discusiones que no llevan a ningún lugar y que pueden derivar en un arreglo a las apuradas o de mala gana si el experto percibe que se trata de un cliente de paso que no volverá.
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